Bicentenario de un patronazgo
ANÁLISIS ·
JOSÉ MARÍA BASTIDA, 'TXAPI'
Domingo, 7 de agosto 2022, 00:05
Este año 2022 se celebra el bicentenario de un hecho que está pasando bastante desapercibido entre la población de Vitoria-Gasteiz. Me estoy refiriendo, ni ... más ni menos, a que se cumplen 200 años de la fecha en que el Ayuntamiento de nuestra ciudad proclamaba como patrona a la Virgen Blanca en cuyo honor se celebran nuestras fiestas.
Si bien la Virgen Blanca era considerada por los vitorianos como su patrona desde muchos años atrás, no lo era oficialmente. Pero sucedió una curiosa circunstancia que hizo que la Corporación municipal la declarara así, en una sesión ordinaria, sin ningún tipo de solemnidad.
En 1822 se vivían tiempos difíciles. En distintas partes de la Península se habían levantado sublevaciones absolutistas contra el régimen constitucional-liberal surgido tras el pronunciamiento de Rafael de Riego y Núñez en 1820. En aquella época, la mesa de las Cortes se renovaba mensualmente. Así, en marzo de 1822, el presidente era el propio Rafael de Riego; en abril, Cayetano Valdés, y en mayo ocupó el cargo el general Miguel Ricardo de Álava, diputado electo por nuestra provincia, aunque esa circunstancia no tuvo nada que ver con el asunto que nos ocupa.
El día 14 de ese mes de mayo, dicho organismo legislativo remitía por medio de un oficio una orden al Ministerio de Gobernación presidido por José María Moscoso que decía lo siguiente: «Las Cortes, atendiendo no sólo a los gastos que ocasiona a los pueblos la multitud de fiestas prescritas en sus reglamentos y en varias órdenes de las mismas Cortes, sino también a los perjuicios que causa a los vecinos, separándolos de sus útiles trabajos, han resuelto lo siguiente: 1.-En ningún pueblo de la Nación se pagarán por los fondos de Propios y Arbitrios más funciones de iglesia que la del Corpus, la del aniversario de la Constitución y la de los Patronos de cada pueblo, debiéndose celebrar la primera el día del Corpus, la segunda el 19 de marzo y la tercera quedando a voluntad de cada Ayuntamiento. 2.- Se pagarán por los fondos de Propios los gastos de cera de la función del Corpus, únicamente en aquellos pueblos que hasta el día hayan estado en costumbre de hacerlos de dichos fondos. 3.- Se autoriza a las diputaciones provinciales para que señalen a los respectivos ayuntamientos las cantidades que puedan o deban gastar en la fiesta del aniversario de la Constitución. 4.- Los gastos de cera que fuesen necesarios para la función de iglesia en todos los demás aniversarios decretados por las Cortes se satisfarán por las fábricas de las iglesias».
Una vez trasladado este acuerdo al Ministerio de Gobernación para su cumplimiento, éste lo remitió a su vez con fecha 23 de mayo a cada jefe político de las provincias, figura que luego sería conocida como gobernador civil.
El 10 de julio, el jefe político de Álava, Manuel de la Riva-Herrera Vivanco, remitía al Ayuntamiento de la ciudad un oficio en el que se insertaba la citada orden del 14 de mayo para su cumplimiento.
Tras la recepción de dicho oficio, el Pleno municipal de fecha 31 de julio de 1822, ahora ha hecho 200 años, resolvió lo siguiente: «Se acordó que se guarde, cumpla y ejecute en todas sus partes, y se señala por Patrona de la Ciudad a Nuestra Señora de las Nieves, que es el día cinco del próximo mes, a cuyo efecto, para la festividad y función de iglesia, se pase por el señor alcalde oficio a la Cátedra de Beneficiados, haciéndose saber a la comunidad y demás a quienes corresponda que la Ciudad no puede pagar en adelante ninguna de las otras fiestas y funciones de iglesia, sin distinción alguna».
De esta curiosa manera fue como, debido a las circunstancias, la Virgen Blanca fue declarada civilmente patrona de nuestra ciudad por el Ayuntamiento.
Casi un siglo más tarde, el 10 de abril de 1921, como consecuencia de un acuerdo tomado en sesión de 30 de diciembre de 1920 por el Ayuntamiento presidido por Herminio Madinaveitia, en el que se decidía trasladar al obispo la pretensión de que a la Virgen Blanca le fuera otorgado el Patronato de la Ciudad, el Vaticano declaraba por medio de un rescripto «a la Bienaventurada Virgen María bajo la advocación de 'Las Nieves' (o de 'La Blanca') Patrona principal de la Ciudad de Vitoria, concediendo a la misma Madre de Dios los privilegios y honores que de derecho corresponden a los patronos principales de lugares». El año pasado se cumplió el centenario de esa concesión del patronazgo canónico.
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