Una Supercopa de altura
MANASLU 2021: DIARIO DE EXPEDICIÓN. DÍA 18. ·
Así se ha vivido desde el campo base del Manaslu la victoria del Athletic en la final de la SupercopaFernando J. Pérez
Lunes, 18 de enero 2021, 08:57
«¡Como subir el K2 en invierno!». Son las cuatro de la madrugada en el campo base del Manaslu y la frase retumba en mitad de la noche. La ha pronunciado Simone Moro y es probablemente la definición alpinística más adecuada de lo que acaba de hacer el Athletic en La Cartuja.
Simone es del Athletic desde ayer por la tarde, apenas diez horas antes de la final contra el Barcelona. Por la mañana, desde el periódico me habían pedido que grabásemos en el campo base el típico vídeo de Alex Txikon y sus compañeros animando al Athletic de cara a la final. Se lo comentamos para ver si quería aparecer y encogió el hombro con indiferencia. No le gusta el fútbol…
Pero Eneko Garamendi, el cocinero, intercede inmediatamente: «Esto no es fútbol, esto es el Athletic» y pasa a darle una clase urgente en cinco minutos de 'athleticología': historia, filosofía, afición... Como no puede ser de otra forma, a Simone le llama especialmente la atención la filosofía de jugar solo con gente de casa. Tanto que se anima a participar en el vídeo. Un forofo más.
Ya solo queda organizarlo todo para oir juntos la final (lo de verla queda descartado desde el principio con las comunicaciones que tenemos aquí arriba). Eneko ya ha previsto preparar un chocolate caliente, galletas… Probamos con aplicaciones de emisoras españolas pero nada. El wifi que tenemos instalado en el campo base deja de funcionar todos los días a las ocho y media de la tarde y lo recuperamos a las siete de la mañana. Los sherpas dicen que por el frío. Vete tú a saber… Y el wifi vía satélite que tiene Simone tampoco tiene suficiente potencia.
El plan A queda descartado y pasamos al B: seguir el partido en el saco con lo que a cada uno nos cuenten los amigos vía guasap. Y aquí me convierto en un privilegiado. Mi tienda está al borde mismo del valle, desde donde llega la cobertura de datos de Nepalcom que todos hemos cogido para evitar el sobrecargo de la itinerancia. La petición no se hace esperar a los amigos: «Por favor, id poniendo minuto y resultado». Eneko no tiene tanta suerte. Está al otro lado del CB y no le llega la cobertura, así que me comprometo a informarle a gritos, de tienda a tienda, de los goles.
Como quien espera a Olentzero o los Reyes Magos, toca acostarse pronto. Para las diez estamos todos en el saco. El sueño me puede y caigo en brazos de Morfeo. Me despierto y miro el reloj y el termómetro. Son los dos actos reflejos aquí arriba. Son más de las tres de la madrugada. La noche no es de las más frías. Seis bajo cero dentro de la tienda. Tardo tres segundos en reaccionar. ¡El partido!
Mis amigos han ido informando puntualmente -y comentando- el partido. El Athletic pierde 2-1. Pasan los minutos. Por la hora el partido tiene que estar terminando. Suplico información… El guasap se activa ¡¡GOOOOOL! ! ¡¡El Búfalo ha marcado!! ¡Prórroga!
Yo no me aguanto: ¡¡¡ENEKO!!!! ¡¡GOOOOL!! ¡EL ATHLETIC HA EMPATADO EN EL ÚLTIMO MINUTO! ¡NOS VAMOS A LA PRÓRROGA! Despierto a todo el campo base… menos a Eneko. Quién sí responde es Simone Moro, que tiene su tienda a cinco metros de la mía. ¡Está siguiendo el partido! «¡Fernando, ha marcado el Athletic! ¡Ahora hay que jugar los minutos complementarios!».
A mi derecha, en dos tiendas pegadas a la mía duermen los sherpas. «¡Fernando, Fernando!». llama Chhepal. Yo, sumido en mi éxtasis, ni le respondo. Sale de su tienda y se acerca a la mía. Toca en la puerta: «Fernando, are you okay?». En mi penoso inglés le pido disculpas por haberle despertado y le explico que estoy siguiendo un partido de fútbol muy importante para mi equipo. El sherpa se vuelve a la tienda más tranquilo… y desvelado.
Porque al poco llega el golazo de Williams, los tensos minutos de espera y… Final!! «¡CAMPEONES, CAMPEONES, OE, OE, OEEEE!» El campo base nada tiene que envidiar a los miles de balcones de Bizkaia.
Son más de las cuatro de la mañana y el frío arrecia en el campo base. Oigo una cremallera y unos pasos que se acercan a mi tienda. Al otro lado suena un castellano con acento italiano «Fernando, voy a avisar a Eneko de que somos campeones. ¡Esto es como subir el K2 en invierno!». Simone ya es uno de los nuestros.
….
Ocho de la mañana. El sol pega ya de lleno en el campo base. Toca desperezarse e ir a desayunar. Me visto y salgo de la tienda. Simone me oye y me pide un favor. «¿Fernando, te importaría decirles a los de cocina que me traigan un café italiano?». En otras circunstancias diría que está de resaca…
Una hora después aparece por la tienda comedor. Eneko le recibe con el vídeo de Villalibre tocando la trompeta sobre el césped y el resto del equipo cantando a su alrededor. El italiano vuelve a alucinar. Solo acierta a pronunciar una frase: «Si mi mama sabe que he estado toda la noche despierto para ver un partido de fútbol, se piensa que estoy con mal de altura».