Dos terrazas de Álava consiguen 'Soletes' de verano de la Guía Repsol

En Álava: 'Palacio de Añana', en Añana, y 'El Balcón de la Sidre', en Vitoria.

En Bizkaia: 'Itxas Bide Taberna' y 'Arrantzale Taberna', en Getxo; 'Milagros', en Barrika, y 'El Cargadero de Bilbao' en Bilbao.

En Gipuzkoa: 'Amona Maria Delicatessen', en Getaria; 'Taberna Hirutza', en Hondarribia; 'Iriarte Enea', en Lezo, y 'Polvorín de Urgull', en Donostia-San Sebastián.

A estas alturas, la costa está cuajada de Soletes que garantizan estupendas vistas y son uno de los platos fuertes de buena parte de los sitios galardonados. El atardecer desde el 'Isabella Beach Club' (Menorca), con el sol escondiéndose tras la bahía de Fornells; el Parque Nacional de La Palma desde 'El Balcón de Taburiente' (El Paso) o La Concha desde 'El Polvorín de Urgull' en Donostia son postales perfectas de las que formar parte este verano. Pero esta edición de Soletes demuestra que también hay tesoros veraniegos en las zonas de interior. En las comarcas pirenaicas de Huesca, las bordas -antiguas casas de pastores enclavadas en el monte- dan lugar a un mapa privilegiado para disfrutar del Alto Aragón y huir del calor entre montañas. En Extremadura, 'Las Quinientas', en Berlanga (Badajoz), un kiosco junto a la laguna de la reserva natural de Las Quinientas, o el frondoso jardín en la Sierra de Santa Cruz del 'Mesón los Naranjos' (Santa Cruz de la Sierra, Cáceres), evidencian que la Guía Repsol ofrece direcciones secretas para disfrutar de los atardeceres y noches más agradables.

En Álava, la Guía Repsol te conduce a un privilegiado paisaje cultural y natural, el Valle Salado de Añana. Frente a esta milenaria fábrica de la mejor sal del mundo, se sitúa el Palacio de Añana, una casa palaciega de carácter medieval del siglo XVII. Reconvertida en un precioso restaurante, se trata de una casa rodeada de un jardín y construida en mampostería y sillería, con un especial trabajo de herrería representado en barandillas, rejas y puerta principal. A los mandos de los fogones de este local, Jokin Loma y Belén Sandrín. Ambos, pupilos de Martín Berasategui en Lasarte-Oria, trasladan a sus comensales «cocina real, basada en la tradición, con producto de temporada y de la zona». Y su espectacular terraza bien merece integrar la lista de soletes de verano.

Ubicado junto al bosque de Armentia, a unos 15 minutos del centro de Vitoria, y con vistas a un mar de naturaleza, está La Sidre. Nació en 1983 en un caserío original y desde entonces rinde pleitesía al buen producto y a las brasas. Cuenta con dos plantas y aparcamiento gratuito en la puerta, además de una flamante terraza bautizada como El Balcón de La Sidre donde se puede disfrutar de uno de los pulmones verdes de la ciudad: las campas de Armentia. Un espacio donde relajarse con una selección de vinos, combinados y vermús, además del picoteo emblemático del asador. Además, acoge eventos con la participación de DJs y actuaciones musicales en vivo.