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Uno de los aprendizajes fundamentales es aprender a compartir con los compañeros. E. C.

En Miranda el verano es mucho más que piscina

Los campamentos ofrecen todo tipo de actividades para que los más pequeños pasen parte de sus vacaciones

Raúl Canales

Miércoles, 2 de julio 2025, 01:21

Quizá usted no sepa quién es Suzanne Lenglen pero su hijo o sobrino ha podido oír hablar este verano de la gran tenista francesa del siglo pasado. Y es que en el campus de Fernando Esteve no solo se usa la raqueta, también la historia tiene un lugar.

Conciliar la vida familiar y laboral se torna más complicado cuando llegan las vacaciones. Lo de pasarse la época estival en el pueblo con los abuelos es de otra época. La alternativa para los padres y madres que tienen que seguir trabajando está en los campamentos, la evolución de lo que antes se conocían como colonias.

Pero poco se parece la oferta actual a aquella iniciativa surgida para que los niños de familias con pocos recursos tuvieran la oportunidad de tener algo parecido a vacaciones.

Hoy en la gran mayoría de campamentos de la ciudad no se duerme fuera de casa, ni se sale de Miranda. Tampoco se juega al pañuelo o a las canicas. La variedad de actividades es enorme y la premisa fundamental ya no es pasar el tiempo, sino aprovecharlo al máximo. Eso sí, toca rascarse el bolsillo y estar atento, porque las plazas vuelan.

Paso a Paso

El fútbol sigue siendo el rey hasta en verano

Mientras los aficionados rojillos todavía tratan de digerir la decepción de no ascender, la pelota no deja de rodar. Al menos en la academia Paso a Paso, que por tercer año consecutivo ofrece un campus matinal en el que el balón y la piscina comparten protagonismo. «Las sesiones no tienen nada que ver con las que hacemos en tecnificación durante el resto del año. Ahora todo tiene un enfoque lúdico y nada competitivo», asegura Marcos Sevilla, que no solo tiene alumnos mirandeses, sino que hay varias familias de La Rioja y País Vasco que dejan cada mañana a sus hijos en el polideportivo de Anduva y los recogen cuando salen de trabajar.

Club de Tenis

Un pionero que nunca ha dejado de ser un referente

Cuando Fernando Esteve decidió unir fuerzas con el exjugador del Mirandés, Raúl García, para poner en marcha un campus multidisciplinar pero con el deporte como eje principal, en la ciudad no había una oferta similar. Su propuesta fue pionera, pero más de una década después, y ya sin García en el equipo, cada año pasan cerca de un centenar de menores por las pistas de tenis. Esteve cuida hasta el último detalle. Todos reciben su camiseta, pantalón y mochila. También tienen un primer contacto con el tenis y aprenden valores que les servirán para la vida cuando dejan la raqueta. Por ejemplo, este año tienen la oportunidad de practicar tenis en silla de ruedas, un ejemplo de inclusión.

Academia INK Lingua

La palabra diversión existe en todos los idiomas

En algunas casas verano se dice summer y piscina es pool. Y es que aprender inglés puede ser divertido. «Desde que llegan les hablamos todo en inglés y hacemos semanas temáticas, pero hacemos gran parte de la actividad fuera del aula. El objetivo es que aprendan mucho vocabulario pero jugando», explica Maite Regaira. A diferencia de otros campus, tiene un número de plazas muy elevado y hay niños que están todo el verano. «El mundo de los campamentos ha cambiado mucho. Al principio no había casi oferta y luego proliferaron mucho los de deportes. Ahora tienes para todos los gustos y públicos», explica. El concepto entre las familias también ha cambiado. Ya no se busca 'colocar' al niño unas horas, sino que «la idea es que aprendan algo que les gusta en vez de pasar tantas horas en casa. De hecho, vienen muchos niños que sus padres podrían cuidarles por horarios, pero que prefieren que aprovechen este tiempo e interactúen con otros niños».

Backstage

La creatividad gana el pulso a la inmediatez

Quincenas, semanas y hasta días sueltos. Los campamentos de verano se amoldan a todo tipo de situaciones familiares. En Backstage cada jornada son 22 euros, aunque el precio se reduce notablemente si la estancia se prolonga.

Lo diferencial en Backstage, es que presta mucha más atención a la expresión corporal y a la creatividad que otras propuestas. La danza o el teatro tienen un rol importante, aunque los pequeños también hacen yoga o van a restaurantes a cocinar los platos que más les gustan. «En la sociedad actual, impera la inmediatez. Los niños están acostumbrados a tener todo casi al alcance de un click y a cansarse pronto de las cosas. En el campamento trabajamos mucho la paciencia y en saber disfrutar del tiempo que empleamos en hacer las cosas», explican.

La propuesta de Backstage es un reflejo del cambio que han experimentado los campamentos de verano para adaptarse a las nuevas generaciones. «Hace años te pasabas media mañana con el mismo juego, pero ahora un niño o niña de 9 años ya casi es preadolescente. Todo cambia», afirman.

Aún así, en su escuela de interpretación siempre hay un guiño al pasado. Por eso a lo largo de este verano, muchos de los juegos con los que se entretiene y enseña a los alumnos son los mismos que reinaban en plazas y parques en las infancias en blanco y negro.

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