«La tarde-noche del 4 de agosto es mi juventud, hay ilusión de que vuelva»

- ¿Cómo ha vivido los días más señalados? Sobre todo el 4 de agosto.

- Se podría haber acordonado la plaza de otra forma, con los veladores funcionando. Se hubiera ofrecido la oportunidad a los bares de la plaza de la Virgen Blanca de poder dar servicio. Finalmente se tomó la decisión de acotarlo como el año pasado. A mí no me afectaba directamente, pero quiero que a todos los hosteleros nos vaya bien. A todos nos interesaba que el sector esté bien.

- Dos años de celebración aplazada. ¿Hay ilusión en que vuelvan el año que viene?

- Sí, ilusión hay. Pero como nos regimos por las instituciones, los ciudadanos estamos sujetos a las decisiones que se tomen. Si quieren que haya fiestas y la hostelería tire para adelante las habrá. Lo mismo ocurre con la hostelería de noche. Se me pone un nudo en la garganta al pensar en esos profesionales. La hostelería de noche debe existir porque da vida a la ciudad. Creo que se les ha dejado aparte y se les exige que se reinventen. ¿Por qué se tienen que reinventar, por contagios que se dan fuera?

- ¿Qué momento de fiestas echa más en falta?

- El 4 de agosto porque me lo he pasado muy bien en la plaza y esa tarde-noche ha sido mi juventud, por así decirlo. Y el día 5 me parece superbonito. No he conseguido nunca llegar al Rosario de la Aurora, pero sí he conseguido ir con mi padre a llevarle un ramo de flores a la Virgen. Independientemente de las creencias, es un acto festivo. Y recuerdo tomar un vermú y unas rabas con mis padres que en un momento dado decidieron cerrar el bar en fiestas porque era una sangría física.

- Suponía trabajar a destajo.

- Era diferente. En fiestas teníamos que quitar las ventanas, las puertas, las ventanas y las sillas porque se lo llevaban todo. Y hace no muchos años también he tenido que salir detrás de un blusa porque se llevaba una sombrilla (risas). Pero en aquellos años, en los ochenta, era peor.

-Con el tiempo se recuerda con nostalgia, pero había momentos agotadores.

- Sí, sí. Eran duros. Yo creo que ahora la gente bebe con muchísimo más control que cuando yo era joven. Creo que se bebe con más moderación, aunque haya de todo.

- 4 de agosto de 2022. ¿Un deseo?

- Me gustaría volver a 2019, volver a esa vida. Sin mascarilla, sin tener que preocuparte más allá de tener una mayor conciencia.

- ¿Ha pertenecido a alguna cuadrilla?

- No he pertenecido a ninguna cuadrilla, pero sí que me he vestido de neska varias veces.

- El turismo parece que empieza a recuperarse.

- Estábamos muy preocupados, pero no ha ido tan mal. El 4 y el 5 de agosto había vitorianos y turistas. Y el resto de días algunos locales estamos sobreviviendo a base de turistas que demandan pintxos o comidas al mediodía. También hay otros locales que no lo están notando, pero sí que hay más turistas que el año pasado.

- La Catedral de Santa María cerró julio con los mismos visitantes que en 2019.

- Vienen con ganas. Ayer vinieron canarios. También han pasado asturianos, gallegos, catalanes, incluso ingleses y húngaros han pasado estos días.