Sin el Gordo también corre el cava
El Sorteo de Navidad dejó en La Rioja más de 25 millones de euros en premios
daniel ortiz
Jueves, 22 de diciembre 2016, 23:43
En cinco minutos La Rioja pasó de la más honda decepción a la alegría durante el Sorteo Extraordinario de Navidad de la Lotería. A las 11.57 horas, Lorena Stefan y Nicol Valenzuela cantaban con su voz aflautada el primer Gordo de la historia del sorteo con dos siglos de trayectoria acabado en trece. Buena suerte para los agraciados de Madrid pero maldiciones entonadas a viva voz desde La Rioja, donde a esa hora de la mañana solo habían ido a parar 12.000 euros de un quinto premio.
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Sin embargo, todo dio un giro inesperado cinco minutos después, a las 12.02 horas. El azar volvió a hacer gala de sus caprichos cuando las mismas escolares de San Ildefonso cantaban el tercer premio de 2016. En este caso, la suerte caía cerca de la región, pero en San Adrián, territorio navarro. Al poste. O al menos en apariencia, porque la proximidad con Calahorra donde cayó el Gordo en 2002 dejaba abierta una ventana a la esperanza que finalmente permitió la corriente de dinero.
Todo, gracias a una carnicería de la calle General Gallarza, que había tenido la deferencia de comprar en el municipio vecino entre 10 y 11.000 euros del 78.748 para venderlo posteriormente entre su clientela. Así fue, de refilón, como un chaparrón de millones cayó sobre la segunda localidad más poblada de La Rioja.
Sergio Calvo, que regenta la carnicería Mateo junto a su hermano Eduardo, aseguraba a este medio pocos minutos después de conocer la buena nueva que «no he hecho los cálculos de cuánto dinero hemos repartido con exactitud, pero estoy seguro de que mucha gente de Calahorra lo va a pasar fenomenal estas Navidades».
Al proceder de la vecina Navarra, los décimos premiados tampoco resulta fácil conocer la cantidad exacta que llegó a La Rioja gracias a ese 78.748. Sin embargo, contando con que la lotería distribuida tiene un valor de entre 10 y 11.000 euros y teniendo en cuenta que el tercer premio supone un retorno de 2.500 euros por euro jugado, los clientes de la carnicería se embolsaron entre 25 y 27,5 millones de euros en la mañana de ayer, con permiso del tributo del 20% patentado por Montoro hace un par de años.
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«Recibir el dinero da mucha alegría, pero cuando el premio está tan repartido y me consta que hay muchos clientes con necesidades a los que el dinero les va a venir que ni pintado la recompensa es mucho mejor», apunta Sergio Calvo, quien recuerda que «anteriormente habíamos dado muchas pedreas y la gente suele comprar aquí lotería por ese motivo».
Carmen es una de sus clientas a las que el premio le pilló completamente por sorpresa. Gracias al décimo que adquirió en la carnicería es, desde ayer, 25.000 euros más feliz que el miércoles. Porque la otra mitad del premio fue a parar a un familiar al que la intuición le engañó por completo. Y por fortuna.
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«Mi primo me invitó a comprar un décimo, ya que yo siempre suelo jugar participaciones», señala, recordando que «cuando le llevé el boleto me puso muy mala cara, el número no le gustó nada». Carmen explica cómo «esta mañana (por la de ayer) he ido a su bar y le he dado el boleto para que lo comprobara, justo en el momento en el que salía el tercer premio por la televisión». «Yo no paraba de reírme, porque pensaba que era una broma», añade. Seguro que su primo acepta de buena gana que a partir de ahora le cuestione sus gustos, al menos los numéricos.
Aunque adquirir un número de lotería siempre implique mantener viva la esperanza, hay premios que son siempre inesperados. Y la sorpresa es mayor cuando, fruto de los nervios, el primer cálculo monetario falla a tu favor. Eso es lo que le ocurrió a Socorro, agraciada con un décimo. «Pensaba que me habían tocado 5.000 euros, yo estaba feliz de la vida y mi marido ya había hecho planes con ese dinero», explica, añadiendo que «cuando me han dicho que lo que me han tocado son 50.000 euros he alucinado y todavía no me lo creo».
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Décimos de máquina
Los millones de Calahorra enmendaron un sorteo aciago para La Rioja hasta el momento, ya que (pedreas al margen) la región tuvo que conformarse con dos décimos de uno de los ocho quintos premios.
Al igual que en Calahorra, tampoco fue una administración la encargada de repartir la suerte, sino un bar de la Avenida de Colón de Logroño. «Somos los sectores mixtos y vendemos toda la lotería por terminal, que es el futuro», apuntaba orgulloso Orlando Tito Maestro, propietario del bar California, abierto desde 1965 y que ayer entregó su primer gran trofeo de la Lotería Nacional. Fueron 12.000 euros correspondientes a dos décimos del 19.152. A los demás, al menos, nos queda la salud.
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