«En Miranda no ves personas trans en atención al público; no hemos evolucionado tanto»
La presidenta del único colectivo LGTBIQA+ critica la agenda oficial para conmemorar el Día del Orgullo ya que invisibiliza a una gran parte del colectivo
raúl canales
Martes, 28 de junio 2022, 01:33
La bandera arcoiris ondeará hoy en diferentes rincones de la ciudad para conmemorar el Día del Orgullo, pero mucha gente desconoce la historia que hay ... detrás de esos colores. El Comando Bollo, el único colectivo mirandés de disidencias sexuales, reivindica el espíritu de Stonwell y se aleja del carácter festivo con el que se ha maquillado con el paso de los años una jornada de lucha.
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-¿Queda mucho camino por recorrer?
-Sí, por eso nos gustaría que se dejara de mercantilizar esta jornada, que se ha convertido casi en un negocio para las empresas que desvirtúa la esencia original. Por ejemplo, da vergüenza ajena que en Miranda uno de los actos sea 'potea con orgullo', que consiste en que los hosteleros pongan una bandera a los pinchos como marketing, porque luego la gran mayoría no están concienciados con la causa ni contratarían como camarero a un disidente sexual.
-Sorprende la ausencia del Comando Bollo de los actos oficiales.
-Nadie del Ayuntamiento nos ha llamado para participar. Es triste que en nuestra ciudad no se cuente con nosotras, y sin embargo, nos llamen desde Burgos para que nos sumemos a una manifestación y un programa crítico, pero es algo que tampoco nos extraña porque en Miranda se potencia una visión un poco casposa de las disidencias sexuales.
-¿Por qué?
-Solo se da visibilidad a una parte muy pequeña del colectivo, la que está socialmente bien vista: hombre gay con pluma y que hace gracia. Es un estereotipo de hace veinte años, que se sigue reforzando, pero que no es representativo de todas las disidencias. Un ejemplo significativo es que en los carteles suelen poner LGTBI, en vez de LGTBIQA+, por lo que directamente se olvidan de los queer o de las asexuales. Otro ejemplo es que la propia presentadora de la gala pedía ayuda estos días por las redes sociales para maquillarse y peinarse como una locaza, lo que refleja a la perfección la idea que se sigue teniendo de nuestro colectivo.
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«El Ayuntamiento fomenta una visión casposa de las disidencias sexuales; basada en un estereotipo de hace veinte años»
-Dentro de las disidencias sexuales existen diferentes grados de discriminación, ¿cuál es la más invisibilizada?
-No es una pregunta fácil de responder, pero seguramente los asexuales. Hubiera sido un buen momento para que en la programación se hubiera dado información al respecto, en vez de repetir los mismos clichés de todos los años. Si hablamos de inclusión, quizá quienes más discriminación sufren son las transexuales.
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-En Miranda, ¿todavía es difícil salir del armario?
-Sí, porque no hemos evolucionado tanto como la gente piensa. Es más, como en todo el mundo, con el repunte de la ultraderecha, estamos involucionando. De todas formas, quizá socialmente se han normalizado ciertas disidencias en los últimos años, pero hay otras muchas barreras que no se han roto: acceso al mercado laboral, apoyo institucional, operaciones que no incluye la Seguridad Social,.... ¿Cuántas personas trans ves en un puesto de atención al público en Miranda? Ahí tienes la respuesta.
-La disidencia sexual, ¿sigue siendo motivo para emigrar a una ciudad más grande?
-Lamentablemente sí. En una capital hay más aceptación o se pasa más desapercibido que en Miranda, que nos conocemos todos. Por eso hay quienes deciden irse cuando pueden.
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«Cuando colgamos una pancarta no dura ni un día»
-¿Tiene constancia de actos recientes de homofobia en la ciudad?
-Hace tiempo que no nos llega ningún ataque personal, aunque todavía tienes que aguantar de vez en cuando murmullos o miradas indiscretas. A nivel de colectivo sí que notamos la homofobia, porque cada vez que colgamos una pancarta o un cartel, nos lo arrancan en menos de dos horas y recibimos todo tipo de mensajes en las redes sociales.
-Las nuevas generaciones, ¿son más abiertas de mente?
-Existe una dualidad, porque tienen algunas cosas más aceptadas que las personas mayores y buscan información, pero a la vez también hay muchos jóvenes en los que está calando el discurso de odio promovido por ciertos partidos de ultraderecha. Además, no se imparte una educación sexual adecuada en los institutos, algo que tampoco nos ayuda a dar visibilidad a cierta disidencias.
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-¿Qué piensa cuando escucha al vicepresidente de la Junta hablar de recuperar la familia tradicional o de la hipersexualización de la sociedad?
-Que quiere recortar derechos que ha costado mucho conquistar. El problema no es él, sino que muchos de sus votantes no son conscientes de que están dando alas a un discurso homófobo que afecta directamente a la vida de miles de personas.
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