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Toni Caballero
Miranda de Ebro
Domingo, 19 de enero 2025, 23:46
Qué es la vida sino un recorrido por los lugares visitados y, sobretodo, por las personas que comparten con uno algún tramo del camino, mayor ... o menos; qué es la vida sino el tiempo invertido en vivir. De este preciso concepto, el tiempo, nace el leitmotiv que ha dado vida, valga la redundancia, al nuevo proyecto del mirandés Mario Rivera: Freeze.
«La fotografía tiene la capacidad de congelar el tiempo. Nunca nadie va a ser más joven ni la naturaleza va a encontrarse en el mismo estado», explica. Por ende, el diseñador gráfico y director de arte multidisciplinar afincado en Bilbao ha decidido aunar diferentes capturas de su propia andadura en forma de libro, todo ello bajo un sello artístico de lo más personal.
«En ellas puedes encontrar a mi familia, mis amigos, artistas, personas con las que he coincidido de viaje... Todas, para mí, especiales y que llevaré conmigo. Gracias a estas imágenes puedo transportarme a ese momento en el que hice la foto», argumenta, como si de una máquina del tiempo se tratase.
Y es que Freeze, congelar en inglés, da pie al concepto de conservar ese momento para siempre. «Nace de mi pasión por los libros de diseño y fotografía, siempre había querido realizar uno en el que apareciera toda mi gente, y que lo podamos ver 20 años después y ver el valor de esas imágenes y como han transcendido», añade Rivera.
A nivel técnico, se trata de un proyecto autoeditado, una obra personal para su portfolio. «Hice varias copias físicas para poder hacer una sesión de fotos de producto, que realicé junto a Jonzo One, porque también me parece muy interesante el libro como objeto». Asimismo, aclara que «en principio voy a producir unas cuantas copias para la gente que me esté pidiendo, pero no saldrá de momento a la venta bajo ninguna editorial, aunque si hubiera alguna interesada, se podría mirar cómo comercializarlo».
El camino
Cada fotografía viene acompañada de la persona, el lugar y el año en el que fue cautivada. Un poco de contexto para transportarnos hasta el paisaje dibujado en el hipocampo del artista, que lleva 7 años afincado en la capital vizcaína desde hace 7 años y que brinda todo su talento a la agencia digital Workoholics, la cual tiene al Athletic Club de Bilbao entre sus diversos clientes.
«La foto más antigua que aparece es del 2013. Colabora toda la gente que me rodea, personas con las que he compartido tiempo y con las que tengo recuerdos en común. Falta mucha gente que para mi es muy especial, y que incluiré en otra edición», avanza. En este sentido, la instantánea seleccionada para la portada «me la hicieron mis padres cuando era pequeño, era la manera de conectar lo que significaba para ellos retratarme en ese momento con lo que significa para mi la fotografía hoy en día, que tiene el mismo concepto».
Freeze se apoya en que «siempre me han encantado los retratos y la fotografía en blanco y negro porque puede dar a conocer mucho de una persona si el disparo está hecho en el momento exacto». Y, hablando de las personas fotografiadas, «a mí, personalmente, me aportan su personalidad y sobretodo, poder contar con ellos en mi vida y tener el privilegio de retratarles. Hay gente que aparece en el libro que ha fallecido, y poder transportarme al momento que hice la foto tiene un valor incalculable», zanja Rivera, que nunca deja de imaginar nuevos proyectos en su mente.
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