«Temo no estar a la altura de dos gigantes como Gorka e Iñaki»
Iñaki Landa, Gorka Ortiz de Urbina e Iñaki Kerejazu, santísima trinidad celedonesca, se reúnen para reflexionar sobre cómo ha cambiado el personaje en tres generaciones. Los 'eméritos' aconsejan al recién llegado «disfrutar, porque lo que va a vivir es un premio»
Quizás sea por esa blusa, por esa capacidad misteriosa, casi mística, que tiene un simple trozo de tela de cuadritos para igualar a tantos, tan diferentes. Pero les ves ahí a los tres juntos y cualquiera diría que son el mismo hombre solo que en momentos diferentes de la vida. Pero no. Iñaki Landa, Gorka Ortiz de Urbina e Iñaki Kerejazu no comparten lazo de sangre alguno. El vínculo que les une es muchísimo más poderoso. Forman parte de una aristocracia jaranera, de un linaje exclusivísimo. Los tres Celedones, los dos eméritos y el que esta tarde se va a coronar, se reúnen en vísperas de la bajada. Con todos ustedes, los tres reyes de la farra. A sus pies.
- Iñaki, ¿cómo afronta estas últimas horas antes de su estreno?
- Iñaki Kerejazu: Con mucha ilusión, muy contento, pero también nervioso. Pero de verdad.
- Gorka, Iñaki, ¿recuerdan cómo afrontaron ustedes estos últimos momentos? ¿Se reconocen en esos nervios?
- Iñaki Landa: Claro. Pero tiene que tener en cuenta que no somos artistas. Somos tres afortunados a los que nos ha tocado representar este papel y hay que afrontarlo con humildad, con mucha ilusión y tratando que llegue a la gente.
- Gorka Ortiz de Urbina: Los recuerdo con muchos nervios, con esa sensación de no saber si vas a ser capaz cuando llegue el momento.
- I. K.: Ese es mi mayor miedo ahora mismo, el de no estar a la altura. Es un personaje muy asociado a estos dos gigantes que lo han hecho muy bien. El temor de llegar ahí y quedarte en blanco, ufff... Seguro que cuando llegue el momento tendré la emoción descontrolada. Yo soy muy llorica y, seguramente, el momento ese de después lloraré como una magdalena.
- En los tiempos de Landa e incluso también en los suyos, Gorka, que un tipo de 1,90 expresara así sus emociones, que no tenga miedo a decir que lo mismo le da por llorar... habría sido algo casi inconcebible.
- I. L.: Es que nuestra educación era otra, muy distinta. Y es verdad que ahora cosas que vemos con normalidad antes eran impensables.
- G. O.: Yo me he emocionado. Y mucho. Pero es verdad que ahora las cosas están cambiando... y muchas para mejor.
- Ustedes pertenecen a generaciones muy distintas. El personaje es el mismo, pero la forma de afrontarlo y de vivir la fiesta ha cambiado mucho en los últimos años...
- I. K.: En concreto en los últimos 10. Cada vez es más equitativo el número de chicos y chicas en las cuadrillas y creo que eso hace que ellas sientan las cuadrillas como un espacio seguro. Este creo que es el mayor cambio que ha tenido este colectivo.
«Las fiestas han cambiado, antes era impensable que una mujer pudiera ser un blusa más»
- Iñaki, Gorka, ¿ustedes eran conscientes de lo excluyente que era el ambiente en las cuadrillas para las mujeres en su época?
- I. L.: Es que en aquella época, directamente, no había mujeres. Igual alguna tocando el txistu. Era directamente impensable que una mujer pudiera ser un blusa más. Por fortuna, eso está superado.
- G. O.: Como decía antes Iñaki, la sociedad del momento era otra. No había una consciencia de lo que ocurría. Las fiestas de 2001, cuando yo empecé, no tienen nada que ver a las de 2024.
- I. L.: Eran diferentes. Pero también las que yo viví fueron distintas a las de Isasi. Recuerdo que aquellas cuadrillas de blusas muy veteranos ya nos decían a nosotros, que teníamos 30 años menos, que éramos unos descafeinados, que no teníamos la casta que tenían ellos, ni teníamos el sentido del humor que tenían ellos.
- Gorka, ¿le ha costado dejar el cargo?
- G. O.: Evidentemente. Claro que me da pena, claro que me gustaría seguir, pero hay que dejar al siguiente y no te vas a quedar un cargo de por vida. Y, sí, a mí cinco años me parece muy poco tiempo pero es una decisión que hay que respetar.
- El 'mandato' de Iñaki va a ser muy breve en comparación con el de sus predecesores. ¿No le da lástima?
- I. K.:Llegará el momento en que me dará pena, seguro que sí. Estoy convencido de que esto va a ser una de las cosas más grandes que voy a hacer en mi vida. Y como decía Iñaki antes, y lo recalca mucho y tiene toda la razón, soy un privilegiado y probablemente me sepa a poco.
- I. L.: Comparando con nosotros, es poco tiempo, no cabe duda. Seguro que cuando llegue el momento de dejarlo le va a dar mucha pena.
- G. O.: Lo dije en su momento y me reafirmo es muy, muy poco tiempo.
- Dentro de cinco años, ¿a quién cree que le tendrá que dar el relevo? ¿A un hombre? ¿A una mujer?
- I. K.: A una persona.
- ¿En un lustro Vitoria estará más preparada para tener a un Celedón mujer?
- I. K.: No sé si la palabra es preparados, porque preparados no vamos a estar nunca. Sea hombre o mujer, yo creo que se hace a posteriori el que te ganes a la ciudad, el que te ganes al personaje y que te ganes también a todos tus vecinos.
«Es triste y un error que (la Comisión de Blusas y Neskas y la Federación) estemos separados. Ojalá yo pueda ser el nexo de unión»
- Va a inaugurar su 'mandato' celedonesco con un conflicto latente: el de la ruptura entre la Comisión y la Federación. ¿Qué papel ha de jugar Celedón en un asunto que ni una mediadora ha sido capaz de encauzar?
- I. K.: Esto es algo que me da mucha pena. Y es un error que estemos separados. Porque los blusas y las neskas somos cada vez más, tenemos que organizarnos muy bien. De forma muy seria. Es un error que no seamos un colectivo homogéneo.
- ¿Le gustaría ser el Celedón de la reunificación?
- I. K.: Ojalá. Yo, de verdad, me pondría muy contento si fuera capaz de ser el nexo en toda esta historia. Tengo amigos en los dos lados y muchas veces veo que hay muchas cosas que vemos igual. Esta situación tiene que acabar, tenemos que llegar a entendernos.
- I. L.: Ya desde fuera, creo que todos tendrían que tener en cuenta que, más allá de las diferencias, todos están debajo del paraguas de Celedón. Y más cuando hay tormenta. Al que le toca llevar el mango (del paraguas) también tiene una responsabilidad.
- I. K.: Y yo desde luego siento esa responsabilidad. Este asunto es una de las cosas en las que pensé en cuanto me llamaron.
- Iñaki, ¿qué suponen Gorka y Landa para usted?
- I. K.: Unos referentes. Tengo mucho que aprender de ellos aunque también me gustaría darle mi personalidad al personaje. Pero, sin duda, gracias a ellos y también a Isasi, estamos aquí.
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