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En cuanto asoma un claro entre los nubarrones de esta primavera vizcaína, siempre tan esquiva, las faldas de Artxanda se llenan de paseantes en busca de un soplo de aire fresco. Hace unos días, en uno de esos garbeos por ese Bilbao mitad rural, mitad urbano, se me echó la mañana encima sin comida preparada. Cuando enfilaba a paso ligero la cuesta de Vía Vieja de Lezama, un cartel en la puerta de lo que parecía un colegio llamó mi atención: «Patatas a la riojana, ensalada de merluza Orly, bacalao con salsa americana, escalope, arroz con leche...» leían en voz alta mis tripas. Todo, por el módico precio de ¡10 euros!
Los responsables de esta fórmula tan apetecible son los alumnos de la Escuela de Hostelería Montaño. Chavales a los que, por una cosa o por otra, el menú académico se les atragantó y no han llegado a terminar la secundaria. El centro les ofrece la posibilidad de sacarse el título al tiempo que aprenden un oficio con el que ganarse la vida. Antes de buscarse las alubias en la calle, se foguean en este comedor donde convencen a diario a un buen puñado de vecinos y trabajadores de la zona.
Alicientes, más allá del precio, no le faltan: Se aparca fácil si llegas en coche o furgoneta, el comedor es espacioso y el servicio del alumnado resulta atento y eficaz. Ideal para reponer fuerzas tras una caminata, como era mi caso, para una parada técnica en mitad de una jornada de trabajo o incluso para organizar una comida con amigos en un escenario distinto al habitual. Suenan standards de jazz, lo que ayuda a abstraerse del suelo de terrazo y los barrotes de las ventanas, propios de un comedor colegial. Las mesas reservadas se indican con una estrella sonriente y en la barra, un letrero avisa: «Lo mejor está por llegar».
En el menú, tres opciones de primero y tres de segundo, con la posibilidad de añadir vino por un euro más. Las raciones son generosas, no racanean con los ingredientes y se aprecia cierto grado de detalle en las elaboraciones. Una picadita fina de cebolla y pimiento para vestir la ensalada de merluza, con abundante huevo duro y lechuga de verdad. Una americana muy lograda para napar el bacalao. Patatas panadera bien hechas, pimientos pochados con paciencia... Detalles que en un menú comercial a 10 euros quizá se hubieran suprimido para abaratar costes pero que aquí se mantienen porque se trata de que aprendan a hacer las cosas bien.
El postre casero no desmerece –en el centro se enseña también repostería y se venden pastas, palmeras o bollitos– y el café está francamente bien tirado. La cuenta se paga con gusto, no solo por lo barata, sino por la sensación de estar brindando a estos chavales una segunda oportunidad.
Uno de los alicientes de ir a comer al Montaño es la atención de los alumnos, que consigue que el menú del día preparado con mimo en la cocina deje incluso mejor sabor de boca. El comedor cuenta además con una barra para tomar un aperitivo antes de sentarse a la mesa y también se despachan muchos menús para llevar a casa por un precio aún más ajustado. Además, el obrador del centro elabora pastas y pasteles y los alumnos del módulo de carnicería preparan cortes que también se ponen a la venta.
Dirección: Vía Vieja de Lezama, 75. Bilbao.
Teléfono: 944467492.
Precios: Menú del día: 10 €. Menú con vino: 11 €. Menú estrella para llevar: 8,50 €.
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