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Cristina Ortiz
Martes, 29 de abril 2025, 00:05
El apagón obligó a improvisar en la ciudad. Ante las únicas certezas de que la falta de suministro era generalizada y que era imposible predecir ... cuándo volvería la electricidad, tocó actuar para tratar de evitar que el caos se adueñara de la situación. Para ello, a nivel institucional, desde los momentos iniciales Bomberos activó los busca del retén de guardia y el turno de mañana de Policía Local alargó la jornada, complementando a los efectivos de tarde hasta que sobre las 16.50 volvió la luz en Miranda.
El municipio permaneció a 'oscuras' casi cuatro horas y media. Un tiempo en el que lo prioritario para el Ayuntamiento fue mantener la seguridad de las personas. Para ello, se desplegaron agentes municipales en tres puntos considerados más conflictivos de la ciudad para regular el tráfico y evitar accidentes al estar apagados los semáforos.
Especial atención se puso en el que da paso a los vehículos en la confluencia de Real Aquende, Oroncillo y La Fuente, un punto con mucho tráfico y poca visibilidad. «Ése era un punto crítico y mandamos una patrulla desde el principio», tal y como reconoció el concejal de Seguridad Ciudadana, Pablo Gómez.
Lo mismo se hizo para evitar golpes en el cruce de República Argentina con Carretera de Logroño y en la rotonda de la 'm', aunque tanto ahí como en otros puntos como la conexión de Ronda hacia Colón, «los propios conductores se han ido autorregulando», sin que se produjeran más incidentes hasta que ha regresado el abastecimiento eléctrico. Eso sí, en algunos lugares más tarde que en otros, porque no en toda la ciudad se retomó el servicio a la misma hora, en la zona de La Charca y del polígono de Bayas tuvieron que esperar algo más.
Los bomberos centraron su tarea en los momentos iniciales en extraer a los vecinos que se habían quedado atrapados en los ascensores, que eran los que más nerviosos estaban, ya que a la falta de información se sumaba el estar encerrados en un espacio angosto y sin luz. Afortunadamente fueron menos de una decena de bloques de la ciudad en los que tuvieron que intervenir para ese cometido. A partir de ahí, también ayudaron a subir a sus domicilios a personas con movilidad reducida incapaces de sortear tramos de escaleras. Si bien, ese colectivo se tomó la situación con deportividad y agradeció la implicación de los efectivos del cuerpo de Bomberos, que tiraron de grupo electrógeno para cargar por completos sus equipos de comunicación y evitar más complicaciones.
Gómez también mantuvo un encuentro con el responsable de Policía Nacional de cara a organizar un dispositivo nocturno que garantizase la seguridad en la ciudad en caso de que no volviera la luz, pero no fue necesario activarlo.
Otro de los puntos 'calientes' durante el apagón estuvo en la captación de agua de La Calera, por el parón de las bombas de extracción que necesitan el suministro eléctrico para trabajar. Afortunadamente, la cantidad almacenada en los depósitos de la ciudad fue más que suficiente para garantizar el suministro de toda la ciudad durante el tiempo que duró el corte. Eso sí, el concejal de Urbanismo y Servicios, Guillermo Ubieto, reconoció que el nivel de agua de los depósitos «ha bajado más de lo normal porque la gente ha hecho más acopio».
No hubo problema para abastecer de gasoil a las residencias de mayores y al hospital, lugares críticos, que mantuvieron su normal actividad gracias a los grupos electrógenos de los que disponen para entrar en uso ante cualquier emergencia; y, la de ayer, lo fue. El Santiago Apóstol desarrolló su normal actividad y se atendieron todas las consultas fijadas. De hecho, hasta la cafetería del centro sanitario operó con normalidad, ofreciendo menús o cafés a todos aquellos que se acercaron a su barra.
También las baterías de los parquímetros de la zona azul permitieron que siguieran funcionando pese a la falta de electricidad. No lo tuvieron tan fácil los conductores que intentaron estacionar sus vehículos en los garajes. Imposible, en muchos casos abrir las puertas, por lo que a la hora de comer, aunque fuera un bocadillo, se podían ver numerosos coches estacionados de manera improvisada sobre las aceras.
Tampoco en algunos colegios de Primaria pudieron ofrecer un menú habitual a sus alumnos y optaron por yogures y comida fría. En el Príncipe de España, no tuvieron problemas con el comedor. Había verdura y hamburguesas que «ya estaban hechas, por lo que han podido comer bien», reconocía su directora, Lydia Marcelo.
Lo que no pudieron mantener fue un viaje programado a Madrid con los alumnos de quinto. 38 alumnos que iban a participar en un proyecto interautonómico de innovación Observa_Accion. «Nos hemos quedado aquí y no sabemos si se podrá hacer», reconoció.
Por perdida dieron buena parte de la jornada las empresas de los polígonos, que confiaban en que el suministro estuviera por completo restablecido para este martes ya que pasadas las seis de la tarde aún seguían a oscuras.
Un tiempo en el que en algunas compañías trataron de mantener cierta actividad, mientras que en otras optaron por mandar a la gente a casa porque «no había forma de hacer nada. Hoy en día todos dependemos de la electrónica y de la informática para hacer cualquier trabajo y, sin corriente eléctrica, nada funciona», explicó el vicepresidente de la Cámara de Comercio y gerente de Novadiet, Gerardo Martínez.
Su empresa tampoco se libró del apagón pese a contar con una instalación solar que en las horas centrales del día en una jornada como ayer les permite autoabastecerse del 100% de la energía que consumen. El problema es que las tienen conectadas a la red y no cuentan con baterías que ayer les hubiesen salvado la jornada, por lo que no descarta que ésa sea una inversión a futuro de la compañía para evitar problemas futuros.
«Si este martes el suministro es normal la mayoría de las empresas no tendrán ningún problema para recuperar parte de la jornada perdida; siempre y cuando la vuelta de la energía no haya generado algún daño en equipos o maquinaria», apuntó. Eso es algo que habrá que valorar en los próximos días.
También el impacto en las expediciones logísticas, porque el envío y la recepción de mercancías sin poder registrar los datos se vio paralizada.
Pero no sólo la electricidad complicó la jornada, también lo hicieron las telecomunicaciones, ya que establecer contacto telefónico o a través de whatsapp resultó más que complicado a lo largo de toda la jornada, con cortes intermitentes en varias compañías de teléfono e internet.
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