Un paseo sin coches por lo viejo de Miranda
Este fin de semana se ha realizado la primera prueba en el Casco Viejo que, como cabía esperar, satisface a unos, desespera a algunos y deja indiferentes a otros
María Ángeles Crespo
Domingo, 29 de junio 2025, 23:42
La semipeatonalización, que puede catalogarse así ya que la ausencia de vehículos en el Casco Viejo sólo será una realidad al menos de momento, los ... fines de semana, ya se ha probado. Ha sido durante el sábado y el domingo cuando los vecinos del barrio, los que lo atraviesan viniendo desde Real Allende para llegar a los suyos, y el conjunto de los mirandeses que o bien se acercan a la Parte Vieja para pasar allí un rato o la pasan con la intención de llegar a lugares como por ejemplo el hospital, han comprobado las consecuencias de esta iniciativa municipal que parte desde la Concejalía de Medio Ambiente.
Con la experiencia de tan sólo dos días con esta idea, y además de dos jornadas con ola de calor incluida y por lo tanto con una importante variación en las costumbres de los mirandeses, no es nada fácil sacar conclusiones del resultado que va a tener. Eso sí, ahora lo que sí pueden escucharse son las opiniones de algunos de los habituales en la zona, residentes o visitantes ya sea en el día a día o de modo esporádico.
Desde el momento en el que se anunció que se iban a iniciar las pruebas empezaron a oírse voces a favor y voces en contra con argumentos que tienen que entenderse como válidos para cualquiera de los dos posicionamientos.
Cabe recordar que a la hora de hacer la propuesta la concejala de Medio Ambiente, María Cueva argumentaba que «este es el primer paso de un camino que tarde o temprano todas las ciudades debemos recorrer, y forma parte de un plan específico de limitación del uso del coche en el casco histórico a servicios y residentes al igual que se está haciendo en otras ciudades, y que se desarrollará en distintas etapas de manera paulatina».
Miranda no está obligada por ley a disponer de zonas de bajas emisiones, pero Cueva considera que pese a ello hay que ir introduciendo poco a poco medidas como la peatonalización parcial porque «tal y como demuestran muchos estudios repercute no sólo en la salud de las personas sino también en la ocupación de la calle por la ciudadanía, fomentando el comercio y la vida de barrio».
Durante la tarde noche del sábado un buen número de conductores se vieron sorprendidos al encontrarse las vallas colocadas por la Policía Local que indicaban que existía una prohibición de circular por el Casco Viejo. Sólo podían acceder el autobús urbano o los servicios de emergencia, así que una vez llegados desde la calle Real Allende al puente de Carlos III tuvieron que decidir si seguían su recorrido por la calle Bilbao en dirección al centro de la ciudad y la N 1, o si optaban por adentrarse en la calle San Nicolás para llegar hasta el puente de Hierro.
Durante el tiempo en el que la peatonalización es efectiva los vehículos que vienen de la carretera de Orón tampoco pueden acceder desde la calle San Francisco a Independencia, así que los conductores tienen que encaminarse obligatoriamente hacia al puente de Hierro.
Tras la sorpresa inicial y pese a que las vallas disuasorias para los vehículos dejaban claro que no circularían coches en el primer espacio peatonalizado, el puente de Carlos III, los viandantes siguieron caminando en su inmensa mayoría por sus aceras y dejaron vacía la calzada.
Para todos los gustos
Como ante cualquier cambio las opiniones son de lo más variopintas, así que cuando se pregunta unos se muestran a favor y otros en contra.
Entre los afectados por la medida, Begoña apunta que «hacerlo en verano puede tener un pase, pero pensar en hacerlo para siempre es una falta de respeto a los nacidos en esta parte. Si ya hay poca vida cuando ni siquiera pasen los coches el barrio va a morir. Más valía que se preocuparan de que las casas no se caigan».
Se queja también de que con la peatonalización y la existencia de bolardos en algunas calles «si yo tengo una urgencia no puedo llamar a nadie que viva en el otro lado para que venga con el coche a ayudarme. No me parece bien que se empeñen en peatonalizar esta zona; esas cosas son buenas donde hay comercio pero aquí no lo entiendo».
Israel y Lucía se expresan en términos similares y apuntan que creen que vendrá menos gente. Sería mejor que se preocuparan por hacer viviendas y recuperar solares para que la gente quiera venir a vivir aquí y no sólo a tomar algo en los bares».
Antonio ve más perjuicios que beneficios y dice que «La N 1 se colapsar. Habría que hacer una bajada desde la nacional a la Parte Vieja. Si es incómodo venir puede ser la puntilla para el barrio».
Para María la idea no es «ni buena ni mala, pero si lo que pretenden es que vaya más gente a la Parte Vieja o hacen actividades o no servirá de nada».
A favor está Andrea que apunta que «al igual que nos hemos acostumbrado a la peatonalización de la calle La Estación, aquí nos acostumbraremos».
Martín reconoce que la medida puede ser incómoda «para quienes viven en El Crucero», pero ve bien la peatonalización porque «servirá para que venga más gente. El problema es que estamos acostumbrados a ir en coche a todas partes, así que habrá que cambiar las costumbres». Eso sí, apunta también que «habrá que tomar medidas complementarias porque la peatonalización por sí sola no rehabilitará el barrio».
La medida acaba de arrancar y el tiempo dirá si se imponen las tesis de quienes están a favor o las de los que están en contra de la peatonalización.
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