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Baño de masas para los txikis
Amets Busto e Iratxe Calvo dan vida a Celedón y Edurne en una plaza abarrotada. «Tenemos un gran futuro», aseguran
En el año en el que Gorka Ortiz de Urbina se despide como Celedón y arranca el proceso para elegir al nuevo aldeano de carne y hueso, los más pequeños han demostrado que en Vitoria hay cantera y que en unos años no habrá problema ninguno para encontrar sustituto –o sustituta–. No hay más que echar un vistazo a la plaza de la Virgen Blanca abarrotada durante la Bajada de Celedón Txiki y Edurne. Este lunes ha sido su día, la jornada en la que los más pequeños se hacen grandes (¡enormes!) y se convierten en los reyes y reinas de las fiestas de La Blanca. La multitud estaba preparada para dar la bienvenida al aldeano de Zalduondo y a su compañera en versión mini, pero esta vez no hicieron falta controles como los del día 4 y las botellas de plástico se sustituyeron por carritos y biberones. Un ambiente más seguro pero igual de animado.
Media hora antes del descenso las familias se agolpaban en la zona de la sombra de la plaza (donde se celebra este acto desde el año 2018) y los más pequeños hacían tiempo con libros de pegatinas o pistolas de pompas de jabón. Al ritmo de Zetak o la clásica 'Ikusi Mendizaleak' esperaban para ver a los ídolos de la mañana, algunos bastante impacientes. «Somos fieles cada año, la verdad es que hay un ambientazo y al peque le va la marcha», apuntaban entre risas Clara y Eneko, orgullosos progenitores del pequeño Unax, vestido de blusa como un pincel a sus seis añitos, txapela incluida.
A las doce en punto estalló en el cielo el cohete prendido por la alcaldesa, Maider Etxebarria, y la concejala de Cultura, Sonia Díaz de Corcuera, acompañadas en la balconada por el resto de la corporación municipal. Unos minutos más tarde, Amets Busto, de la cuadrilla Nekazariak, e Iratxe Calvo, de Siberiarrak, hacían su aparición en el portal de la calle Postas para cumplir con el enorme honor de encarnar a los personajes festivos convirtiéndose así en referentes para los txikis vitorianos. Desde la balconada de San Miguel se dirigieron al público con un «Gora Gasteiz!, Gora Andra Mari Zuriaren Jaiak!, Gora Celedón Txiki!, Gora Edurne!».
«Hoy es nuestro día grande, para bailar, saltar, pasarlo bien y demostrar que tenemos un gran futuro», trasladaron. Por primera vez, Celedón Txiki y Edurne fueron escoltados por miembros de todas las cuadrillas de la Comisión en su paseíllo por la plaza en lugar de por agentes de la Policía Local. Hasta una animadísima conga se formó detrás de ellos mientras los Gigantes, los Reyes de la baraja y los Cabezudos con sus nuevas caras danzaban al son de la Banda Municipal de Música. En su discurso también tuvieron un recuerdo para los pequeños que no pudieron asistir a la Bajada y terminaron con un «Gora Alavés!».
Después de recibir los pañuelos y el abrazo de Gorka Ortiz de Urbina, los dos protagonistas confesaban que habían pasado «muchos nervios» pero que la experiencia había sido «genial». Una hora antes, a las once de la mañana, Iratxe y Amets bailaron el aurresku de honor ante la hornacina de la Virgen Blanca, un acto para el que la preparación ha sido exhaustiva estas últimas semanas. Llevaban cerca de un mes practicando cada lunes las cuatro partes de este baile y el resultado fue impecable.
Posteriormente, realizaron la ofrenda floral a la patrona de Vitoria en su capilla acompañados de un grupo de niños y niñas vitorianos que también depositaron sus ramos. Entre ellos, las hermanas Nerea y Maider Rojas, de once y ocho años respectivamente. «A mi también me gustaría ser Edurne algún día aunque me agobiaría un poco tener que pasar en medio de tanta gente», se confesaba la pequeña. Lo cierto es que el acto cada vez atrae a más fieles y ya es uno de los más multitudinarios de La Blanca.
Pero no acababa ahí la marotoniana jornada para Iratxe y Amets. Después de reponer fuerzas en una comida con representantes de las 22 cuadrillas de la Comisión tocaba inaugurar el tercer paseíllo de La Blanca 2023. Lo hicieron cuando pasaban unos minutos de las 17.00 horas y después de tomarse un buen puñado de fotos con familiares y 'fans', hasta bebés que sentaron en el suelo para inmortalizarlos junto a ellos. Paraguas en alto, –granate para ella y azul marino para él– enfilaron Dato arriba entre vítores, aplausos de los presentes y la mirada de algún que otro despistado. «¿Éstos quiénes son, los hijos de Celedón?», le preguntaba un adolescente a su padre. «Mira, mira son Celedón y Celedona... o no, ¿cómo se llamaba ella?», reflexionaba en alto una mujer junto a su marido.
Su nombre es Edurne y se eligió en el año 2018 por votación popular aunque el personaje existe desde 2002. Por cierto, se impuso a las otras dos opciones que ofreció el Ayuntamiento: Zuriñe y Blanca. Ella y su compañero de carne y hueso estuvieron acompañados durante la kalejira por otros niños y niñas y hasta un pikachu. Les seguían los blusas y neskas de sus cuadrillas de lo más animados. Los miembros de Nekazariak y Siberiarrak desfilaron juntos por una buena causa al ritmo de la charanga Kriptonita de Cullera (Valencia). Tras la experiencia de este lunes, la pregunta para Iratxe y Amets era obligada. ¿Se ven un día en el papel de Celedón? Él, sin pensárselo un segundo, aseguraba que sí mientras que ella, algo más tímida, todavía veía demasiado lejana la posibilidad.
Este martes les toman el relevo los veteranos en su día grande, que comenzará con la misa y la ofrenda a la patrona y continuará con el almuerzo, la comida y el paseíllo.
