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Cristina Ortiz
Lunes, 5 de mayo 2025, 20:37
Todo el mundo tiene que hacer ejercicio, es una parte más de la 'prescripción' para el cuidado de la salud tanto física como mental, pero ... no todo el mundo puede hacer lo mismo. La actividad debe adaptarse a las condiciones de los destinatarios.
Y eso es algo que han tenido que valorar los alumnos de 1º de Bachiller del IES Montes Obarenes de cara a elaborar las tablas y las rutinas a ejecutar por usuarios de Giafys y Aspodemi, con los que este lunes desarrollaban una clase práctica de gimnasia en el Pabellón Naranja, en el marco del programa de 'Envejecimiento activo', para el que han contado con la colaboración del Ayuntamiento.
Era el 'colofón' a un mes de trabajo en el que, por grupos, tenían que ponerse de acuerdo en los ejercicios a plantear, en cómo explicar qué querían que hicieran y por qué, además de organizar a los usuarios y coordinar la actividad in situ. Cada grupo de trabajo, la suya, ya fuera un plan de tareas de fuerza y resistencia, de calentamiento, de equilibrio o de vuelta a la calma.
«En las últimas semanas hemos estado evaluando cuáles serían los mejores para cada grupo de participantes y cuáles no podríamos realizar en función del colectivo con el que nos tocara. Hemos tenido muy en cuenta la salud de las posibles personas», contaba Erika, una de las alumnas de 1º de Bachiller que trataba de explicar cómo hacer un baile de manera coordinada.
La 'clase' práctica, de aproximadamente, una hora se dividía en bloques de 12 minutos, que eran los que cada grupo debía tener en cuenta a la hora de diseñar qué ejercicios hacer. Aunque Erika reconocía que definir la práctica, sin saber casi hasta el final el colectivo con el que iban a trabajar, no había sido sencillo.
De hecho, casi lo tuvieron que improvisar. Y lo hicieron bien. En el caso de Giafys se centraron en «no forzar los músculos o no hacer ejercicios muy duros para después de un tratamiento contra el cáncer»; y en el de Aspodemi, en «realizar algo divertido, didáctico y sencillo».
Una forma de trabajo que les ha permitido darse cuenta de que lo que aprenden en clase de Educación Física tiene una aplicación más allá del aula. «Nos hemos tenido que adaptar a las capacidades que ellos tenían», valoraba Irene; aunque destacaba que organizar a la gente en el Pabellón Naranja, aunque lo hubiesen practicado en su instituto, no había resultado sencillo.
De hecho, creía que había sido clave que el resto de compañeros que también ejercían de alumnos junto a los usuarios de las dos asociaciones involucradas pudieran seguir los ejercicios planteados porque ya se los sabían y los tenían ensayados. «Nos ha tocado un grupo muy animado, no les cuesta hacer nada», agradecía Irene.
También la profesora de Educación Física del centro y encargada de la coordinación de la actividad, Almudena Huerta, valoraba de manera positiva la implicación de su alumnado en este proyecto de aprendizaje-servicio.
«Se trata de que tomen conciencia de lo que implica tener determinadas enfermedades o discapacidades, porque no somos conscientes de que todos podemos llegar a tener algún problema en la vida. Nos puede tocar a cualquiera. Por eso, se trata de que empaticen, se pongan en el lugar de estas personas, abran la mente... Es una actividad muy enriquecedora», zanjaba.
Ejercicio, actividad física, entrenamiento de fuerza... son vistos como parte esencial de una vida saludable en todas las etapas de la vida, por lo que para los docentes de Educación Física no tiene ningún sentido que su asignatura se corte de raíz en 1º de Bachiller, sin posibilidad de continuidad en el último curso antes de salir a la universidad o a cursar un FP de grado superior.
Los profesores de ese departamento en el IES Montes Obarenes lo tienen claro y han logrado convencer a la dirección, al claustro y al consejo del centro, así como a Educación, de que se pueda ofertar como una asignatura optativa en 2º de Bachiller a partir de septiembre. Y la noticia ha sido bien recibida por el alumnado, porque en el periodo de prematrícula abierto en marzo la ha elegido un número suficiente como para implantar esa nueva opción.
Los que la cursen tendrán cuatro horas semanales de Educación Física, una clase en la que además de aprender y practicar diversos deportes, también adquirirán conocimientos de nutrición o anatomía, temas que pueden resultar muy útiles para quienes se están planteando estudiar un grado o un FP relacionado con la actividad física y el deporte, pero también para quien esté pensando, por ejemplo, en apuntarse a Fisioterapia.
«Para nosotros tener esa optativa va a ser un gran avance», reconocía una de las profesoras de ese departamento en el Montes Obarenes, Almudena Huerta; que llamaban la atención sobre el hecho de que tanto en ESO como en 1º de Bachiller es escaso que la suya sea una asignatura a la que se dedican únicamente dos horas semanales. «Castilla y León es de las comunidades que menos ha avanzado en este sentido».
Por eso valoraba de manera especial el poder contar de cara al curso 2025-26 con cuatro horas en una optativa en un nivel como el de 2º de Bachiller donde, hasta ahora su rama de formación no tiene ninguna presencia.
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