La ampliación de la EDAR ya tiene listas las 5 balsas decantadoras y la conexión de El Lago

Allí ya se ha completado la excavación del tanque de tormentas de 2.500 metros cúbicos y la empresa prepara ya la ejecución de los muros y la solera de una estructura diseñada para regular la entrada de caudales a la depuradora en tiempo de lluvias. Una balsa que servirá para recoger el primer golpe de agua en momento de descarga de gran intensidad, que «es la que está más contaminada y que no queremos que vaya al río sin depurar. Antes se almacenará y se tratará en Arce», explicó Joaquín Arroyo, director de obra de Acuaes en una visita a la EDAR tras la reunión de seguimiento mantenida por las empresas encargadas de las obras, Acuaes y el Ayuntamiento en el Consistorio.

Allí, en las propias instalaciones de la depuradora, la UTE Global Omnium Medioambiente y Marco Infraestructuras y Medio Ambiente está a punto de finalizar la construcción del decantador secundario, un tanque circular, incluido en el proyecto para completar la actividad de los dos existentes y en los que por sedimentación se separan los líquidos de partículas en suspensión en el proceso de depuración.

De manera paralela, se ha ido trabajando en la construcción de otros cuatro decantadores primarios, de 17,5 metros de diámetro, que se encuentran en avanzado estado de ejecución y que tienen como objeto separar el agua de los materiales más sólidos. Un elemento del que hasta ahora carecía la instalación y que va a contribuir a mejorar el filtrado final -al pasar por dos fases en lugar de hacerlo por una- con lo que el agua que acabe vertida al Ebro será más pura. No es que la de ahora no cumpla la norma, sí lo hace; pero la calidad de la que se expulse, una vez puesta en marcha la ampliación, mejorará los parámetros.

Lo que no se toca es el reactor biológico (circuitos que conforman una pieza rectangular), a los que llegará el vertido de los decantadores primarios; y desde el que avanzará a los secundarios, pero pasando antes por una cámara de aireación que también es nueva y cuya ejecución comenzará en breve.

También se está avanzando en estos momentos en la conducción de la salida al río de la depuradora, al que llegará el agua tras pasar por un laberinto de cloración.

Dentro de Arce quedarán los fangos, que es el principal problema de la depuración y que se tratarán en una instalación de nueva creación. La planificación de los trabajos prevé iniciar en breve la construcción del espesador de gravedad para los restos de los decantadores primarios. Junto a él se creará un espesador mecánico para los lodos de los secundarios.

Después se juntarán los restos de ambos y se derivarán a dos depósitos digestores de 1.600 metros cúbicos cada uno. De ahí irán una zona de deshidratación y después a un silo de almacenaje, desde donde podrán ser revalorizados como producto agrícola. Ahora es una opción que no existe porque faltaba el proceso final y, por tanto, la norma de la Junta obligaba a transportar esos barros a otras depuradoras para completar el proceso de tratamiento.

Además, gracias al gas generado en los digestores, y su uso en una central de cogeneración que se montará, se espera que la planta se pueda abastecer de hasta la mitad del consumo energético que requiere. «Toda la línea de fangos es lo que introduce un mayor cambio con respecto a la instalación actual porque no existe ahora», valoró Arroyo; para quien lo más complicado no es la ejecución material de los distintos elementos, sino hacer que esos trabajos convivan con el normal funcionamiento diario de la instalación. «Supone una complicación importante en la ejecución de las obras».

Por otro lado, ya se ha completado la conducción de la urbanización a El Lago, lo que va a permitir conectar el saneamiento de esa urbanización a la instalación ubicada en Arce. Pendiente de ejecutar está la de Bayas, para la que ya se tiene autorización de la Junta por pasar por el yacimiento arqueológico, aunque aún no se han iniciado las obras.

La infraestructura también incluye la remodelación de diversos sistemas de bombeo, aumentando también su capacidad en los cuatro existentes: Anduva, Aquende, Allende y Bayas.

Tras conocer los detalles de los trabajos, la alcaldesa, Aitana Hernando, se mostró satisfecha con el avance de un proyecto que considera «el más importante de esta legislatura», tanto por «la necesidad» como por el hecho de haber logrado que el 80% se financie con fondos europeos. Y es que asumir en solitario 16,5 millones hubiera sido muy difícil para las arcas municipales sin empeñarse durante muchos años. De ahí que agradeciera tanto a Acuaes como al Gobierno de España su determinación a la hora de destinar parte de los Next Generation a Miranda.