Un palacio-restaurante del siglo XIX para ponerse las botas en el pueblo más surfero de Bizkaia

El hotel Luruna, en pleno centro de Mundaka y a unos metros de la playa de Laidatxu, abrió sus puertas el pasado 11 de julio tras la reforma de casi cinco años del Palacio Larrinaga. De esta joya de arquitectura, construida en en 1888 con influencia neobarroca francesa del París de Segundo Imperio, se han hecho cargo George Michell, propietario de varios restaurantes en Estados Unidos, y su hijo, George Matthew, futbolista del Mungia. El director de este hotel de cuatro estrellas es Carlos Arellano y Jairo Rivera su gerente. Luruna cuenta con 22 magníficas habitaciones y el acogedor MIL888, bar donde disfrutar de un plato del día (14,50 €) o un picoteo informal con platos como ensalada de tomate y ventresca con crema de cebolla y pimientos asados en casa, tabla de ahumados de Keia (salmón, bonito y bacalao) con mahonesa de cítricos y de aguacate picante, gambas blancas de Huelva a la plancha con alioli de ajo negro o costillas a baja temperatura, barbacoa y patata rattte.

El restaurante, ubicado en el piso superior, dispone de un amplio y magnífico comedor con capacidad para 50 comensales. Al frente de los fogones se encuentra el joven Erlantz Navarro, que comenzó a interesarse por la gastronomía gracias a su abuela Rosa Bilbao que le llevaba al Mercado de la Ribera a elegir los productos de la compra. Estudió en el Centro de Formación Profesional Montaño y en la Escuela de Hostelería de Artxanda antes de trabajar en el hotel Barceló Nervión, en la Campa de los Ingleses de San Mamés, en el restaurante Lepanto o el hotel Villa de Bilbao.

En el Luruna ofrecen un menú degustación de diez pases y una carta, que cambia en función de los productos de temporada, la mayoría de Km 0, desde anchoas de Carmelo Toja a bonito de Arroyabe, verduras de las huertas del entorno y pescados de los puertos cercanos. Lo mejor es hacer caso a las recomendaciones de Bianca Rivera, jefa de sala, y a Javier Mendívil, que les aconsejará vinos estupendos. Para comenzar ofrecen vieiras a la plancha con velo de panceta ibérica (una combinación magnífica) con textura de apionababo, carpaccio de picaña madurado al estilo Luruna con salsa de anchoas y espuma de piparras o garbanzos fritos sobre crema de marisco y su gamba ahumada, muy sabrosos.

Se puede continuar con dorada a la brasa con espuma de mejillones sobre arroz venere y crema de guisantes o taco de chuleta madurado al estilo Luruna con pimientos rojos. Y de postre, no se pierdan churros a lo Carlos con chocolate caliente, pistachos y compota de chicha morada o la torrija Luruna, caramelizada y puesta sobre una base de arroz con leche y un toque de canela. Para limpiar sabores preparan una copa de espina, piña y espirulina, muy refrescante, y chicha morada, jugo típico de Perú, con mazorca morada, piña y canela.

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