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Toni Caballero
Miranda de Ebro
Miércoles, 23 de abril 2025, 00:03
«No fue una simple pelea más, había sangre por todos lados y la gente se asustó mucho», relata una chica que presenció el suceso. ... Y es que, durante la madrugada del sábado 19 al domingo 20 de abril, una mujer de unos 30 años de edad fue brutalmente agredida en el interior de un bar ubicado en la calle Ramón y Cajal y, como consecuencia de ello, tuvo que recibir 18 puntos de sutura en la cabeza.
Son pocos los datos que han trascendido acerca de la agresión y el origen de la disputa sigue bastante difuso, pero EL CORREO ha podido confirmar, a través de diferentes testigos y de fuentes cercanas a la investigación policial, que el agresor habría sido el hermano de la pareja de la víctima, que también estaba presente junto a la chica cuando fue atacada por su pariente en el local de ocio nocturno.
«La ha golpeado con el vaso del cubata en la cabeza, se ha roto el cristal y ha seguido atacándola con el vaso roto varias veces más. Se ha vuelto completamente loco. Ella se ha revuelto para ir contra él pero estaba preocupada por su ojo, parece que no veía con la sangre y estaba asustada por si la habían clavado algún cristal en el ojo», añade otro testigo.
Lo que parecía una pelea de bar evolucionó hasta tal punto que la gente se asustó con los numerosos cortes y la sangre, por lo que muchos optaron por abandonar la sala.
Por suerte, la seguridad del local y otras personas intervinieron a tiempo de evitar lo que podía haber acabado en una tragedia. Tanto Policía Nacional como Policía Local se personaron en el exterior del establecimiento unos minutos después, así como una dotación sanitaria para atender a la mujer golpeada.
Finalmente, la víctima fue trasladada hasta el Hospital Comarcal Santiago Apóstol con numerosas heridas y recibió hasta 18 puntos de sutura en la cabeza para cortar la hemorragia. No sufrió lesiones en el ojo y se encuentra fuera de peligro.
Asimismo, la mujer ya ha presentado una denuncia contra el supuesto agresor, que no es otro que el hermano de su compañero sentimental. Por su parte, el varón fue detenido por la agresión y la investigación policial cuenta desde el inicio con numerosos testigos de lo sucedido, dada la naturaleza del ataque, puesto que había decenas de personas presentes en el local.
Una agresión con un vaso, considerada como un medio peligroso, suele ser clasificada como delito de lesiones. La gravedad de la pena dependerá de si la lesión requiere tratamiento médico o quirúrgico y, en caso de ser así, la pena puede ser de prisión de tres meses a tres años o multa de seis a doce meses. Si se utiliza un objeto peligroso como el cristal del vaso, la pena puede aumentar.
Por estos motivos, ahora toca esperar para descubrir cómo avanza judicialmente el caso y que el tribunal determine la gravedad de los hechos.
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