Buena comida y música en vivo en la Casa de los piratas

El coqueto espacio, situado entre calles y muy próximo al puerto del Artza de la anteiglesia costera, transporta a los clientes a un ambiente paradisíaco, donde la buena comida y la música en vivo son protagonistas.

Josan Barrueta y Kepa Ruiz se encargan de que el viaje gastronómico resulte tan agradable. «Aquí se viene a comer algo rápido e informal, que en ningún caso es sinónimo de malo, sino todo lo contrario», aseguran los gestores del Branka de Mundaka, conocido como la Casa de los piratas. No hay más que abrir la carta para comprobar que en su cocina se fusionan lo mejor de dos mundos: los sabores exóticos y la frescura de los ingredientes locales.

«Nosotros estamos acostumbrados, pero los extranjeros flipan con las anchoas de Bermeo, que incluimos en nuestras ensaladas», cuentan. «Todo el género de temporada que entra en nuestra cocina se lo compramos a baserritarras y proveedores de la comarca», subrayan. El compromiso con la sostenibilidad y el apoyo a los productores de Urdaibai se reflejan en cada uno de sus contundentes platos y bocados.

Para los amantes de la carne, las hamburguesas de buey son una opción irresistible, acompañadas de patatas fritas caseras. A la oferta de sabores se han sumado recientemente los pokes de salmón y atún, que de momento «tiene muy buena aceptación entre los clientes y somos los únicos que los ofertamos en el pueblo», matizan.

Tampoco faltan los obligados nachos para compartir entre amigos y familiares mientras se disfruta de una tarde de terraceo a la fresca y con música de fondo. El Branka, desde luego, es un lugar ideal para los que buscan un ambiente relajado por ejemplo después de un paseo otoñal por la playa de Laidatxu, Hondartzape o Santa Katalina.

Las delicias de la terraza más surfera de Mundaka se completan con salchichas Thate con patatas teja o un plato clásico de huevos de caserío con jamón ibérico en el que tampoco falta la guarnición.

También figura en la carta la hamburguesa 'crispy' de pollo, el perrito caliente, el burrito de pollo jalapeño o la ternera yogur con patatas, así como los bocatas de toda la vida de bacón o lomo con queso. Las verduras tempura y los aros de cebolla a la cerveza se hacen sitio en las mesas con los 'fingers' de pollo y los nachos guacamole en la terraza mundakarra. Para rematar: helado artesano, pancake y crepe.

En el Branka también se puede degustar un buen cóctel. «Para salir de las opciones más corrientes preparamos el 'Aperol Spritz'»; esa bebida de origen italiano, de baja graduación alcohólica, «que entra muy agradable».

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