Los jóvenes de Construyendo mi Futuro cierran el curso ayudando a Amidahi

Las seis forman parte de uno de los grupos de Construyendo mi Futuro (Cofu), formado por once chicas y un chico; todos ellos con edades entre los catorce y los dieciséis años. Colectivo que está ahora a punto de finalizar su proyecto de este año y que para hacerlo, a lo grande, ha organizado «con mucho trabajo y esfuerzo», apuntaba la monitora, Edurne Ardila, la tómbola.

Todos los años alguno de los grupos se encarga de despedir el curso con esta actividad -con la de ayer ya son once las ediciones-, que es el cierre para un trabajo en el que quienes participan tienen entre sus tareas la de conocer la realidad de las diferentes asociaciones que desarrollan su labor en la ciudad. Vistas unas cuantas la decisión final del grupo fue la de destinar los beneficios que se obtuvieran en la tómbola a Amidahi.

Partiendo de una lista de asociaciones «hemos ido conociendo cómo funcionan. Las hemos ido a visitar y hemos visto qué hacen y como trabajan y al final nos decidimos por ésta».

El trabajo de contactar y saber un poco más del trabajo de estas entidades de carácter social comenzó para el grupo de Cofu en enero. Viven en la ciudad y en algunos casos habían olido hablar de alguna de las asociaciones pero para algunas de las chicas «ver el sitio en el que están y saber exactamente qué es lo que hacen, me sorprendió», decía.

Conocieron que necesitan en Amidahi hacer algunas reformas en una de sus estancias y creen que si ellas pueden «aportar algo para que hagan ese arreglo, eso va a ser lo mejor de todo este trabajo que estamos haciendo. Poder entregarles un dinero para que mejores, va a ser estupendo», explicaban.

Ir tienda por tienda, establecimiento por establecimiento, «no nos hemos dejado ni una calle», fue un trabajo «bastante duro porque hay que ir varias veces a cada sitio» decían, pero también tenían claro que el resultado, conseguir alrededor de doscientos cincuenta regalos «ha compensado ese esfuerzo que hemos tenido que hacer. Los comerciantes de Miranda han demostrado que son solidarios».

Y los miraneses en general también. Ayer, desde el momento en el que ya había boletos a la venta, empezó a llegar público que aportaba sus cinco euros por boleto para que la recaudación acabe llegando a Amidahi. Integrantes de la asociación echaban una manos a los chicos y chicas de Cofu e informaban sobre su labor.

Para animar a todo el mundo se contó también con la batukada Batuskirla. Su música fue otro granito de arena en esta cita solidaria.