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Glamour a la extremeña para comer como un millonario
Jantour | Restaurantes

Glamour a la extremeña para comer como un millonario

Torre de Sande es un restaurante de quilates en la histórica Cáceres y es que todo lo que tocan Toño Pérez and José Antonio Polo lo convierten en oro

Miércoles, 16 de abril 2025, 20:41

Christine y Michel Guérard formaron una pareja hostelera de baile sin rival creando un universo de restoranes, hoteles y complejos termales que aún siguen vivos y colean, atrayendo a clientes de todo el mundo que corren a empaparse del 'arte de vivir a la francesa'. Pero es un espejismo, porque la 'France de la patrie' está en franca decadencia vital y ese entramado de artes, oficios, brilli-brilli y pomporé se está convirtiendo desde hace tiempo en una escena llena de gente vulgar, polichinelas y tartufos que pueblan mercadillos llenos de quesos plastificados, rollitos primavera y hamburguesas chungas. Esa Francia idealizada por Peter Mayle en sus libros y Julie Andrieu en televisión se está yendo al garete, pues hoy sus panaderías están en los polígonos bien cerca de las rotondas junto al Ikea y el Buffalo Grill, igualito que aquí, por otra parte.

Retomemos el espíritu jovial del comienzo de esta crónica y no seamos sombríos y tristes porque no lo merecen nuestros protagonistas, Toño y José, padres putativos de esta joya localizada frente a la cacereña iglesia de San Mateo. No existe en España un equipo tan coordinado y con mayor gusto que el liderado por estos dos muchachos, capaces de reproducir puestas en escena de infarto de miocardio con el mismo o mayor talento que los Guérard, pero 'a la extremeña', recreando teatros en los que representan sus funciones diarias, tanto en mesas primorosamente vestidas como en esas habitaciones ricamente ornamentadas y desperdigadas por varios palacios del barrio, vestidas para descansar como un cartujo.

Antes de entrar en esta Torre de Sande, una 'Ferme aux Grives' del universo Atrio con muchos más quilates que la rústica casa de comidas de Eugénie-les-Bains, dense un garbeo por el casco viejo de Cáceres, bordeando la muralla y alucinando con la variedad de portones, fachadas y escudos heráldicos que destapan el poderío social y económico que tuvo aquella ciudad en tiempos pasados.

Gusto exquisito

Yo fui bastante paquetón estudiando historia en el colegio, pero recuerdo la afición de Isabel la Católica desmochando torres a diestro y siniestro para tener cautivos a los cacereños más belicosos y no desmadrar sus planes de reunificación de reinos, ¡menudo tomate! Los fundadores de esta Torre las pasaron canutas, comerían pollo con las manos y le darían al baile y al clarete, pero sin quitar ojo del horizonte para que no les reventaran la barraca y les dejaran la casa inservible para protegerse de asedios y defenderse.

Les hablamos recientemente del tres estrellas Michelin y de esta pareja que ha devuelto sus cartas de nobleza a casas monumentales, restaurando lugares emblemáticos como este restorán desenfadado. Si tienes un mínimo de sensibilidad se te ponen los pezones como garbanzos comprobando la meticulosa restauración de cualquiera de sus materiales, sean piedras, estucos, maderas, soleras o las desleídas veladuras tatuadas en bóvedas, paredes o techumbres, ¡dan ganas de llorar de la emoción! Ellos presumen de ser decoradores antes que frailes, cocineros o empresarios y ejercen con verdadera pasión la defensa y el embellecimiento del patrimonio. A la vista está, ¡todo lo que tocan lo convierten en oro!, recuperando materiales y levantando espacios en los que te sientes feliz como un pachá de Kapurtala. Entienden el verdadero lujo desde las tripas, con estilo y elegantemente, sin caer en ese espanto contemporáneo de convertir todo en una horterada Versace dorada para kuwaitíes ¡horror!

Sabrosísimo

Vayan a Torre de Sande a gozar con esa carta que comerías de cabo a rabo, sin respirar. Todo es sabrosísimo y te atienden en un periquete, plantándote en cuanto pueden una cerveza o un vino mientras picoteas unas patatas fritas crujientes y van desfilando esos platillos que llevas días deseando: lomo y jamón ibérico de bellota, croquetas reventonas de jamón, langostinos cremosos en tempura, zorongollo de pimientos, tomates y huevo, parmesana de berenjena 'estilo Noi madrileño', brócoli frito con salsa picante y canela y unos extraordinarios quesos extremeños.

Entre los principales destacan las carnes frescas de cochino ibérico asadas, pluma, secreto o presa, codorniz rellena de foie gras, pechuga de pato con salsa de café, solomillo de vaca con salsa de su propio jugo y setas o callos y morros patrios, ¡dios los guarde eternamente! Rematen con Piononos de Santa Fe, tarta de chocolate, tatín de manzana con helado de vainilla y el flan de siempre, aunque la mayor golosina la venden las monjas vecinas de clausura. Así que después del café y la sobremesa, levanten el trasero y corran al vecino torno del Convento de San Pablo a comprar una docena de yemas, ¡ave María purísima! Disfruten, que nos quedan do telediarios.

Torre de Sande

  • Dirección: Condes, 3.

  • Teléfono: 927164994.

  • Web: atriocaceres.com/la-casa-de-comidas/

  • Precios: Jamón ibérico de bellota: 33 €.Croquetas de jamón : 16 €. Langostinos en tempura en salsa cremosa: 24 €. Presa ibérica: 26 €. Callos y morros: 23 €.

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