Los expertos apuestan por peatonalizar el Casco Viejo de Miranda y se probará los fines de semana
El plan de movilidad recoge una medida que la concejala plantea aplicar ya en los días de más actividad en el barrio
Raúl Canales
Martes, 17 de junio 2025, 00:13
La rehabilitación del Casco Viejo es uno de los temas prioritarios en la agenda política municipal. El barrio histórico sufre un acusado declive y urge ... la adopción de medidas en el ámbito urbanístico, social y patrimonial. Uno de los primeros pasos, porque además no conllevaría un fuerte desembolso económico, es la peatonalización.
El Plan de Movilidad de Miranda para los próximos años pone el foco en la necesidad de reducir la densidad de tráfico que soporta la Parte Vieja, cercana a 5.000 vehículos diarios en calles «con una distancia inferior a siete metros entre fachadas y no preparadas para esa densidad».
El informe de los técnicos avala la idea de la concejalía de Medio Ambiente, que ya ha manifestado su intención de restringir el paso de coches particulares por la calle Real Aquende y permitir únicamente el paso del transporte público y los servicios.
Los expertos creen que la peatonalización daría un impulso al barrio ya que sería una zona más atractiva para pasear y un beneficio para los negocios de hostelería que hay en el entorno de la plaza. Además reduciría los ruidos y molestias que sufren los vecinos, un primer paso para acometer otras actuaciones mucho más profundas que permitan fijar población y frenar la degradación de muchos de los edificios.
Para tener más capacidad de análisis sobre las ventajas y desventajas que supondría la peatonalizacióin, María Cueva propone que las restricciones de tráfico sean progresivas y comiencen a aplicarse los fines de semana y festivos. De esta forma, se podría ver la respuesta de la gente y también los problemas que puede representar para los residentes en El Crucero que se elimine la conexión por la Parte Vieja, aunque podría dejarse operativa La Fuente para quienes bajan a la ciudad. De hecho, desde que se modificó el acceso a la zona residencial por la Nacional tras la supresión del paso a nivel, son cada vez más los vecinos que suben a El Crucero por la Parte Vieja, lo que ha agravado el problema de la densidad de coches en el puente Carlos III.
Según el Plan de Movilidad, poner en marcha un sistema para limitar el tránsito de vehículos por el casco histórico supondría un coste de 50.000 euros, un gasto asumible para las arcas municipales.
Menos impacto
Con el objetivo de lograr una movilidad «diversa, segura, eficiente y e bajo impacto ambiental», el plan de acción para los próximos años incluye otras medidas como la colocación de resaltos para reducir la velocidad y hasta asfalto fonoreductor en las calles que más ruido soportan por el paso de los coches. Ronda de Ferrocarril, carretera Logroño, Ramón y Cajal y calle Vitoria son las vías más señaladas por el efecto que tiene el tráfico rodado en el descanso de los vecinos.
Los técnicos también aprueban la decisión de Cueva de apostar por el transporte a demanda para conectar las pedanías como alternativa más eficiente y viable que el actual servicio de bus urbano mientras que en lo referente al uso de bicicleta se observan «frecuentes ciclistas deportivos, pero el número de usuarios de bici cotidiana es sorprendentemente bajo». Los motivos a los que se achaca que los mirandeses no elijan la bici como medio de transporte habitual van más a la facilidad para llegar a todos los sitios a pie y las barreras existentes para conectar algunos puntos, como los polígonos industriales o el barrio de Las Matillas. Es precisamente en esos lugares en los que se proponen actuaciones concretas para que moverse en bicicleta resulte más atractivo y seguro.
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