Los perros también quieren darse un chapuzón en Miranda
El Centro de Bienestar Animal incorpora un sistema para combatir el calor de los canes y forma a voluntarios para facilitar las adopciones
Raúl Canales
Domingo, 15 de junio 2025, 00:04
La puesta en marcha del Centro de Bienestar Animal (CEMBA) ha supuesto un paso de gigante en el trato que reciben los perros y gatos ... que esperan una familia de adopción. Antes la ciudad ni siquiera contaba con espacio para recoger a los felinos de la calle y los canes estaban en unas dependencias obsoletas. La nueva instalación ha mejorado notablemente su calidad de vida y lo seguirá haciendo ya que poco a poco se van incorporando mejoras.
La última novedad es un sistema para combatir los golpes de calor. A cada chenil se le va a colocar unos chorros que permitirán refrescar a los animales en los días más veraniegos. «Hay que tener en cuenta que el CEMBA está en una zona muy expuesta y que alcanza temperaturas muy altas», explica Rubén, uno de los veterinarios del centro, que junto a Julián, se desviven porque los ejemplares que viven allí de forma temporal estén bien cuidados. La idea a medio plazo es incluso colocar un par de piscinas para animales en la zona de esparcimiento, pero es necesario estudiar bien el mecanismos para facilitar su limpieza ya que el agua estancada puede transmitir enfermedades.
Por ahora los chorros, que se irán colocando de forma progresiva en todas las casetas, permitirá combatir el calor. No es la única mejora, ya que recientemente se ha estrenado otra zona de esparcimiento, por lo que los perros ya disponen de más espacio para estar sueltos más horas al día. Además ese lugar, ubicado en la entrada, permite que los posibles adoptantes interactúen con el animal sin necesidad de acceder al interior del recinto, lo que reduce el estrés en el resto de ejemplares. Es decir, que cuando una persona muestra interés en tener una mascota, los cuidadores sacan a esa zona común a los que creen que se adaptan mejor a las características del futuro adoptante para que puedan comprobar la reacción de ambos. Al estar en la zona más exterior, visible desde la calle «también funciona como escaparate, porque la gente que pasea por allí los ve y alguno ha entrado a preguntar para adoptarles», asegura Rubén,
A corto plazo, también está planteado un corredor de plantas aromáticas. Forma parte de una idea que se podría definir como aromaterapia, que básicamente busca estimular el olfato de los perros ya que eso reduce su estrés por estar encerrados. «Tratamos de que estén lo mejor posible y hay muchos detalles que pueden ayudarles a que su estancia sea mucho más cómoda y que no requieren una gran inversión», asegura María Cueva, concejala de Medio Ambiente, que valora positivamente el trabajo que realizan los empleados del centro, hasta el punto de que la instalación es un referente para muchas otras localidades que pretenden abrir un lugar similar.
Acogida temporal
El mayor problema ahora radica en los gatos. La instalación se está quedando pequeña para la cantidad de ejemplares que llegan. Aunque hay un programa de control de las colonias callejeras, y una vez esterilizados los animales vuelven a su colonia donde una alimentadora autorizada se encarga de su cuidado, al CEMBA siguen llegando gatos abandonados o rescatados.
Al igual que sucede con los perros, algunos pueden compartir espacio pero otros son más territoriales y tienen que estar separados para evitar peleas. Aunque se han improvisado hasta habitáculos en zonas que no estaban pensadas inicialmente para albergar gatos, todos ellos equipados con elementos de esparcimiento ambiental elaborados con materiales reciclados, la instalación está al límite por lo que la concejalía de Medio Ambiente ha lanzado una campaña en la que busca casas de acogida temporal. «Muchos gatos son aún cachorros y necesitan interactuar con personas y con otros animales para aprender conductas que si no las interiorizan ahora, de mayor va a ser más difícil que las adquieran y eso va a dificultar su adopción», explican los trabajadores del CEMBA.
El centro se rige bajo la premisa de sacrificio cero, es decir que todos los animales permanecen el tiempo que sea necesario salvo que sean irrecuperables por una agresividad extrema que ponga en peligro a otros animales.
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