Muchos conductores no respetan la señalización. Avelino Gómez

Las pedanías de Miranda reclaman cobertura y más badenes reductores de la velocidad

La falta de servicios impide fijar población y otras entidades menores apuntan a los problemas de seguridad vial

Raúl Canales

Miranda de Ebro

Miércoles, 15 de octubre 2025, 19:37

En la era de la tecnología todavía hay lugares en los que puede verse la típica imagen de una persona moviendo su teléfono para buscar ... señal. Y no hay que irse a un lugar recóndito del planeta porque Guinicio y Montaña, pedanías mirandesas, aún no tienen internet.

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Las compañías consideran que llevar la fibra óptica supone una inversión que no se puede rentabilizar porque apenas hay potenciales clientes por lo que los esfuerzos de los vecinos por disponer de un servicio cada vez más esencial encuentran una y otra vez la negativa como respuesta. «Podemos ver series y navegar porque tenemos el paquete de datos en el móvil, pero para trabajar hace falta más velocidad y estabilidad», asegura el alcalde de Guinicio, que se ha cansado de llamar a todas las puertas sin éxito. Cuando se habla de fijar población en las pequeñas localidades hay dos aspectos claves: brindar opciones laborales y servicios. Sin internet, las dos quedan cojas.

Hasta hace no mucho, Ircio tenía un problema similar pero los vecinos, cansados de que nadie atendiera sus peticiones, decidieron mover ficha y coordinarse para tirar cable con sus propios medios hasta el pueblo. A partir de ahí, conseguir una empresa que les haga la conexión a cada casa ha sido más sencillo.

El principal problema de la pedanía ahora es la seguridad vial, otro mal común que afecta a varias entidades menores. La proximidad con el polígono, una enorme extensión con poca actividad empresarial y grandes rectas, es un reclamo para las carreras ilegales de coches. La colocación de badenes a la entrada del pueblo logró minimizar los riesgos pero Ircio sigue soportando una alta densidad de trafico, sobre todo por la zona de la plaza, ya que han proliferado las huertas en las parcelas del municipio. «Pasan muchos coches y necesitamos tomar medidas antes de que ocurra una desgracia», afirma la autoridad pedánea.

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La misma situación se repite en Orón, donde más que la velocidad de quienes circulan por la carretera en dirección al hospital, preocupan quienes atraviesan el pueblo y no respetan los límites pese a haber columpios y juegos infantiles. También la carretera hacia Valverde representa un riesgo, porque «hay muchos niños y pueden salir a la carretera sin que el conductor tenga margen de reacción, sobre todo si va más rápido de lo permitido». Por eso, hace un par de años que han pedido al Ayuntamiento que coloque franjas reductoras y refuerce la señalización, además de mejorar el asfaltado de algunas calles, pero de momento, igual que le pasa a Ircio, la ciudad hecho oídos sordos. En las últimas semanas han mantenido una nueva reunión con el concejal de Barrios con la intención de buscar una solución «La respuesta que nos suelen dar históricamente a las pedanías es que no hay dinero pero tampoco hablamos de actuaciones muy costosas y hay vidas en juego, porque algún día va a pasar algo y nos lamentaremos», remarcan.

Suzana o Ayuelas han tenido más suerte porque los badenes que hay en la entrada han surtido el efecto deseado y los conductores, mayoritariamente, pisan el freno cuando tienen que atravesar la localidad. Aún así, en algunos puntos «no vendría mal un refuerzo», reconocen los responsables de administrar las entidades menores, que tratan de hacer malabares con la economía para cubrir las necesidades de sus vecinos con los exiguos presupuestos de los que disponen.

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Y es que la falta de recursos es algo que afecta a todas las localidades, que dependen casi exclusivamente de la subvención que les otorga el Ayuntamiento porque apenas tienen otra forma de generar ingresos.

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