Simone Moro se adelanta del grupo para controlar la llegada del material al campo base

Según la expedición de Alex Txikon y Simone Moro progresa hacia el Manaslu, los dos protagonistas comienzan a pergeñar la estrategia para perder el menor tiempo posible y aprovechar la bonanza meteorológica que disfruta el octavo ochomil. La primera decisión es asegurarse de que todo el material está en perfecto estado de revista. Para ello, Simone Moro se adelanta este sábado del grupo y realizará una etapa doble que le llevará hasta Samagaon, a 3.500 metros de altitud y pueblo desde el que se accede al campo base.

Su objetivo es coincidir con la llegada de las casi dos toneladas de material de la expedición a Samagaon desde Katmandú en helicóptero. Una vez en el pueblo, el italiano comprobará que todo está bien antes de que, al día siguiente, los más de 60 porteadores suban todo el equipamiento hasta el campo base. Luego, Simone esperará al resto de la expedición, que llegará el domingo a Samagaon. Tras un día de descanso, que aprovecharán para hacer un pico de altitud, será el martes cuando la expedición suba hasta el campo base, situado a 3.900 metros.

Por cierto, el CB presenta ya un aspecto más normal a la época, esto es cubierto de nieve, aunque no mucha, una capa de una 30 centímetros. Así lo comprobaron hace un par de días los integrantes de la otra expedición que intentará el Manaslu, los nepalíes Tenji Sherpa y Vinayak Jaya Malla, que descubrieron esa ligera capa de nieve cuando ascendieron al campamento. La noticia supuso una alegría para Moro y Txikon, que ya habían explicado que una montaña libre de nieve supondría más trabajo y peligro para la expedición.

Mientras tanto, la expedición continua con la marcha de aproximación y ganando metros cada jornada. Este viernes han sido otros quinientos, entre Dhuban y Bihi, en otra jornada de continuos sube y baja a orillas del Budhi Gandaki, para concluir a dos mil metros de altitud. La etapa fue muy similar a la del día anterior en lo que a dureza y duración se refiere, aunque el paisaje sí que varió. Los amplios valles y el terreno despejado fueron sustituidos por los angostos cañones que el río ha excavado en este tramo y los bosques que jalonan sus abruptas márgenes, en una jornada en la que tuvieron que cruzar hasta media docena de los siempre espectaculares puentes suspendidos.

Algunos integrantes del grupo, con Alex Txikon a la cabeza, incluso tuvieron la ocasión de avistar monos salvajes en uno de las zonas más tupidas del bosque. Fue toda una manada, con un gran macho al frente, que no tuvieron problemas para exhibirse y saltar de árbol en árbol ante los sorprendidos caminantes.