La chuleta de un asador vasco que ha enamorado al influencer 'Cenando con Pablo': «Aquí saben lo que hacen»
Pablo Cabezali visitó recientemente el restaurante Patxikuenea, en Lezo
«¡Cómo me gusta venir aquí!», arranca diciendo el popular influencer 'Cenando con Pablo' en su canal de Youtube. Una de las últimas publicaciones que ha compartido es sobre su reciente visita a Euskadi, donde ha tenido unos días de lo más ajetreados: se ha pasado a conocer los fogones de Txispa, el restaurante que abrió a 200 metros del Etxebarri; se ha dado un homenaje en el Elkano, en Getaria, donde ha degustado sus increíbles y reconocidos pescados a la brasa, y también ha probado una burger con tarta de queso, una mezcla de lo más explosiva que se prepara en Botticelli Berria, en Deusto.
Pero uno de los platos que más le ha emocionado es la chuleta a la parrilla del asador Patxikuenea, ubicado en Lezo. «Estoy super emocionado por venir a este restaurante», decía el creador de contenido antes de acceder al interior del local, que acudió recomendado por un seguidor. Se trata de un caserío vasco de más de 200 años que por todos sus rincones huele a brasa. Sus cocinas tienen solera y la chuleta es la joya de la corona. «Es una auténtico templo de la chuleta».
El influencer, que arrasa en redes con sus vídeos sobre sus visitas a restaurantes, se quedó prendado del chuletón, que pagó a 65 euros el kilo. Nada más llegar a la mesa, Pablo alucina con su aspecto, pero ya con el primer bocado emite su veredicto: «¡Qué tierna está! Qué fácil de comer. Es súper tierna. Aquí en el País Vasco saben lo que hacen», asegura.
Asimismo, destaca que en la chuleta «no hay rastro de maduración, es una chuleta que sabe a carne». Sin embargo, ve una «cosa mejorable». «No me gusta que el plato venga caliente y cocine, aunque sea un poco, la carne», explica. Pero todo son halagos hacia la chuleta, que se sirve con patatas y pimientos de Lodosa. Después de acabarse casi el plato, asegura que «la chuleta es increíble. Me ha encantado. Muy vasca, bien hecha, bien trinchada. 65 euros el kilo, no es un chollo, pero me parece un precio razonable. Hoy en día no tenemos que estar pensando en los precios de antaño porque ha subido todo un montón», añade.
«Me ha encantado»
Cabezali también degustó otras recetas de la carta como las croquetas de jamón, langostinos y el rape a la parrilla. Le rechifló. «El rape me gusta, me gusta el punto que le han dejado al pescado. Cuanto más lo pruebo, más me está gustando», apunta mientras rebaña el plato. La cuenta ascendió a 124,25 euros. Pablo da su valoración final y señala que se trata de «una comida que perfectamente da para dos. Me ha encantado. Me ha gustado bastante todo, pero los postres han flojeado un pelín, salvo la torrija». Con todo, se reafirma en su pasión por la gastronomía vasca: «Amo el norte de España, qué bien se come en Euskadi, Galicia, Asturias...», zanja.