Gimnasios como parte del día a día
Sus gerentes dicen que los usuarios son conscientes de que se necesita constancia y no se hacen milagros
No hace tanto tiempo cuando alguien decía que iba al gimnasio la mirada de sus interlocutores se tornaba escrutadora para adivinar las razones por las ... que esa persona había decidido pasarse horas y horas machacando su cuerpo. Y ocurría porque no era nada habitual que entre las aficiones más comunes se encontrara la realización de actividad física en alguno de ellos.
Sí que entraba dentro de lo habitual que en enero, al arrancar el año, alguien del entorno más o menos próximo anunciara a los cuatro vientos que uno de sus propósitos para ese nuevo año iba a ser precisamente el de acudir regularmente a un gimnasio para ponerse en forma, empezando, eso sí, por hacer algo para eliminar los kilos acumulados como consecuencia directa de las comilonas navideñas.
También solía darse el caso de encontrar a quienes pretendían disminuir su peso y buscar una mejor figura con la vista puesta en el verano, la denominada operación bikini, pero lo cierto es que todo esto ha pasado a convertirse en un discurso añejo ya que en la actualidad «todo el mundo sabe que no se pueden hacer milagros en pocos días, que para estar bien se necesita constancia», apuntan los gerentes de los gimnasios consultados, y lo de ir a ellos es un hábito que se ha colado «para quedarse» en el día a día de mucha gente.
Es una actividad más que se incluye para conseguir una vida más saludable. Ya no se entiende por lo tanto como una moda, sino que entra en la rutina de muchos, ya sean jóvenes o no tanto, hombres o mujeres, porque el abanico de usuarios es tan amplio como las opciones que se ofrecen en estas instalaciones, cada una con características específicas y distintivas.
«Ir al gimnasio no es una moda, es una tendencia, y ayuda a mantener una forma de vida saludable»
El gimnasio que lleva más de treinta años en Miranda es Podium, que con el paso del tiempo ha tratado de ser «más específico y, por eso, además de contar con usuarios que acceden a la sala de musculación, somos referente en la preparación de quienes practican kárate», apunta David Valderrama, que indica que entre estos siempre hay alguno que acaba dejándolo, pero que «la mayoría se mantienen y compitiendo o sin hacerlo, que hay de todo, se suelen quedar hasta conseguir el cinturón negro».
La experiencia de los años le permite asegurar a Valderrama que tras la pandemia que «nos hizo mucho daño a todos», la gente «se ha convencido de lo positivo que es hacer ejercicio, adecuado a las necesidades de cada uno, pero ejercicio, y eso está haciendo que volvamos a acercarnos ya a las cifras de usuarios que teníamos antes».
De las bondades de la realización de actividades físicas habla también cuando se refiere a las denominadas dirigidas y en las que participan grupos, como el de entrenamiento funcional el pilates o la gimnasia de mantenimiento. En cuanto a éste dice sentirse «especialmente orgulloso, en él hay personas de hasta 80 años, que son el ejemplo de lo positivo y beneficioso que es dedicar un tiempo a la actividad física e introducirla en nuestras rutinas para gozar de un estilo de vida más saludable».
«La gente ya se ha convencido de lo positivo que es hacer ejercicio adecuado a sus necesidades»
Actividades colectivas
La característica específica del gimnasio Adriana Iglesias, que tiene mayotariamente a mujeres como usuarias «pero que no somos un gimnasio femenino», es que en sus instalaciones no hay maquinaria de musculación, sino que la oferta es «un amplio abanico de actividades colectivas, desde cardiovasculares, como el ciclo, el strong o zumba, hasta pilates o yoga, entre otros», además de disciplinas más novedosas, como puede ser el antigravity, el fitness en suspensión «que está teniendo una gran aceptación», explica.
También diferencia al gimnasio Adriana Iglesias el hecho de que se ofrezcan opciones a los más pequeños, como las clases de baile para niños y niñas de entre los cinco y los doce años. Esta circunstancia y lo peculiar de sus disciplinas, «fundamentales para disfrutar de una forma de vida saludable, de una mejor calidad, como mucha gente ya reconoce. Ir al gimnasio más que una moda es una tendencia y ya se está interiorizando que el ejercicio es fundamental para la salud» hace que en este gimnasio la actividad «nuestro calendario sea similar al escolar, así que ahora estamos ya preparando el programa que ofertaremos en el próximo».
Es un gimnasio pequeño en el que «nuestros usuarios se sienten como en familia, eso es parte de su encanto, y hay quien viene además de a ponerse en forma, a socializar». Apunta que hay demanda en todas las disciplinas y que «poco a poco estamos llegando ya a las cifras de usuarios que teníamos antes de la pandemia, estamos recuperando el ritmo».
Con orgullo dice Adriana Iglesias que, además de las propuestas para el público en general, su gimnasio colabora con «Salud Mental Miranda, con una clase a la semana de música en movimiento».
«Es fundamental ponerse en manos de un instructor para saber qué actividades convienen a cada uno »
Sin horario
Y movimiento es el que hay, y a todas horas en Actual Fit 24 ya que precisamente su característica distintiva con respecto al resto de ofertas es que sus puertas se mantienen abiertas veinticuatro horas al día. «Hay gente que por cuestiones de trabajo no puede ir al gimnasio en los horarios habituales y, aunque son los menos, aquí hay quienes vienen a partir de las doce de la noche o a las cinco de la mañana», indica su gerente, María Benito que indica también que esta cuestión horaria hace que «las actividades que proponemos van enfocadas a todos los públicos, salvo niños. El límite son los 16 años».
Se dispone de maquinaria para la mejora de la condición física a nivel general, de fuerza o cardiovasculación. Además, se ofrecen clases colectivas enfocadas a mejorar la tonificación fuerza, la condición física, y mejorar cuerpo mente.
El perfil de los que realizan musculación es de hombres y mujeres de entre dieciséis y cincuenta años. A partir de ahí «tenemos gente que busca mejorar su condición y sentirse mejor».
Echando la vista atrás explica que, tras la pandemia y con «una recuperación paulatina de usuarios, que necesitábamos, lo que estamos viendo es que ahora vienen muchas más mujeres. Desde hace dos años a esta parte casi podemos decir que las cosa está casi en mitad y mitad».
Argumenta también María Benito que está ayudando en el hecho de «que estemos de moda que, por fin, los médicos recomienden hacer ejercicio. Hacer un deporte debería ser un estilo de vida, eso sí, siempre con supervisión. Ponerse en manos de un instructor para saber cuáles son las actividades que les convienen y hacerlas correctamente es fundamental».
Las puertas de los gimnasios están abiertas, y cada vez son traspasadas por más mirandeses.
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