Personaje conocedor de la vida de la ciudad
El Blusilla ·
Acaba de cumplir 50 años y, obligado por las circunstancias, se comunica con los mirandeses a través de las redes socialesCumplir cincuenta años significa que llegas a poder celebrar las Bodas de Oro, así que afrontar de esta manera la llegada de esta efeméride es ... un motivo de alegría. El contrapunto de quienes se enfrenta a esa cifra tan redonda así, con ilusión, lo ponen los que temen que con esa fecha les llegue la tan cacareada crisis que se asocia a esos años, que no son pocos.
Cincuenta acaba de cumplir, porque nació el 15 de junio de 1973, el entrañable Blusilla y puede decirse que en su entorno se viven sentimientos encontrados; los ligados a la alegría porque «el personaje, con el paso de los años se ha convertido en algo propio de la ciudad, en un mirandés más», evoca Paloma González Arín, que también alberga en este momento de la celebración del cumpleaños una sensación de pérdida pues, no en vano, estas fechas son días para recordar tanto a su padre como a su hermano «ya no está ninguno de los dos con nosotros y lógicamente estos son también días para pensar un poco más en ellos».
Pese a la ausencia de A. César y Alberto C, que así es como firmaban respectivamente el padre y el hijo, el personaje permanece y sigue apareciendo, ahora en redes dos o tres veces al mes, porque decidió Paloma en su momento que «teníamos que dar continuidad a este personaje que con tanto cariño se creó», y es ella la que ahora hace posible que los mirandeses sigan disfrutado con El Blusilla y sus comentarios sobre la actualidad de la ciudad. Al principio rescataba algunos dibujos y añadía los textos y «ahora, después de ir probando y probando», también se ha atrevido con los dibujos.
Aunque El Blusilla no ha envejecido sí ha ido transformándose con el paso de los años. En sus primeros tiempo, cuando aparecía contando sus cuitas en EL CORREO, y que posteriormente se fueron viendo en La Gaceta del Norte y el Diario de Burgos, era un personaje en blanco y negro que fue adquiriendo tono a medida que pasaba el tiempo.
No ha podido encontrar «y mira que lo hemos buscado», el primer dibujo que se publicó, pero lo ha visto en tantas ocasiones que sí recuerda que hablaba de la construcción de la playa artificial en el Ebro. «Muchas veces nos contó papá y, además lo vi en un reportaje que le hicieron, que en aquel momento estaban con las obras y no acababa de llegar la arena y por eso estaba El Blusilla en el puente mirando a la playa y decía que tendrían que cambiar el nombre a la calle Arenal porque la calle llega hasta la playa pero el arenal no».
De aquella época inicial apunta Paloma que tanto ella como sus hermanos eran muy pequeños y que no eran muy conscientes de qué podía significar ese personaje. «Éramos unos críos y fue a medida que pasaba el tiempo cuando fuimos viendo que la gente le contaba cosas a mi padre para que las pusiera en boca del personaje, y que El Blusilla se iba colando en la vida de la ciudad y que los mirandeses iban cogiéndole cariño».
El origen
Para Alberto César padre, dibujar era una tarea sencilla, así que lo de crear un personaje no tenía excesivas complicaciones en ese sentido, donde radicaba la dificultad era en poder encontrar alguno «ante todo mirandés», que fuese representativo y con el que la gente se identificase desde el primer momento. Y dado el éxito que tuvo y el modo en el que se metió en la vida de la ciudad lo único que cabe decir es que el creador acertó.
Pensó en la vestimenta sanjuanera, mirandesa donde las haya y por lo tanto más local imposible, y en su cabeza rondaba la idea de conseguir que «fuera crítico pero no ofensivo y con ciertas dosis de humor no exentas de socarronería», características que por otra parte podría decirse que tenían mucho de la propia personalidad del autor. «Creo que podemos decir que El Blusilla era él. Todo lo que acababa diciendo el personaje es lo que él quería decir; era una representación de su forma de ser y de pensar».
Además de que el personaje que a través de sus comentarios ponía sobre la mesa las preocupaciones de los mirandeses, apareciera en viñetas en los periódicos Alberto César padre «hacía Blusillas individuales que repartía por los bares y los personalizaba»; costumbre que fue la que mantuvo su hijo cuando tomó el relevo en el año 2005.
Ahora que acaban de pasar las fiestas sanjuaneras puede ser el memento también de recordar que la importancia que adquirió el personaje fue tal que en unas elecciones a la Cofradía, se le concedió el derecho de voto.
Y es precisamente frente a esa institución tan mirandesa donde se colocó la escultura que mirandeses y visitantes pueden ver y que para la familia, apunta Paloma «es todo. Ya cuando murió mi padre se nos dijo desde el Ayuntamiento que habría que hacer algún homenaje, pero se quedó ahí. Soy consciente de que esta escultura que se ha hecho ha estado muy empujada por el enorme cariño que sentía la gente de Miranda por mi hermano Alberto , no sólo por El Blusilla, así que es para todos nosotros un orgullo enorme y una gran satisfacción. Cuando la gente ve la escultura se acuerda de los dos.».
Las claves
Diferenciados
El creador firmaba como A. César y su hijo y continuador los hacía como Alberto C
El primero
Apareció El Blusilla hablando sobre las obras de construcción de la playa artificial en el Ebro
«Seguid con El Blusilla»
Que el personaje vaya a estar para siempre en la ciudad gracias a esta escultura que se inauguró en el año 2022, significa también para ella recordar que «nuestro padre creó el personaje con la idea de que perdurara y a los hermanos nos repetía que cuando él no estuviera nos encargáramos de que no se perdiera, seguid con El Blusilla, nos decía, y ver esa escultura indica que seguimos nosotros y también lo hace la ciudad. Si mi padre lo viera estaría encantado de verlo ahí frente a la Cofradía. Es un reconocimiento extraordinario hacia el personaje, hacia el autor y hacia su continuador».
El último relevo lo ha tomado Paloma González Arín y ella aprovecha las redes sociales para mantener vivo al personaje, y lo hace «para que siga estando. Quiero que, además de en redes siga llegando a los bares. Han cambiado los tiempos, las tecnologías nos ayudan y me apoyaré en ellas para que El Blusilla siga cumpliendo años». Su deseo lo comparten, a buen seguro, muchos mirandeses.
En su contexto
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1973 El 15 de junio de ese año fue cuando se publicó la primera imagen de El Blusilla.
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En la prensa local Fue una viñeta que apareció, en su origen, en EL CORREO. Después también encontró EL Blusilla su espacio en La Gaceta del Norte y en el Diario de Burgos. Comenzó siendo un personaje en blanco y negro.
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2005 Fue el año en el que falleció su creador y cuando su hijo, Albeto César González Arín, tomó el relevo. Mantuvo el espíritu de El Blusilla que siguió apareciendo mes a mes en un buen número de bares mirandeses.
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