Estancias de la Biblioteca Cervantes superan los 30º en plena ola de calor en Miranda
Cultura está a la espera de presupuestos de lo que costaría instalar equipos de refrigeración por plantas y cuál sería la mejor solución técnica
Cristina Ortiz
Miércoles, 2 de julio 2025, 23:42
31,5º llegó a alcanzar el martes a mediodía la sede de la Fundación Cantera en el tercer piso de la Biblioteca Cervantes. Una temperatura ... más que excesiva para concentrarse en cualquier lectura o tarea cuando lo único de lo que se dispone para mitigar el calor es un ventilador de sobremesa. Equipos portátiles de climatización que se han vuelto a demostrar más que insuficientes en la sala de estudio situada un piso más arriba y que, de momento, de manera temporal se ha trasladado a la primera planta, con el objetivo de que quienes acudan tanto por la mañana como por la tarde estén un poco más cómodos. Aunque ésa tampoco sea la solución.
El calor se ha metido de lleno en un edificio inaugurado hace tres años y que carece de un sistema de refrigeración que se ha demostrado más que necesario en el periodo estival, teniendo en cuenta que ayer, a media mañana, en una jornada no especialmente calurosa, la biblioteca de adultos registraba 27,5º, más que en la calle a esa hora.
Y aguantar es, por ahora, la única solución a corto plazo, porque aunque la Concejalía de Cultura está a la espera de recibir presupuesto y soluciones técnicas para instalar equipos de refrigeración tiene claro que no van a estar para este verano. En principio, se está pensando en colgar unidades de aire acondicionados en la paredes, porque hacer una instalación con tubos y rejillas por todas las salas además de una obra demasiado costosa obligaría a mantener cerrado durante tiempo el inmueble y eso es algo que el responsable del área, Carlos Diez Javiz, no se plantea.
También tiene muchas dudas sobre el emplazamiento de las máquinas exteriores, de los motores. No está claro que se puedan colocar en la cubierta y en las fachadas, por estética tampoco es una idea que se quiera barajar. Por eso, a las empresas a las que han pedido presupuesto, les han solicitado al mismo tiempo propuestas técnicas que sean viables sin romper la imagen del inmueble, así como que «nos garanticen que van a tener un rendimiento suficiente para solucionar el problema».
Además, en función de la inversión que haya que hacer, Cultura estudiará el ejecutar la actuación por fases, costeándola con diferentes presupuestos.
La situación es la misma que ya vivieron los usuarios de la instalación el verano pasado y, entonces, el Consistorio ya habló en un pleno municipal de que el equipo de Gobierno estaba trabajando en un proyecto para ver cómo se podía instalar aire acondicionado sin que el coste se elevase en exceso y sin tener que cerrar toda la instalación para ello. Y ése es el mismo punto en el que nos encontramos un año después en una dotación cultural que se vendió como edificio inteligente y que contaba con un equipo –que ahora tampoco funciona– para renovar el aire y que éste siempre estuviera limpio sin necesidad de ventilar y abrir las ventanas, pero no apto para refrigerarlo.
Tampoco se pensó entonces en la necesidad de limpiar los numerosos ventanales de la biblioteca. No están incluidos en el pliego de limpieza y no se han tocado desde que se inauguró el edificio.
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