La asociación de hosteleros busca el apoyo de FAE para crecer y sumar servicios

Un primer paso para «conseguir la unidad empresarial» y proyectar una «visión global y más constructiva» de la ciudad, de cara a afrontar de manera transversal la resolución de problemas que puedan ser comunes, desde la digitalización a la mejora de la gestión. «Queremos que ésta sea la sede de todos los empresarios y asociaciones, de todas las personas involucradas en la economía de Miranda», valoró Nuria Navarro, presidenta de FAE.

Yla primera en dar el paso ha sido la AHA, que, a partir de ahora, contará con el paraguas de la federación para llevar a cabo sus iniciativas y propuestas, pero sin perder su autonomía e independencia. Las decisiones que se tomen estarán en manos de los 72 integrantes de colectivo, que suponen un tercio del total del sector hostelero de la ciudad, conformado por 208 negocios.

Para empezar, el plan de trabajo conjunto que se han marcado se centrará en facilitar la capacitación en materia de digitalización, formación en gestión empresarial y ayuda para la obtención de subvenciones. A efectos prácticos, eso se traduce en que desde ya «todos los socios de la AHA pueden acercarse de manera gratuita a la sede de FAE para exponer sus dudas, sus planes de mejora, sus inquietudes... y nosotros les ayudaremos a canalizarlos», apuntó Navarro.

Respaldo que agradece el colectivo de hosteleros, porque «nosotros queremos crecer y ésta es la manera de hacerlo. No podemos quedarnos anclados», apuntó Pepe Rey, presidente de la asociación; quien valoró la posibilidad que se les abre de contactar con miembros de su sector en Burgos y en Aranda, donde FAE también está implantada, para conocer qué hacen en esos lugares y tratar de imitar aquello que les esté funcionando y contarles lo que aquí está dando buenos resultados. «Se busca una suma de fuerzas para un objetivo común: ayudar a la hostelería mirandesa».

En ese mismo sentido ahondó Jesús Conde, otro de los integrantes de la AHA, poniendo el foco en el reto que se abre ahora de hacer frente al proceso inminente de la digitalización. «Si no hay un asesoramiento tanto en formación como de cara a conseguir subvenciones, para el pequeño hostelero es muy difícil acceder a cosas tan básicas como a un TPV (terminal Punto de Venta) que sustituya a la caja registradora. Ese paso hay que darlo, tanto legalmente como en el plano funcional, porque esas herramientas te dan una información sencilla que al pequeño hostelero le va a venir muy bien», detalló; al tiempo que reconocía que ese respaldo no lo puede dar una junta directiva de una asociación formada también por hosteleros.

«La FAE tiene una estructura y una organización que nos va a permitir acceder a formaciones que nuestro sector requiere;además de recibir información sobre diversas ayudas y fondos que existen y a los que no accedemos por desconocimiento», incidió Conde.