Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Raúl Canales
Miranda de Ebro
Martes, 20 de mayo 2025, 00:00
Miranda cuenta desde hace unos años con su propia bebida refrescante con la manzana como protagonista, Brainapple. Este tipo de productos necesitan una media de ... cinco años para consolidarse en el mercado, plazo que la marca mirandesa intenta acortar a base de una apuesta fuerte por la innovación y el respaldo de la hostelería local. En muchos bares de la ciudad es posible encontrarla en sus diferentes formatos, aunque el objetivo es traspasar fronteras y potenciar las patas comerciales menos explotadas como su contribución a una vida saludable al ser probiótica y una fuente natural de energía y un complemento ideal por su contenido rico en fibra, vitaminas y minerales.
El reciente reconocimiento del Instituto Internacional del Sabor de Bruselas ha sido un espaldarazo, aunque Brainapple tendrá que hacer un parón en su política de crecimiento. La venta de la nave en la que tiene la fábrica, que no es de su propiedad, obliga a la marca mirandesa a frenar la producción a la espera de reprogramar su hoja de ruta. Fernando Meana es optimista y confía en que esta pausa sea la antesala de un relanzamiento del proyecto, que entra en lo que define como «fase 2» una vez finalizada la presentación en el mercado.
La firma ha desarrollado su actividad desde que comenzó su andadura en las antiguas instalaciones de Coral mediante un acuerdo privado con sus propietarios, que ahora han recibido una importante oferta para traspasar el lugar. Eso provoca incertidumbre en Brainapple, que no sabe cuales son los propósitos del nuevo dueño y que ya ha comenzado a buscar ubicaciones alternativas. La idea es no alejarse mucho de Miranda, aunque cuenta con propuestas tentadoras de Álava, provincia en la que proyectos como el suyo tiene más respaldo institucional.
La venta de la fábrica supone un contratiempo para una marca que estaba empezando a abrirse paso en un mercado muy competitivo, y que también produce sidra Burkan. De momento, la decisión más inmediata ha sido frenar la producción hasta que despejar un poco más el horizonte a medio plazo. La idea a futuro pasa por encontrar otro recinto en el que poder continuar con su proyecto y ampliar el concepto del mismo, con la incorporación de un restaurante tipo sidrería. De hecho ya ha entablado contactos con reconocidos cocineros de la ciudad aunque de momento no ha encontrado una respuesta afirmativa.
La situación actual genera cierta incertidumbre aunque Meana está convencido de que encontrará una solución para un proyecto en el que ha centrado todos sus esfuerzos en los últimos cuatro años porque Brainapple es un producto «pionero y único» que ahora se puede consumir en diferentes formatos. Y es que el lanzamiento del envase de 70 centilitros conocido popularmente como 'Brina' y en una botella que recuerda a la de las gaseosas de antaño, ha tenido buena acogida en el mercado ya que puede servirse como aperitivo, lo que abre el abanico de potenciales clientes.
Tras una prueba piloto exitosa, la producción en el último año ronda los 70.000 botellines, cifra que la marca esperaba ampliar en la fase de consolidación que estaba a punto de comenzar y que se ha visto frenada de golpe por la venta de las instalaciones. Al ser un producto alimentario no conviene almancenarlo por largos periodos de tiempo, así que hasta que pueda resolver la incógnita del lugar en el que instalar la nueva fábrica, Meana ha optado por mantener bajo mínimos la producción y apuntar a otros objetivos que ayuden a crecer a la empresa cuando se ponga otra vez en marcha.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.