Pizzas con alma de ciclista... Y también huevos, garbanzos y canelones
Entre maillots firmados y aroma a lasaña, esta pizzería de Durango ha creado su propio pelotón de clientes
Maillots firmados, postales de grandes vueltas ciclistas, fotos en blanco y negro que detienen el tiempo… Al entrar en el restaurante Leaniz, uno no solo se sienta a comer: se sumerge en un homenaje al ciclismo de siempre mezclado con el aroma a masa recién hecha. En un rincón en Durango, esta pizzería temática ha sabido mezclar la tradición italiana con un ambiente cercano, gracias al empeño diario de Carmen, su dueña desde hace casi 26 años. «Lo montó Alberto Leanizbarrutia, que fue ciclista profesional en la época de Marino Lejarreta. Lo puso en marcha, no obstante, no era lo suyo y acabó vendiéndolo. Año y medio después, lo cogí yo», cuenta la hostelera.
El vínculo de Carmen con la hostelería viene de lejos. «Llevo dedicándome al sector desde 1982. Comencé con un local en Amurrio, luego tuve otro en Menorca… y finalmente llegué aquí. Me decanté por este porque me gustó el formato. Era un sitio muy especial, y de igual manera, la clase de comida me convenció», añade.

El establecimiento es, a día de hoy, uno de los pocos italianos de la zona. Cuando Carmen lo cogió, apenas había una pizzería más en el municipio. «Ahora han aparecido muchas, pero yo sigo teniendo a mi clientela fiel», afirma. En la carta hay alrededor de 20 clases de pizzas, aunque cada cliente puede personalizarlas a su gusto. «Nos gusta mimarlos, así que si alguien quiere que una mitad sea de un tipo y la de otra de otro, o añadir ingredientes, lo hacemos sin problema». Entre las más populares, destacan la Leaniz—con tomate, mozzarella, jamón, gambas, huevo, setas y tallos de ajo— y la Caprichosa, que incorpora boloñesa. Asimismo, triunfan las lasañas (de carne y espinacas, de verduras o de setas y nueces) y pastas rellenas como los tortellini de gorgonzola con salsa de piquillos.

A pesar de que el menú tenga alma italiana, muchos de sus ingredientes nacen en la huerta de la propietaria del negocio. «Mientras puedo, las alubias, las vainas, todo lo traigo de casa. Aquí no entra una bolsa de verduras congeladas», asegura. Otro de sus puntos fuertes son los postres. Salvo los profiteroles, son todos caseros. «Los elaboramos a mano y sin utilizar productos artificiales», recalca.
El restaurante también ofrece un menú del día que cambia cada jornada, disponible durante toda la semana. «Hoy, por ejemplo, hemos puesto garbanzos con espinacas, una ensalada variada, pasta a la boloñesa y de segundo, canelones, huevos con patatas, una pizza… siempre hay carne y pescado a elegir. Y de postre, entre seis o siete opciones. Mucha variedad». Con capacidad para unas 56-60 personas, el local funciona con un equipo pequeño pero entregado. «Somos como una familia, y yo creo que los clientes lo notan», dice Carmen.
Ambiente acogedor
Este establecimiento, no solo destaca por su gran oferta gastronómica. Una de sus principales características es su ambiente: familiar, cercano y lleno de rostros que repiten. «Aquí suelen acudir abuelos, padres y nietos. He visto a gente pedirse matrimonio, casarse, venir después con el carrito del bebé… y ahora esos críos vienen ya con sus parejas. ¡Incluso con sus propios carritos!», recuerda la propietaria. El vínculo con la clientela es una parte esencial del alma del restaurante. «Nos conocemos por el nombre. Después de tantos años hemos forjado una relación de confianza. Yo siempre digo que cuido la comida como si la hiciera para mi casa», agrega.
Leaniz
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Dirección: Calle Alluitz, 4. Durango.
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Teléfono: 946203711.
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Precios: Menú del día: 14 €. Pizza Leaniz: 14,9 €. Lasaña de setas: 11 €.
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