Música que crece y crece al son de Mirajazz
Con el Jazztival se puso el punto y final a una temporada «de la que estamos muy satisfechos»
Para gustos están los colores en cualquier ámbito de la vida, y en la música no cabe la menor duda de que también es así, ... pero no es menos verdad que si hay quienes se encargan de ofrecer a otros la posibilidad de conocer lo que a ellos les gusta, es muy probable que aumente el número de adeptos.
En definitiva, que si de vez en cuando -en este caso los terceros viernes de los meses que van de octubre a junio- se ofrece la posibilidad de disfrutar con el jazz en un acogedor espacio como lo es la Fábrica de Tornillos, el lógico resultado es que el número de aficionados crezca, al igual que la propia música; y todo ello gracias al trabajo que se hace con pasión desde Mirajazz.
En su contexto
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186 personas de media han sido las que han acudido a alguna de las sesiones de los Viernes Mirajazz en la Fábrica de Tornillos.
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Nueve meses las citas de los terceros viernes de cada mes se celebran entre octubre y junio.
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300 socios. Esos son los que tiene ahora Mirajazz que nació hace diecisiete años en la Taberna Samuel. La cuadrilla de amigos ha ido creciendo.
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Jazztival Fue este encuentro el que primero organizaron. Lo hicieron dos años después de su constitución. Se ha llegado en este 2023 a su edición número quince. Surgió con la intención de ofrecer una oportunidad a los músicos locales y la primera actuación fue la de Rubén Salvador.
Acaba de terminar la decimoquinta temporada y ha llegado por lo tanto el momento de hacer balance de lo acontecido y en el que el cierre ha tenido sabor agridulce puesto que la última actuación del Jazztival tuvo que suspenderse por la lluvia. No se pudo ver a los Mambo Jambo en la plaza de España. Fue un jarro de agua fría, pero «nos acaban de dar un alegrón», apuntó el presidente de Mirajazz, Javier Fernández 'Lomana', puesto que, aprovechando que en noviembre «pasarán por Miranda para hacer una actuación en otro sitio, tocarán aquí, si no hay cambios el sábado 25 de noviembre». Para esa jornada tenía reservada la Fábrica de Tornillos Ebrovisión, «pero nuestro amigo Ramiro nos ha dicho que nos la cede sin problema. Así que se podrá ver a Mambo Jambo, gratis».
Con esta noticia se ha endulzado el cierre de la campaña que también tuvo para el grupo un «bonito reconocimiento al trabajo de todo el colectivo», como lo fue que la Cofradía Mirandesa de Bilbao le impusiera a su presidente la txapela para valorar su trabajo que -insistía Lomana- es fruto del esfuerzo de todos, de este grupo de amigos que formamos el Mirajazz».
Grupo que empezó a pensar en que había que dar visibilidad a los músicos «muy buenos que tenemos en Miranda», mientras charlaba de su afición en la Taberna Samuel hace diecisiete años, y que dos años después cristalizó en Mirajazz.
La actuación que tuvo que suspenderse en el Jazztival se va a recuperar en el mes de noviembre
El primer concierto lo ofreció el mirandés Rubén Salvador que este año, con Adrián Royo, han sido los jazzistas locales que han tenido su espacio en las citas de los viernes en la Fábrica de Tornillos; sesiones en las que «esta temporada hemos tenido una media de asistencia de 186 personas y, además, no ha habidos grandes diferencias entre unos conciertos y otros, así que estamos muy contentos con cómo han ido las cosas este año».
Podrían ser más los espectadores porque el aforo de la Fábrica permite dar cabida a más personas, pero no quieren los promotores perder la esencia de los encuentros en la Fábrica. «Nuestra idea es la de disfrutar con las veladas en las que podamos tomar algo tranquilamente y ahí están las mesas y la decoración para crear ambiente. Eso no lo vamos a sacrificar».
Ampliar la Fábrica
Poder mantener el estilo y aumentar la presencia de aficionados sólo sería factible si se hiciera una ampliación de la Fábrica.
«Conseguir hacer otro pabellón paralelo en el terreno anexo sería un puntazo. Sin unificar los dos espacios se podrían acoplar y usar en función de las necesidades». Sabe que no es fácil, pero él lanza la idea porque «La Fábrica es un espacio con una acústica maravillosa, lo decimos nosotros y todos los artistas que tocan en ella, y muy adecuada para el jazz. Tenemos, lo sabemos, el Multifuncional, que es mucho más grande, pero no tiene las condiciones para escuchar nuestra música».
Las sesiones de Mirajazz tienen un estilo propio que se quiere conservar
Este problema hace que aunque les gustaría «no nos lanzamos a pedir que haya más socios porque no podríamos garantizarles la entrada en los conciertos que organizamos». Ahora mismo se mueven en cifras que rozan los trescientos que, por otra parte son los que con su aportación de 30 euros al año, soportan la mayor parte de los gasto, que se complementan con la subvención municipal y lo que llega de los patrocinadores, Nova Diet, JSV y la Fundación Caja Burgos.
Hecho el balance, y si sin solución de continuidad, la directiva mira ya prepara la programación para la siguiente que «no es fácil. Hay que ajustar muchas cosas, valorar las ofertas que nos llegan y encontrar un modo de traer músicos con diferentes estilos para que guste a un público diverso».
Trabajarán pensando en ello y con la idea de acertar, como lo viene haciendo temporada tras temporada.
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