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Numerosas personas se acercaron a las orillas del Ebro para ver su evolución.

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Numerosas personas se acercaron a las orillas del Ebro para ver su evolución. A. G.

El Ebro vuelve a inundar Miranda

El caudal fue creciendo de manera paulatina a lo largo de la jornada hasta los 6,28 metros a las once de la noche

cristina ortiz

Viernes, 25 de enero 2019, 00:06

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A ritmo lento, pero sin pausa, el caudal del Ebro fue creciendo ayer a lo largo de toda la jornada y en esta ocasión lo hizo respondiendo a las previsiones que se fueron facilitando desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que ya había estimado por la mañana que el volumen del cauce a su paso por la ciudad podría rondar a los 900 metros cúbicos por segundo.

Volumen que se alcanzó alrededor de las nueve de la noche. A esa hora el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) recogía que se había llegado a los 919,11, con una altura de 6,18 metros. Eso sí, la tendencia seguía siendo ascendente. De hecho, así estaba previsto que fuera hasta alrededor de las 22.30.

Horas antes, a media tarde, el Consistorio ya había optado por trabajar con unos números más amplios que los iniciales de la CHE. Estableció su previsión en los 950 metros cúbicos y 6,25 de altura. Una decisión acertada, porque a las 22.00, el SAIH reflejaba 6,24 metros de altura y 927,33, de caudal; y a las 23.00 horas esos números eran de 6,28 y 932,81.

De hecho, a última hora de la tarde también la CHE 'retocó' su previsión, fijando el caudal en una horquilla que iba de los 900 a 1.000 metros cúbicos y la altura entre 6,10 y 6,75. Además, en el contacto telefónico mantenido entre responsables del organismo de la cuenca y la alcaldesa, Aitana Hernando, de cara a la reunión de seguimiento fijada a las nueve y media de la noche en el Ayuntamiento, se incidió en que los números seguían siendo «orientativos», porque dada «la alta complejidad de este tipo de fenómenos naturales» no se podía descartar que finalmente se pudieran llegar a superar.

Cifras que se iban aproximando a las registradas en 2015, cuando se alcanzaron los 6,95 metros del año y los 1.025 metros cúbicos de caudal (el SAIH llegó a registrar 1.413, pero se apuntó entonces que fue un error del sistema, porque la altura vició el volumen).

Pero mucho antes de alcanzar esos niveles, numerosos puntos de la ciudad ya habían resultado anegados por el agua. En muchos casos, por la que había ido brotando a través de desagües y sumideros. Ese fue el caso de algunos locales como los de la guardería Colorines o el centro Recrea de Caja de Burgos, ambos en Ronda del Ferrocarril, entre Arenal y Alfonso VI. En este último el agua entraba a través de filtraciones por las paredes.

Previamente el agua había llegado a salirse en la zona de La Arboleda, donde el río se desborda pasados los 600 metros cúbicos por segundo. Es el área que antes recibe el agua, que después comienza a inundar las calles Bilbao y Álava, donde ya por la mañana a algunos vecinos les llegaba hasta el portal de casa. Ambos puntos permanecieron cortados desde primera hora.

Al Fray Pedro de Urbina el agua le llegó directamente dentro. Tener un cota inferior al nivel freático hizo que entrara por los desagües; situación que hizo que se optara por desalojar el centro y suspender las clases. Lo mismo hizo la Escuela Oficial de Idiomas, que comparte inmueble con el instituto. No hubo problemas en los colegios Las Matillas (el centro está en un punto alto) o Anduva (al que en 2015 se le inundó el patio) pero algunos padres sí que optaron por ir a buscar a sus hijos.

Desde primera hora de la mañana efectivos del Ayuntamiento se habían puesto en contacto con responsables de los centros, al igual que lo hicieron con los comerciantes y locales de Ronda del Ferrocarril;además de avisar a los vecinos de vías, como de Condado de Treviño, Río Ebro, Eras de San Juan o Los Linares de la situación para que, de manera preventiva, sacaran los coches de los garajes y los aparcaran en el exterior. Medida que conllevó aparejada la suspensión del servicio de la ORA para que los coches pudieran estacionar sin problema en lugares reservados a la zona azul.

También se avisó de la situación a responsables de Montefibre y de los juzgados, cuya planta sótano se acabó anegando hasta alcanzar el medio metro. El agua fue entrando por los desagües según subía el nivel del Ebro. Crecimiento que a media tarde ya llevó a los responsables municipales a tomar la determinación de desalojar un edificio de viviendas en la confluencia de las calles San Nicolás con Arenal y varias casas del Camino de Los Pinos. Hecho del que se derivó también la búsqueda de un nuevo alojamiento para una persona.

Horas después, alrededor de las 22.00 horas y con el caudal del Ebro aún en alza, la Policía Local optó por ampliar los cortes de algunas calles con importantes balsas de agua, como fue el caso de Río Ebro, entre República Argentina y Condado de Treviño; y República Argentina, entre Río Ebro y San Agustín (frente a los juzgados).

Pero el Ebro no era el único río que subía. El Bayas también llegó a alcanzar pasadas las 22.00 horas los 3,99 metros de altura con un caudal de 189 metros cúbicos por segundo. Aunque para entonces la tendencia a la que se apuntaba era descendente y se confirmó, porque la siguiente medición se fijo en 3,71 metros. Mucho antes, cuando por la mañana las previsiones apuntaban hacia arriba, desde el Ayuntamiento ya se había optado por vaciar el polideportivo y cerrarlo al público. Se hizo de manera pausada, sin evacuar a los usuarios. Los que habían acudido por la mañana, entre ellos, alumnos de colegios a los cursillos de natación, realizaron su actividad con normalidad. Lo que no se hizo fue dejar que siguieran entrado usuarios. Tampoco podrán hacerlo, de momento, hoy por la mañana.

De manera paralela, operarios municipales fueron retirando del sótano aquellos equipos que pudieran verse afectados por el agua, como medidores digital de temperatura, en caso de que se llegara a inundar ese nivel de las dependencias. Algo que finalmente no ocurrió. Especial atención se puso también en proteger del agua el Pabellón Naranja, que acaba de estrenar suelo hace solo unas semanas. En el edificio se sellaron todas las entradas y se reforzaron con sacos de arena. Hay que tener en cuenta que hacia mediodía ya se optó por cortar al tráfico la carretera del Penbu ante la amenaza del Bayas con desbordarse en esa zona.

También desde primera hora de la mañana los vecinos de la Urbanización El Lago seguían con atención la evolución del Zadorra, que fue ocupando espacio hasta ganar altura en el muro que separa la zona natural del asfalto. A las 22.00 horas el SAIH marcaba un altura del río en ese punto de la ciudad de 3,92 metros, con un caudal de 313,61 metros cúbicos por segundo y con una tendencia a seguir aumentando.

Pero su preocupación les había hecho tomar medidas horas antes. En una de las urbanizaciones no dudaron en estrenar una chapas metálicas hechas a medida para proteger la entrada al garaje y los accesos peatonales. Las encargaron en las inundaciones de 2015 y confiaban en que si el agua llegaba hasta la puerta funcionaran para frenar el paso.

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