Comercios que cambian de manos

La edad de jubilación ha llegado para los que estaban tras los mostradores en ambos a la vez y, siguiendo con las coincidencias, en las dos tiendas de productos textiles aunque con públicos bien diferentes en la una y la otra, se ha podido encontrar una solución para que los negocios permanezcan abiertos aunque los habituales clientes vayan a ver en un futuro más o menos cercano caras nuevas entre quienes les atiendan y solventen las dudas sobre los productos que quieran adquirir. En los dos escaparates se ven en estos momentos reclamos con liquidaciones por cambio de gerencia.

«Esto significa que todo va a a seguir igual, que en la tienda la actividad será la misma y que lo único que va a cambiar es la persona que atenderá al público y que será la nueva gerente», apuntaba Fernando Zatón en presencia de Sonia Araico que será quien en breve se encargará de orientar a la clientela que se acerque hasta Truko, última tienda de ropa infantil regentada por Zatón que lleva en el sector «cuarenta y tres años. Es mucho tiempo y creo que ya nos ha llegado ya el momento de poder descansar un poco».

Para él, apostar por un cambio de gerencia es la mejor manera de que «un comercio que lleva mucho tiempo abierto, que tiene ya una clientela acostumbrada a encontrar unas marcas concretas y unos estilos, permanezca y no tenga que echar el cierre», es una solución porque es bastante evidente que si no hay un traspaso o un cambio de gerencia «normalmente se cierran los negocios y, pasa el tiempo sin que nadie se interese por abrir algo en ese local que queda vacío y luego no se vuelven a abrir».

Para quienes por circunstancias como la jubilación les llega el momento de cesar en la actividad en la que han permanecido tantos años es «un alivio» ver que el negocio que con tanto esfuerzo ellos levantaron va a continuar.

Y los que también continuarán ligados a su comercio sin soltar definitivamente las amarras, serán ellos, porque este proceso de cambio de regencia lleva consigo que «haya un acompañamiento durante una o dos temporadas con la persona que coge el negocio, así la involucras en la tienda, le enseñas cómo trabajas con tus proveedores, cómo se trabaja con la clientela, y así todo es más sencillo y lo que hay es una continuidad». Se irán por lo tanto despidiendo del que fue su trabajo de modo paulatino.

Y así, poco a poco es como quien llega, en este caso Sonia Araico, se va haciendo con las riendas del establecimiento. Un apoyo, un seguimiento, una ayuda que «viene muy bien», reconoce, porque aunque ella lleve ya «trece años en Yamamay, que es también una tienda de productos textiles, no tiene nada que ver en cuanto al público, así que es muy importante, de verdad, poder contar con ese asesoramiento que se me brinda en los primeros meses».

Comenta que el sector está «un poco tocado, la situación no es fácil», pero aun así ha decidido afrontar este nuevo reto. «Este es nuestro modo de vida y tenemos que defenderlo sea como sea. Ésta es una tienda referente en cuanto a la moda infantil, y creo que no puede perderse. Se necesitaba una continuidad y aquí estamos para intentarlo».

Los dos protagonistas de esta variación en la gerencia lo han sido también hace no demasiado tiempo en la asociación de comerciantes. Fernando Zatón cesó como presidente de Acecaa y su sustituta ha sido Sonia Araico. Conocen por lo tanto ambos cómo están las cosas en el comercio de la ciudad y coinciden a la hora de apuntar que «ver que cierran establecimientos no es nada agradable; el momento no es el mejor, tenemos que luchar con el tiempo, con las situaciones políticas, pero hay que confiar en que poco a poco va a ir recuperándose la situación».

El cambio en la gerencia se va a producir precisamente con la llegada de la nueva temporada. «Se ha hecho así para que cuando ella empiece a trabajar como responsable tenga ya todo el género nuevo», apuntaba Zatón.

En La Tienda de Lolín quien se despide es Fernanda del Barrio, se jubila y también ha optado por esta fórmula. Otra tienda por lo tanto que podrá de esta manera mantenerse la persiana abierta para su clientela.