Vitoria, destino de farra
En el ánimo de vitorianos y visitantes está disfrutar este año por lo que no se pudo en los dos anteriores. La Blanca arranca con más ganas que nunca.
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«En pandemia nos fuimos a un pueblo a hacer la Bajada»
Pertenecen a la cuadrilla Gautarrak y tienen unas ganas «enormes» de volver a salir de blusas y neskas. La espera tras dos años sin fiestas se ha hecho «muuuuuy larga» pero buscaron alternativas. Confiesan que, aunque no se podía por el confinamiento, el 4 de agosto de 2020 «hicimos la Bajada con un peluche por una tirolina en un pueblo».
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«Estamos supernerviosos, es un momento muy especial»
Borja reconocía, a minutos de que Celedón descorchara la fiesta, que «siento un cosquilleo por dentro como hace años». Al menos dos. «Estamos en Txolintxo y vamos a salir con unas ganas tremendas», apuntaba Egoitz. Aunque Borja tiene una boda y Arantza trabaja de guardia. Ese día «nos vamos a reservar, pero no el resto», coincidieron.
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«No queremos perdernos nada tras dos años en blanco»
Al inglés afincado en Madrid Ben McMurray no les sorprendía la juerga que llevaban sus anfitriones, que le habían hablado «muy bien» de estas fiestas. «Ya teníamos ganas de estar hoy aquí, pasándonoslo bien... Y mañana saldremos en la cuadrilla de blusas», decían los jóvenes vitorianos. Su intención es «no perderse ni un día de farra».
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«Vamos a ir descubriendo cosas de las fiestas»
Residen desde enero en Vitoria, van descubriendo poco a poco la ciudad «y ahora nos tocan las fiestas. Venimos a ver a Celedón, a partir de mañana las cuadrillas de blusas y neskas...», explica la portugaluja Lydia Martínez. Damián Romo es de Lepe (Huelva) y se confiesa sorprendido por el gran ambiente y «la cantidad de gente en la plaza».
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«Nos reunimos aquí cada 4 de agosto, lo añorábamos»
Tal día como ayer en 2020 y 2021, derramaron lágrimas y se vieron las caras por el móvil. «Echábamos de menos estar juntos en el chupinazo, tomar algo todos juntos», como tienen costumbre desde hace años. Ahora también podrán cantar y bailar en las verbenas y ver los fuegos artificiales. «Estas fiestas nos encantan».
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«Ha sido un Chupinazo genial, de los mejores»
Empezaron a tope La Blanca post-covid pero prometen tener cuerda para rato. «Nos hemos estado reservando dos años», comentaban entre risas, «para una Bajada que ha sido genial, de las mejores». Estas cinco chicas tenían claro que «vamos a ir a las txosnas, saldremos por la Cuchi donde siempre hay un ambientazo...».
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«Venimos aquí de vacaciones buscando la juerga»
Cuando esta cuadrilla de manchegos programó sus vacaciones, eligió Vitoria «porque vimos que eran las fiestas y ya teníamos ganas de juerga». Encantados con la ciudad, con sus pintxos «y los buenos vinos que hay aquí», estaban preparados para vivir la Bajada de Celedón «que nos han dicho que es un momentazo». Lo pudieron comprobar.
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«Son unas fiestas especiales, las primeras para algunos»
Con la pistola cargada, de agua, el pequeño Javier vivía su primera La Blanca, al igual que otros miembros de la familia. «Son fiestas especiales», reconocía Javier Díez, «y esperemos que no haya nada que las trunque. Hay que saber pasarlo bien». Los conciertos son «uno de los actos preferidos, pero aquí en cualquier sitio se pasa bien».
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«Nos reencontramos tras el Erasmus para darlo todo»
De Galicia, Andalucía e incluso Italia. La vitoriana Janire Albaina recibió a sus amigos de Erasmus «y qué mejor sitio que un reencuentro en unos fiestas que son una pasada», aseguraba la andaluza María Martín. Van a salir «a saco», prometía la gallega María Fuentes, «porque sino me voy a enfadar con vosotros, eh».
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«Dos o tres días los celebraremos a tope»
Vieron la Bajada desde una vivienda de la plaza de la Virgen Blanca, como hacían antes de la pandemia. «Es tradición», explicaba Josune Fernández. Su marido, Fernando Ortiz de Eribe, saldrá con la cuadrilla Batasuna «y dos o tres días lo daremos todo».
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