Miranda, una ciudad que late en el césped y en el monte
Dos pasiones, un corazón ·
Alfredo de Miguel, presidente rojillo, destaca el papel del Mirandés y de San Juan del Monte como «símbolos de resistencia y autenticidad»Secciones
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Dos pasiones, un corazón ·
Alfredo de Miguel, presidente rojillo, destaca el papel del Mirandés y de San Juan del Monte como «símbolos de resistencia y autenticidad»Cristina Ortiz
Viernes, 6 de junio 2025, 22:29
El corazón de la ciudad late con fuerza, con más fuerza que nunca. Y lo hace, además, dando síntomas de muy buena salud, con miles ... de blusas dispuestos a honrar a su Santo Verdadero y a empujar con el alma al CD Mirandés en su 'romería' a Primera División. Dos pasiones, dos deseos que se dan la mano estos días en los que la camiseta rojilla acompañará a la blusa que identifica a cada uno con su cuadrilla.
Y es que, como se encargaba de destacar el pregonero de San Juan del Monte 2025 , Alfredo de Miguel, este viernes desde el balcón del Ayuntamiento, «hay dos momentos del año en los que el corazón de la ciudad late con más fuerza»: cuando el CD Mirandés pisa el césped y cuando las Sanjuaneras y Sanjuaneros disfrutan de la romería, en una subida al monte «como si fuera una peregrinación hacia nuestra identidad».
Aunque a primera vista puedan parecer mundos muy distintos, el deporte y la fiesta popular, en el fondo, para De Miguel, comparten una misma esencia: la pasión colectiva, el orgullo local y el sentido profundo de pertenencia.
«Tanto en el estadio de Anduva como en el monte de San Juan, se respira una energía que va más allá del momento. Es la emoción de sentirse parte de algo más grande, de una historia común tejida por generaciones», relataba ante una plaza de España abarrotada, como si se tratará del Bombazo adelantado; dando buena muestra de que unir San Juan y Mirandés, tiene tirón. Éxito seguro. «Ambos, el Mirandés y San Juan del Monte, son símbolos de resistencia y autenticidad»
El club, apuntaba el presidente rojillo, «con su humildad y coraje frente a los gigantes, representa el espíritu luchador de Miranda», mientras que las fiestas, con su carácter popular y su tradición viva, recuerdan que «nuestras raíces están llenas de alegría, de esfuerzo compartido y de comunidad».
En definitiva, sentenciaba De Miguel, «tanto en el verde del campo como en el verde del monte, el alma de Miranda se hace presente». Un alma que, más allá de los resultados deportivos o de la duración de la fiesta, une a toda la ciudad y la impulsa a «seguir celebrando quiénes somos».
Y es que al igual que el Mirandés, San Juan también es un sentimiento. Un sentimiento que, aunque imposible de explicar, «se hereda, se transmite y se vive».
De ello se encargan las familias, pero también los guardianes de la tradición, como Los del Santo o la ermitaña, para los que tuvo una mención especial por cuidar la ermita, la gruta y la imagen de San Juan.
No se olvidó de las cuadrillas, la «esencia» de la fiesta, las que le dan sentido y la llenan de color, ruido y alma y que permiten que una vez al año, por San Juan, «volvamos a ser los de siempre», sin etiquetas, con muchas risas, abrazos y charangas que arrastran. «No hay horarios, sólo ganas. No hay reglas, sólo rituales».
Y es que la cuadrilla sanjuanera es mucho más que un grupo de amigos para De Miguel, es «un lugar donde se honra la amistad y se transmite la herencia sanjuanera con cada brindis, cada baile y cada abrazo. Es familia festiva, es refugio de historias, es el lugar donde cada uno aporta lo que es». Son, destacaba, «guardianas de la tradición y sembradoras de alegría por nuestras calles».
Y también encargadas de garantizar que la alegría de San Juan sea también «ejemplo de convivencia y de igualdad», así como de «respeto al prójimo» y de cuidado del monte, de ese lugar «que tanto nos ha dado». Fue una llamada de atención antes de hacer que una plaza abarrotada estallara de júbilo al grito de: ¡Viva Miranda de Ebro!, ¡Viva el CD Mirandés!, 'Viva nuestro santo verdadero! y ¡Viva San Juan del Monte!
El presidente del CD Mirandés no desaprovechó la oportunidad para agradecer a la afición que vibre con el equipo y que lleve nuestro orgullo de ciudad por toda España.
«El espíritu de lucha, la ilusión compartida y la unidad que hemos vivido en esta temporada histórica son el mejor reflejo de lo que somos como pueblo: apasionados, incansables y unidos».
Valores que, junto con la ayuda de Nuestro Santo Verdadero, al que iba a pedir que echara una mano al equipo en el play off de ascenso, van a hacer posible que lo que ahora está viviendo la ciudad «sea eterno».
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María de Maintenant e Iñigo Fernández de Lucio
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