Colapsa una esquina del edificio de Arenal 6, declarado en ruina hace año y medio en Miranda
El derrumbe, que tuvo lugar el jueves tras la tormenta, ha obligado a desalojar a una vecina de la Travesía Río Ebro por seguridad
Cristina Ortiz
Viernes, 20 de junio 2025, 22:16
La tormenta de la tarde del jueves le dio un buen susto a la vecina del número 4 de la Travesía del Río Ebro. A ... los truenos propios de la tormenta y al golpeteo del granizo sobre el asfalto se sumó un estruendo que hacía presagiar lo peor: el derrumbe de la esquina del edificio de cuatro alturas que tiene frente a su ventana, a apenas dos metros de distancia. Lo que vio no le sorprendió, hace tiempo que temía que pudiera pasar; así que este jueves por la mañana agradecía que se hubiera quedado en un susto, porque llevaba semanas advirtiendo a técnicos que habían ido a inspeccionar la zona que eso podía ocurrir y le podía pillar a alguien. «Se veía venir que se iba a caer, pero no se ha hecho nada. Lo están dejando caer porque quieren. Cuando cerraron la puerta me dijeron que en seis meses se tiraba, pero no se ha hecho nada. Cada vez que venían a revisar explicaban que la raja del edificio estaba igual, pero no deben de ver. Si se me llega a caer encima de la casa...», se lamentaba.
De momento, este viernes fue desalojada –se trasladó a casa de su hija– ante el temor de que pueda haber nuevos desprendimientos y a la espera de que avancen los trabajos de demolición manuales que ya estaban planificados para comenzar pasado mañana, el lunes 23. De momento, la zona de su vivienda está acordonada por ambos lados para evitar que nadie pase por allí.
También está cortado el inicio de Arenal, desde el entronque con la calle San Nicolás hasta el número 8, el siguiente al que se va a derribar. Igualmente, el bloque de la esquina se ha clausurado. Carteles colocados por la Policía Local advierten de que no se puede acceder al interior de un edificio con muchos daños y estructura de madera, con trozos de viga a la vista en muy mal estado.
Situación sumada al hecho de que está adosado a un inmueble de dos alturas más, con graves daños estructurales, el tejado dañado y el forjado de dos plantas colapsado. Una situación verificada hace ya año y medio, cuando el edificio fue declarado en ruina y la única familia que residía en él, desalojada. Eso fue en diciembre de 2023 y, entonces, se apuntaba que los propietarios tenían dos meses para alegar contra la declaración de ruina y después se ordenaría la ejecución del derribo.
Pero no va a ser hasta ahora cuando se cumpla con la demolición. Un trabajo que se va a tener que llevar a cabo a mano y desde fuera, porque el forjado de dos plantas está colapsado y porque están en riesgo las viviendas colindantes, las del número 2 y 4, así como las que dan a la fachada trasera, donde se ha producido el desprendimiento de la parte baja. La parte más complicada de los trabajos se centra en la desaparición de la parte superior, hasta llegar al nivel del tejado del inmueble que hace esquina y con el que comparte pared, ya que cualquier elemento que se suelte sin control podría caer sobre su cubierta, o sobre la travesía trasera.

Tras acordonarse este viernes la zona, el concejal de Urbanismo, Guillermo Ubieto, reconocía que lo que pasó el jueves era «algo anunciado», porque hacía tiempo que «veníamos viendo que era un edificio que estaba en una situación estructural muy precaria y que corría mucho peligro de venirse abajo». De ahí que, recordara, se estuviera requiriendo a los propietarios en varias ocasiones. «Tuvimos que ponernos en contacto con ellos muchas veces porque teníamos dificultades para que acometiesen el derribo».
Finalmente, reconocía el edil, se había conseguido que buscaran un servicio técnico e hicieran un proyecto, al que se dio el visto bueno. Sólo quedaba contratar la ejecución del derribo, algo que cerraron en mayo. «A principios de junio les insistimos en que tenían que hacerlo rápido». Y es que para entonces los bomberos habían tenido que intervenir en varias ocasiones por la caída de piezas, sobre todo del alero.
«Nos dijeron que querían empezar el 30 de junio, les dijimos que antes y ya nos habían confirmado que comenzaban el lunes 23, con la colocación del contenedor para vaciar el interior y luego proceder al derribo». Pero previamente, con las lluvias del jueves, la parte baja del inmueble colapsó. Ahora, hasta que no comiencen los trabajos no se va a poder valorar cuánto van a durar y el tiempo que la vecina desalojada va a permanecer fuera de su casa.
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