Azucarera recibirá la raíz de 3.200 hectáreas y planea una campaña de nueve semanas

«Son unos buenos resultados para Miranda, incluso pudieron ser mejores ya que la decisión de siembre coincidió con un periodo de sequía en la Cuenca del Ebro», señala Pablo Gómez, responsable agrícola de Azucarera. En esta línea, son 718 hectáreas más las contratadas para la factoría de la ciudad que en 2022.

Por territorios productores, La Rioja vuelve a llevarse la palma con 825 hectáreas de remolacha sembradas para la campaña mirandesa. Por detrás, Álava (con 484 ha), Burgos (481), Aragón (411), Palencia (380), Navarra (372) y Soria (220). Un total de siete zonas de cinco comunidades autónomas y 266 agricultores contratados, cerca de medio centenar más que en años anteriores, muchos de ellos riojanos (78).

Así, el objetivo de la próxima campaña no es otro que aproximarse lo máximo posible a un rendimiento de 100 toneladas de remolacha tipo por hectárea cosechada para producir entre 270.000 y 300.000 toneladas de remolacha molturada (unas 80.000 más que en 2022 y alrededor de 110.000 por encima de 2021).

«Todo dependerá de la evolución de la siembra durante septiembre y octubre. Hasta el momento hemos tenido un buen desarrollo, pero también hay presencia de cercospora que afecta al cultivo», apunta Gómez.

Se trata de enfermedad de las hojas que acompaña a la remolacha azucarera desde que se cultiva y en todas las zonas de producción; es la más destructiva y la que mayores pérdidas provoca de todas las enfermedades de hoja.

Y es que, continuando en este sentido, el grueso de los factores que influyen en el desarrollo de la remolacha no son manejables por la mano humana. Es cierto que las casas de semillas están haciendo un gran esfuerzo para generar especies que no sufran enfermedades en sus hojas, pero «tampoco se puede controlar el tiempo que hará en los próximos meses, y eso influye en su crecimiento».

En otro orden de novedades relacionadas con la campaña de Azucarera Leopoldo de 2023, la duración del periodo de molturación de la remolacha también variará respecto a ejercicios anteriores. En vez de prolongarse durante seis o siete semanas, la dirección de la compañía ha planificado una campaña de más de dos meses para este curso, concretamente de nueve semanas de duración.

«Esta previsto que duré más de dos meses. El inicio dependerá, como siempre, de la meteorología, pero esta previsto que tenga lugar entre mediados y finales de octubre, por lo que finalizaría en diciembre», avanza el responsable agrícola. Cabe recordar que, años anteriores, la campaña tuvo que, incluso, paralizarse por problemas en el arranque de la planta y el mal tiempo, y acabó ya entrado el nuevo año.

Como ya ocurriera el pasado año, gran parte de la producción de remolacha aragonesa será transportada vía ferrocarril hasta nuestra ciudad. «Aproximadamente el 75% de lo que se produzca en las 411 hectáreas contratadas llegará a través de las vías. Un tren diario de lunes a viernes, con veinte vagones por cada tren. Lo cual es un avance importante», añade Pablo Gómez.

Por último, en lo referente al capítulo de inversiones en la factoría de la ciudad, no se destacan grandes actuaciones en el presente curso más allá del arreglo y mantenimiento constante de la maquinaria. Sin embargo, se prevé que en diciembre pueda arrojarse luz acerca de nuevos proyectos contemplados en el seno de Azucarera Leopoldo. Por el momento, una campaña más extensa de lo habitual centra el grueso de los esfuerzos de técnicos y dirección de la firma.