Borrar
Padilla saluda al público de La Ribera, bandera pirata en ristre, en la vuelta al ruedo tras su primer toro.

Del populismo de Padilla al toreo emocionante de Urdiales

mportante encierro de Fuente Ymbro, con toros correosos, astifinos, con trapío y de diverso comportamiento

pedro maría azofra

Miércoles, 24 de septiembre 2014, 00:02

Tarde importante que hubiera sido histórica si Diego Urdiales mata al quinto. Toros muy bien presentados, de los que rehúyen las figuras. Corrida astifina, con cuajo, correosa y sin un gramo de más. Corrida que recibió leña en varas más que dos juntas y con toros diversos. Festejo que mereció más público y la entrada fue decepcionante teniendo en cuenta el triunfo urdialista del día anterior.

Juan José Padilla estuvo en Padilla toda la tarde. Toreo populista que entretuvo a la gran mayoría desde que recibió al primero con largas cambiadas y buenos lances hasta que acompañó la última retirada de caballos. Respondió a un quite de Urdiales de frente y por detrás y fue ovacionado por unanimidad en banderillas como sucedió en el sobrero. Citó en los medios de rodillas y repitió al ser desarmado para ligar cuatro derechazos. Tanda larga con la zurda y ración de redondos y molinetes de pie y de rodillas ligando al final con martinetes para terminar con manoleras matando de buena estocada en los medios.

Recibió con media arrodillado a su segundo y quitó por Chicuelo. Inició el muleteo por alto para dejar tres series por el derecho, una iniciada con molinetes, abundantes, voluntariosas y con profesionalidad complaciente. Poco y ayudado al natural y vuelve por el otro lado con circulares y desplante como broche arrodillado.

Padilla sedujo con 'su toreo' y 3.500 personas aplaudían mientras 200 pitaban.

Diego Urdiales recibió una ovación al salir para esperar al segundo. Cosió un haz de verónicas y trasteó probando para hilvanar tres series por el derecho aguantando calamocheo incómodo. Un par de naturales y macheteo para estocada, metiendo la mano con habilidad, y descabello a la segunda.

Al quinto le dieron la primera vara junto a chiqueros. 'Dionisio' no dejó situarse a los 'picas'. Diego se dobló en el prólogo y recetó dos derechazos de diez. Por el mismo lado, cuatro que parecían a toro parado por lo lentos. Y otros tres en otro fajo, uno de ellos en dos tiempos que fue una bendición. Llegaron dos series con la de torear. La primera de cuatro con firme pureza y la otra ayudándose y rematando con trincheras y el de la firma plenos de emoción y con las gentes en ebullición. Volvió por el derecho y, echando la muleta con maestría, dejo estampas para la historia de La Ribera. Belmonte dijo: «Pide a Dios que no te salga un toro bravo». Ayer salió y Diego estuvo por encima de su fiera codicia, que de haber tenido un percance pudo salir devorado. Muchos pinchazos, todos arriba, y estocada perfecta.

En el segundo ataque, ya se escucharon pitos, que se incrementaron en los siguientes. Sin comentarios. Fueron de los que hubieran pasado mal rato si el de Arnedo despena a 'Dionisio' en el primer envite.

El torero dilapidó la opción a un triunfo grande. Pero su actuación quedó para siempre.

Leandro vino y nadie supo por qué ha sido. Buenas formas veroniqueando de salida al tercero, manejable y sin entrega. A media altura fueron y vinieron toro y torero con desarme incluido y sin decir algo en tres tandas por el derecho. Un puñadito por el izquierdo muy despegado y vuelta al otro cuerno iniciando con molinete, recorriendo el ruedo y rematando con trinchera. Amontonó pases sin dejar algo especial y terminó con manoleras para matar de estocada con desarme y huida sospechosa.

El sexto, desigual con embestidas alternando con huidas, embestía cuando encontraba puesta la sarga que se la quitaron a destiempo. Derribó al picador maño Diego Ochoa y estuvo muy profesional el monosabio galo Juanito Ayet. Leandro aguantó coladas en su toreo derechoso inicial y, al natural, dejó escenas excelentes por trazo, decisión, firmeza, colocación y estética. Pero no fue capaz de sujetar la querencia de 'Histérico' a tablas y recorrió todo el ruedo. Sin bajar la mano lo que 'pedía' el toro.

Toreó por el derecho con bellos cambios de manos y hubo muletazos de cartel. Pero toro y público querían premiarle y solo aprovechaba lo que el bóvido le ponía claro. Fatal a espadas y justo para manejarlas con eficacia y dando la cara.

Excelente quite de Padilla al picador Agustín Sanz en el tercero cuando estaba a punto de tocar el suelo. El jerezano está atento a todo. Metiendo a corrales el toro devuelto lo tocó con el capote y susto y sorpresa se llevó cuando se retiraba y el toro volvió a salir y casi lo prende junto a tablas. Volvió a colaborar y el toro 'chocó' contra un burladero y del impacto cayó donde 'Miguelete' lo apuntilló.

Con Padilla picó bien y mucho, el sobrero Antonio Núñez 'Alventus'. Se entienden con mirarse. Son veintinún años los que llevan junto en la brecha. Con triunfos y cornadas.

Cuando los toros se arrastran, es imposible saber si se pitan o aplauden por la armonía de las sinfónicas peñistas. Y tras premiarse a un torero, tampoco se escuchan las reacciones de los disidentes que no están de acuerdo con el premio. Es imposible saber si hubo palmas, pitos o división de opiniones.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Del populismo de Padilla al toreo emocionante de Urdiales

Del populismo de Padilla al toreo emocionante de Urdiales