Campaña de EL CORREO por el respeto en el deporte: «Si un jugador se revoluciona, todo el equipo habla con él»
El Aurrera y el Salburua de fútbol sala fomentan los valores esenciales del deporte en sus conjuntos: «De nada sirve ganar si no eres respetuoso»
Pablo Sanz
Domingo, 26 de enero 2025, 00:11
Cuando se piensa en violencia en el deporte, de forma automática a muchas personas se les viene a la cabeza el fútbol. Es una cuestión ... inherente al deporte rey, cuya popularidad multiplica también las conductas antideportivas, los insultos o las peleas que todavía son demasiado habituales en los terrenos de juego o en las gradas. Pero hay otras vertientes que, pese a que en ocasiones puedan quedar eclipsadas, también sufren estas escenas.
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De ahí que el Aurrera de Vitoria y el Salburua Futsal, principales exponentes del fútbol sala en Álava, trabajen de manera activa en inculcar los valores que debe fomentar el deporte. Ambos clubes se han sumado a la campaña Kirolean Errespetuz que encabeza EL CORREO con el patrocinio de la Diputación Foral de Álava, y que busca sensibilizar a jugadores, entrenadores, aficionados y familiares sobre el respeto a través de reportajes, entrevistas y acciones de campo mensuales al menos hasta final de año.
Kirolean Errespetuz es una iniciativa que promueve EL CORREO con el patrocinio de la Diputación Foral de Álava cuyo objetivo es mentalizar a todos los actores del deporte alavés sobre la necesidad de poner en primera línea de foco el respeto entre deportistas, árbitros, entrenadores, público y padres. https://www.elcorreo.com/kirolean-errespetuz
La importancia de fomentar las buenas prácticas en la cancha desde la base es vital. Una tarea que en el Aurrera trabajan desde antes de comenzar la temporada. «Por un lado nos ponemos objetivos deportivos y por otro a nivel de valores. Y ahí, por supuesto, tiene que estar el respeto», comenta su coordinador deportivo, Javi Corral. Un reto similar al que tienen el Salburua Futsal, conjunto canterano de los rojillos. «Desde que empezamos con los más pequeños, lo primero que les enseñamos son nuestros valores. Nos dedicamos a jugar al fútbol sala, pero sobre todo a formar personas a través del deporte», manifiesta Unai Durán, coordinador deportivo del club.
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En la escuadra verde cuentan con un folleto, elaborado por los propios jugadores, con el que se pretende promover la deportividad con los chavales. «Les hacemos una serie de preguntas para que ellos mismos nos transmitan qué quieren ser como equipo», alega Durán. Solidarios, respetuosos, tolerantes, o comprometidos son algunos de los adjetivos que escogen los txikis. Actitudes positivas que de nada sirven si desde la grada sus progenitores insultan al árbitro o comentan que algún compañero es peor que su hijo. «Por eso hablamos primero con los niños y luego con los padres. Ellos nos tienen que ayudar indirectamente para que esto se cumpla y salga adelante», añade Durán.
«Preguntamos a los chavales qué quieren transmitir como equipo y hablamos con los padres», afirma Durán, del Salburua
Y es que hay conjuntos como el Aurrera que a la hora de acometer fichajes para sus plantillas tienen muy en cuenta las conductas de sus futbolistas. «Cuando hacemos un scouting de jugadores también nos fijamos en cómo son a nivel personal. No queremos que se ponga en riesgo nuestra imagen», señala Corral.
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Una de las maneras con las que en su etapa como técnico evitaba confrontaciones era mediante pequeñas sanciones que pudieran generar un clima negativo en los partidos. «Si por ejemplo un jugador que estaba en la cancha veía una tarjeta amarilla por protestar se iba directo al banquillo. No podía tolerar que hubiese un ambiente de histeria», asegura.
Todo ello con el fin de evitar y controlar comportamientos desagradables, ya sea hacia los colegiados o hacia los propios compañeros. «Alguna vez ha pasado entrenando con los benjamines (niños de entre seis y nueve años) que alguno se ha sentido molesto porque en su equipo le ha tocado con el jugador menos habilidoso. Le digo que no se preocupe, que se lo voy a quitar de su equipo, pero en lugar de ello le siento en el banquillo y le dejo sin jugar», explica Durán. Una situación que, afortunadamente, no se produce a menudo y que invita a reflexionar. «Cuando te toque le tendrás que respetar y, si crees que es peor que tú, tendrás que ayudarle a ser mejor».
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El Salburua futsal cuenta con alrededor de 180 niños. Un club que se ha expandido en los últimos años pero con una misma finalidad. Inculcar estos valores a los niños y que los transmitan en casa con sus padres. «Si hay algún niño que revoluciona, todo el equipo habla con él; no puedes pasarlo por alto porque se termina convirtiendo en un problema. De nada sirve ganar partidos si no eres respetuoso», refleja Durán. Una postura que Corral también defiende y difunde no sólo en el Aurrera, sino también como profesor con sus alumnos de ESO y bachillerato en el colegio Urkide. «Hay que seguir en la misma línea de continuidad de promulgar estos valores. Es algo que me preocupa mucho, aunque de cara al futuro estoy muy tranquilo, por lo que ando viendo a día de hoy en los campos».
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