Una celebración con chubasquero
Previsores ·
Así es como se mostraron los sanjuaneros que subieron a San Juan par celebrar el Día del Ermitaño que al final transcurrió sin que apareciera la lluviaEscuchar conversaciones en las que el tema principal era la climatología ha sido durante estos últimos días en la ciudad lo más habitual. Había muchos ... acontecimientos al aire libre y quien más quien menos echaba un vistazo a alguna aplicación para conocer de primera mano las previsiones, sobre todo las relacionadas con las lluvias.
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Y así, fiándose o no de los pronósticos, pero después de mirar al cielo, bastante encapotado, los que decidieron celebrar en San Juan el Día del Ermitaño cogieron sus chubasqueros para evitar sorpresas de última hora durante la misa. «Es el momento que nos preocupaba», decían todos porque «después de que acabe y tengamos ya el bollo preñao para almorzar nos podemos poner a cubierto en las casetas».
No hubo que hacerlo porque aunque muy tapado, el cielo no se abrió, y la celebración se desarrolló tal y como estaba prevista aunque, todo hay que decirlo, el temor a los posibles aguaceros sí que hizo que más de uno se lo pensara y al final hubiera menos gente de la que suele aprovechar la jornada si el sol acompaña.
A los pies del monumento al Ermitaño, en la explanada es donde se ofició la misa que todos los asistentes se percataron de que había sido un poco más corta de lo habitual; algo que según el presidente de la Cofradía, Roberto López de Davalillo «le hemos pedido expresamente al cura, le hemos dicho que si podía no se extendiera mucho para que la lluvia no nos diera ningún susto».
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En el oficio religioso se contó, como es costumbre, con el Orfeón que con el canto de 'San Juan es mi patrón', entonado por muchos de los presentes puso fin a la misa y dio paso a un acto que no todos conocían que se iba a producir. Los del Santo homenajearon a Salvador Moneo 'Salvi'.
Unos versos escritos por él «que no pertenecía a Los del Santo, pero que sí colaboró mucho con nosotros», apuntaba Enrique Villegas, han quedado colocados para siempre en la piedra que sustenta el monumento. La placa en la que puede leerse «Sobre una colina, al sol y viento, el alma sanjuanera y mirandesa, recia y tenaz, su amor expresa al crear este hermoso monumento. Amor al Ermitaño, al sanjuanero, al que la tradición tiene por santo. Si es o no lo es no importa tanto si por santo lo tiene el pueblo entero. La tradición en esto es la que manda, y Miranda a San Juan le debe tanto que al Ermitaño Juan le llama santo. Nuestro santo de casa, de Miranda», la descubrieron dos de sus hijos, Javier y María Esther.
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Después del emotivo acto llegó el turno del almuerzo y de reponer fuerzas con el tradicional bollo preñao. Ayer había a disposición de quienes acudieron a la cita alrededor de 1.200, número que sirvió para que nadie se quedara sin pode catarlo.
Entre ellos estaban Joaquina Hierro y Luis Pinedo que tenían claro que «a esto no se puede faltar. Si parece que va a llover se coge el paraguas y si parece que va a hacer calor pues una gorra, pero el Día del Ermitaño hay que celebrarlo. Es muy especial para los sanjuaneros y hay que estar».
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Ellos ya se apuntan para el futuro aunque se vayan a producir novedades, anunciadas ya hace tiempo por el presidente de la Cofradía. «Vamos a intentar darle una vuelta para hacerlo más multitudinario y más adelante diremos hacia donde van a ir las novedades».
En la laguna
Donde no hubo ninguna fue en La Laguna, que es hacia donde después de la misa se fueron dirigiendo todos. Los que iban con niños y niñas para aprovechar que se habían instalado hinchables, y otros para disfrutar con el concierto que ofreció la Banda que tocó durante más o menos media hora música sanjuanera y pasodobles. Y no faltaron los que se acercaron hasta donde se encontraban representantes de Cáritas. Tenían los tickets para la comida solidaria. Ayer fueron patatas con chorizo y todo lo que se recaudó, se entregó a la ONG.
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En cifras
1.200 bollos preñaos
fueron los que ayer había disponibles para que pudieran disfrutarlos los sanjuaneros que subieron a San Juan para celebrar la edición número 41 del Día del Ermitaño.
Con la celebración del Día del Ermitaño -ayer fue la edición número 41-, se puede decir que ahora sí, se pone el punto y final a las fiestas sanjuaneras, y a la cita no faltaron los sanjuaneros, ni los mayores ni los infantiles.
López de Davalillo quedó satisfecho con el modo en el que fueron las cosas y ahora piensa ya «en San Juan del año que viene, en cuanto cerremos cuentas a mirar al 2024».
«Es un momento muy emocionante que nos llena de orgullo»
Dos de los hijos de Amós Salvador Moneo, conocido por todos como Salvi, fueron los encargados de descubrir la placa en la que aparecen los versos que su padre escribió después de que se erigiera el monumento. Tanto María Esther como Javier dijeron que el que estaban viviendo era «un momento muy emocionante y que nos llena de orgullo». Eran muchas las cosas que se les venían a la cabeza a ambos en el momento del homenaje a su padre que falleció hace nueve años «y son más aún porque hace muy poquito que también murió nuestra madre, así que son muchos los recuerdos que se acumulan en este momento». Lo decían lógicamente apenados pero a la vez tremendamente satisfechos «por ver el reconocimiento que se ha hecho a nuestro padre que esté donde esté, seguro que ha disfrutado muchísimo de este momento».
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