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Comida basura: Alimentos no tan sanos como te crees
Nutrición

No tan sanos como te crees

Las estanterías del supermercado están llenas de productos aparentemente saludables que, en realidad, son una fuente de ‘comida basura’ envuelta en papel de celofán y campaña publicitaria

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Lunes, 26 de febrero 2018

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No es oro todo lo que reluce en las estanterías del supermercado. Muy a menudo, nos vamos a casa con una cesta de la compra que consideramos completamente sana, repleta de lácteos, productos enriquecidos con todo tipo de supervitaminas y complementos de nuevo cuño, sin ser conscientes de que, en realidad, está llena de auténtica comida basura. Yogures de sabores, jamón de york, pan de molde... Uno piensa que se lleva lo mejor y lo que pasa por caja es papel de celofán y una buena campaña publicitaria. Nada más.

«No puede decirse, en general, que un alimento concreto sea sano o insano, porque muchas veces depende de quién se lo vaya a tomar; si se trata de un paciente diabético, con obesidad, restricciones alimentarias... Dicho esto, sí es verdad que muy a menudo creemos que mantenemos una dieta sanísima y no lo es tanto si analizamos la calidad del producto que hemos adquirido». Lo dice la médico nutricionista Magda Carlas, del departamento de Nutrición de la Clínica Eugin de Barcelona, autora de 13 libros y muy conocida por sus colaboraciones en prensa, radio y televisión.

‘Jantour’ le ha pedido que elabore una lista de los productos aparentemente sanos más populares entre los consumidores. Los que favorecen el peor de los engaños, que es el propio. Esta es su selección y éste su consejo: «Recuerde siempre que, salvo que se lo indique su médico, no hay alimentos prohibidos. Hay unos más nutritivos y saludables que otros. No es lo mismo un snack de chocolate que un paquete de arroz integral; pero dentro de una dieta sana y equilibrada, el primero podría consumirse de forma puntual y el segundo de manera más cotidiana».

Pan de molde. Una presencia y un corte perfectos para -éste es el problema- un alimento procesado «que tendemos a conservar durante días en una bolsa de plástico». Para lograr que se mantenga comestible todo ese tiempo se le añaden una enorme cantidad de aditivos y conservantes. Algunos llevan incluso grasas añadidas y abundante sal.

Jamón de York. Algunos están muy bien, porque se tratan «de lo que todos pensamos que son en realidad»: una pata de cerdo hervida. La mayoría, en cambio, contienen abundante patata cocida y son sólo «un compendio de harina, sal y materias indeterminadas». Sea como sea, «no deja de ser una carne procesada y envasada en un pack».

Aderezos para salsas. «A saber lo que realmente tienen dentro». El consumidor no sabe ni qué tipo de aceite se ha utilizado, ni qué vinagre, ni mucho menos ha tenido la posibilidad de elegir la calidad de los ingredientes. Puede sacarnos de un apuro, pero las salsas sanas son las que se preparan en casa.

Cereales. Los hay muy sanos, pero los de los niños «son una vergüenza». Solo una mezcla de polvo de cereal con aroma y cantidades ingentes de azúcar. «Los productos deberían llevar un toque leve de azúcar o de sal».

Zumos y batidos de frutas. No se deje engañar por el apellido. La mayoría son néctares, una bebida con aromas y abundante azúcar. Algunos están pasteurizados, pero tampoco tienen nada que ver con el zumo natural exprimido en tu propia cocina. ¡Ah! Y otra cosa, también importante: la pasteurización, que es un proceso para la eliminación de microorganismos, supone someter al producto a un cambio brusco de temperatura que supone una irremediable pérdida de vitaminas.

Bajos en grasa. Sólo es un reclamo comercial. Tranquiliza, pero puede ser bajo en grasa -«no sabemos en qué medida»- y alto en azúcares, sal o conservantes, que es lo normal.

Yogures de frutas. No es lo mismo con frutas que ‘de frutas’. Estos últimos tienen solo aromatizantes: sabor. Son como los productos ‘light’ o ligeros: solo limpian conciencias.

Barritas energéticas. Auténticas bombas de relojería. Una mezcla explosiva de cafeína con mil y un azúcares y sustancias estimulantes. Huya de ellas. Son solo para gente muy deportista y con control sanitario.

La lista es larga. Otro día, más.

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