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Raúl Canales
Domingo, 19 de enero 2025, 23:46
El futuro de Pancorbo está en manos de Bilbao. Desde que la localidad vendió todo su suelo industrial a la autoridad portuaria vizcaína para la construcción de un puerto seco, no tiene margen de maniobra para captar más inversiones. La plataforma fue vendida como la ... tabla de salvación para la zona, ya que las cifras eran mareantes, tanto en empleo como en millones de euros, pero se ha acabado convirtiendo en una pesada losa.
Después de siete años de abandono, la llegada del Grupo Saavedra ha permitido reactivar una superficie que ni siquiera está urbanizada en su totalidad. La firma referente en transporte por carretera de mercancías especiales almacenará durante este año 78 palas eólicas de grandes dimensiones, pero su intención es crecer a corto plazo y sacar más provecho al potencial logísitico de Pancorbo.
La localidad celebra que tantos años después por fin se vean camiones en el Puerto Seco y confía en que sea simplemente un primer paso para explotar más de medio millón de metros cuadrados que están sin uso. La trayectoria de Saavedra genera optimismo en el municipio, pero el ayuntamiento tiene claro que es necesaria la llegada de más empresas, y sobre todo de firmas que generen empleo de forma directa.
«No es lógico el bloqueo económico al que nos tiene sometidos la autoridad portuaria de Bilbao», denuncia el alcalde, quien recuerda que en los últimos años ha habido inversores interesados en instalarse en Pancorbo y a los que se ha remitido a los propietarios de los terrenos. Todas las operaciones han fracasado ante la negativa de Bilbao a ceder parte de su parcela y a la imposibilidad del pueblo de ofrecer una alternativa ya que no dispone de más suelo industrial.
«No nos cansamos de pedir que si no tienen intención de dar uso al suelo, se lo dejen gestionar a otras administraciones que quizá si puedan hacerlo, porque están condenando a toda la zona. Sin empleo no hay posibilidad de fijar población ni futuro», remarca Javier Cadiñanos.
El alcalde recuerda que para la construcción del Puerto Seco se emplearon fondos europeos y ayudas públicas. «Alguien tiene que pedir responsabilidades de porqué ese dinero está paralizado cuando ha salido del bolsillo de todos», enfatiza.
La aparición del Grupo Saavedra ha sacado del ostracismo a un polígono que tiene todo para ser un referente logístico y empresarial, por su ubicación geográfica, pero que está totalmente infrautilizado. A pesar de tener terminal ferroviaria y buena conexión por carretera, al estar a pie de la N-1, desde Bilbao se ha apostado siempre por dar prioridad a otras instalaciones como Arasur «por una simple cuestión política». Pancorbo parecía la joya de la corona pero ha terminado siendo el patito feo, una etiqueta de la que la localidad quiere desprenderse. Para ello, necesita que desde Bilbao capten empresas o conseguir recuperar parte de los terrenos ya que si no carece de margen de maniobra.
Por eso, el pueblo mira con moderado optimismo la aparición del Grupo Saavedra. La esperanza es que su presencia sirva de escaparate para que otras compañías sigan sus pasos y el medio millón de metros cuadrados que está disponible, empiece a generar riqueza en la comarca.
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