Una jornada llena de arte y artesanía

Ayer no faltaron visitantes, pero lo que muchos de ellos advertían y, a la vez lamentaban era que «este año son muy pocos los que han venido», se escuchaba en algunas conversaciones que terminaban apuntando también que «no sé, pero esto da la sensación de que tiene visos de desaparecer. Ayer -por el sábado-, la cosa se vio que decaía en el desfile de carrozas y hoy parece que esto lleva el mismo camino», auguraban algunos mirandeses que no han faltado nunca a la cita con la artesanía de la feria de las fiestas.

La percepción de que los artesanos eran menos que otros años era acertada ya que el número de participantes se redujo a catorce. Variedad en los productos había sí, pero está claro que no eran demasiados los que se decidieron a apostar por la cita en Miranda. Algunos de ellos, como Isabel Mediavilla comentaban que «como daba amenaza de lluvia más de uno habrá pensado que venir era arriesgado, porque esta feria cuando llueve, suele ser regular».

Era una voz autorizada porque lleva participando en la feria varios años ofreciendo sus trabajos que realiza «fundamentalmente con Swarovski y miyuki que monto en plata». Apuntaba también que le gusta participar en citas como la mirandesa porque «se convierten en un buen escaparate para que la gente vea algunos productos que si no sería imposible que conociera. Este es el modo de valorar lo que hacemos los artesanos».

Algunos, o algunas como es el caso de la burgalesa Angélica Salgado, más que con vocación tardía, dedicándose cuando dio un giro a su vida a trabajar un material que se adivina cuando se ve el nombre de su taller 'A cuero lento', «que lo he llamado así porque como se hacía en las cocinas a fuego lento, despacio, con cariño, es como trabajo».

Ella habitualmente se desplaza por ferias con carácter más profesional que la mirandesa, pero la conocía y «he querido probar y bueno, se ve que a la gente le gusta, se interesa por los productos que traemos y eso está bien».

Llamaban la atención los trabajos que ofrecía Isabel Ruiz porque todos los productos que tenía a la venta, se presentaban ilustrados con un dibujo de Miranda.

Ella llegaba desde Logroño y optó por presentar su trabajo en la Feria de Artesanía porque «es una idea nueva que estoy sacando y que consiste en hacer objetos de recuerdo de diferentes ciudades, como es el caso de Miranda, de modo artesanal, para que resulten más personalizados».

Se podían adquirir cuadernos, tazas o imanes de nevera que «es el objeto que está teniendo mayor aceptación, está triunfando. Son objetos para quienes vienen de fuera pero creo que también son interesantes para los propios mirandeses».

Estaba satisfecha con la respuesta de los mirandeses que se mostraban sorprendidos de ver lo que esta artesana ofrecía y que tenía sobre la mesa algunos objetos con los que realiza su labor. «No es fácil hacer alguno de estos objetos en el momento, pero los tengo ahí para que la gente los vea».

Faltaron algunos de los habituales en esta feria que se quedó con sólo catorce participantes, pero lo que no decayó fue el interés de los mirandeses que tanto por la mañana como por la tarde se acercaron al Antonio Cabezón para conocer las ofertas que se les presentaban.