Lo caro sale barato en el Hondartzape
Un género de primera y un dominio magistral de la brasa merecen el precio a pagar en este asador familiar que se cuenta entre los mejores de Bizkaia
Lo caro y lo barato son conceptos muy elásticos. Generalmente dependen de las expectativas con las que llega el que paga y la calidad de lo que ofrece el que cobra. Desembolsar 25 euros por un menú del día a base de elaboraciones industriales puede resultar carísimo, mientras que aflojar 100 por un banquete a base de marisco de primera y vinos de lujo se antoja de lo más razonable. El Hondartzape de Plentzia se ha ganado fama de ser un restaurante caro, a mi juicio inmerecida. Me explico.
Desde luego este asador regentado desde hace casi medio siglo por la familia Mentxaka Ordeñana no es una mesa para mostrarse rácano. Si lo que espera es saciar el hambre por un poco de calderilla hay otras opciones muy meritorias en la zona. Esta es una mesa con espíritu festivo, generalmente reservada para los momentos en los que uno tiene algo que celebrar.
Hasta hace unos años estuvo en un local de Gorliz con trazas de chiringuito y eso despistaba a algunos, que lo valoraban por su aspecto más que por lo que caía en el plato, pero desde su mudanza a un histórico edificio del siglo XVIII en el centro de Plentzia, la casa no engaña a nadie. Las mesas vestidas con mantel blanco de hilo, la copa grande o las pinzas para la servilleta de tela son detalles propios de un gran restaurante.
Vinazos asequibles
La familia ha corregido también algunos errores que escamaban a la clientela en el pasado y en lugar de cantar el género de viva voz, ofrece desde el primer momento una carta detallada con precios, que después Iker Mentxaka se encarga de acotar en función de lo que haya ese día en el mercado. Mención especial merece una selección de vinos espléndida –y mucho menos conservadora de lo que cabría esperar– donde los precios están sorprendentemente poco cargados. Si busca un criancita modesto quizá le salga más caro que en el bar de abajo, pero los caprichos resultan baratos comparado con otros restaurantes de su categoría.
En cuanto al género, admite poca discusión, eso lo reconocen hasta los más 'haters'. Cuesta encontrar unos percebes, un quisquillón o una almeja fina como los que saboreamos en nuestra última visita, ya en plena temporada navideña. También hay opciones más asequibles, como su afamada conserva de bonito con ensalada o su croqueta de Joselito a la brasa. Y a la hora de elegir el principal, no hace falta ir siempre a por el besugo, Jon Mentxaka es muy capaz de sacarle partido a cualquier pez.
El veredicto final dependerá de con qué se compare una casa que está a la altura de los mejores asadores del territorio. En ese sentido, lo caro sale barato en el Hondartzape.
En familia
La figura de la señora de la casa es insustituible, por eso Begoña Ordeñana sigue muy ligada al Hondartzape, aunque ahora sean sus hijos Iker y Jon los que llevan el timón. Un paseo por las mesas al final del servicio para asegurarse de que todo el mundo sale contento es suficiente para transmitir esa imagen de negocio familiar que cada vez cuesta más encontrar en según que rangos de la hostelería. En cualquier caso, en esta casa se deja poco margen al error comprando un género excepcional y mimándolo en la brasa.
Hondartzape
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Dirección: Erribera, 3. Plentzia
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Teléfono: 946770040.
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Web: hondartzape.com
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Precios: Percebes: 160 €/kg. Almeja fina: 90 €/kg. Quisquilllón: 180 €/kg. Ensalada de bonito: 17 €. Croqueta brasa: 4 €/ud.
