Eneko Asurmendi, Gorka Ortiz de Urbina y Maite Salazar se fotografiaron ayer en San Miguel. i. martín

La 'despedida' de Celedón y Neska Txiki

Eneko Asurmendi y Maite Salazar se quedan sin encarnarlos por segundo año, y ya no lo retomarán por su edad. Gorka Ortiz de Urbina los saludó ayer

Sábado, 7 de agosto 2021, 01:13

Llevaban mucho tiempo esperándolo, ensayando su papel, conteniendo los nervios, preparando todos y cada uno de los detalles... pero no ha podido ser. Ni el ... año pasado ni tampoco este. Es el pequeño gran drama que viven Eneko Asurmendi y Maite Salazar, la pareja menuda designada para ejercer de Celedón Txiki y Edurne tanto en la frustrada edición de La Blanca de 2020 como en la actual. Un doble desengaño que ha acabado con su sueño de dirigirse a la muchachada vitoriana desde la balconada de San Miguel y encabezar el paseíllo por las calles de la capital.

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«Es un gran disgusto, pero es lo que hay. Es lo que toca, lo tenemos asumido», coincidían ayer ambos en un tono entre resignado y maduro, conscientes de la magnitud de la crisis sanitaria que ha obligado a cancelar los festejos. Y es que ni él, miembro de la cuadrilla Txirrita, ni ella, de Okerrak, recuperarán (por decisión propia) esta oportunidad para dar vida al formato infantil de los protagonistas de las fiestas. Ambos encaran la adolescencia -Maite con 14 años y Eneko con 13-, y la Comisión de Blusas elige a chavales de entre 10 y 13 años. «Ya son mayores», asumían sus progenitores. A fin de animarlos, Gorka Ortiz de Urbina, también sin poder hacer el rol de Celedón, se reunió ayer con ellos en el escenario en el que hoy hubieran protagonizado su momento estelar, en San Miguel, donde compartieron un divertido posado fotográfico para EL CORREO. «Yo he tenido mala suerte, pero ellos muchísima más. Así ha venido», se resignaba también el responsable que desde 2001 representa el papel del aldeano de Zalduondo.

Una trompetista y un luchador

«Vengo a acompañarles, pero sin quitarles protagonismo», decía Gorka ante los traseúntes que no paraban de pedirle fotos y el constante trasiego de grupos de turistas junto la imagen de la patrona. Frente a la cámara, con los paraguas al aire, la pareja de txikis esbozó su mejor sonrisa. Salazar, alumna de Urkide y aficionada a la trompeta y el fútbol, suspiró porque regrese la bajada de Celedón, los paseíllos y el toro de fuego. La explosión del 4 de agosto «la echo de menos un montón», confesaba Asurmendi, que estudia en Armentia ikastola y practica lucha olímpica. «Esperamos disfrutarlo más adelante, hay que ser optimistas», transmitieron.

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