El restaurante en un baserri alavés de 300 años con los pollos en la puerta

En Araia, en el municipio de Asparrena, donde se encuentra la puerta alavesa del Parque Natural Aizkorri-Aratz y al pie de la imponente aguja rocosa que acoge el histórico castillo roquero de Marutegi, se halla este baserri-restaurante. Se trata de un caserío de más de 300 años de antigüedad que, desde 1989, regentaban Pepa Zabaleta y Miguel Gastañares. Su hijo, Diego, se hizo cargo de él en 2015 y, desde entonces, apuesta por una cocina «casera, de producto cercano y de temporada, bien elaborada y a un precio justo», explica. Se ubica en un lugar con gran riqueza paisajística. El caserío se encuentra a un paso de las campas de Urbia, Oltza y Askozaro y vigilado por las cumbres de Aizkorri, Aitzuri, Aratz y Umandia. Está atravesado por El Camino de Santiago y el Camino Ignaciano, con elementos emblemáticos como la calzada y túnel de San Adrián, además del nacimiento del río Zirauntza e iglesias románicas o pre románicas. Además, los amantes de los hongos y las setas pueden disfrutar del Parque Micológico de Asparrena-Apota.

Lo de producto de cercanía no es hablar por hablar. De hecho, en su baserri hay huerta y pollos campando a sus anchas. «Nuestro compromiso con el lugar y el producto local nos motiva en la apuesta por los productos proximidad y de temporada, aportando a nuestros menús, además de nuestros pollos, huevos y especies vegetales de nuestro caserío y de nuestra zona, como los pichones de San Román, las alubias de Adana o las patatas de la asociación de desarrollo rural Lautada. De hecho, desde la puerta del restaurante puedes observar a nuestras aves en su entorno, libres en las praderas y alimentados de forma natural, contribuyendo al mantenimiento y la mejora del medio rural de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente», explica Gastañares.

A este caserío se viene a disfrutar del día, no se sirven cenas. Las comidas son menús en los que varían los entrantes en función de la temporada: alubia alavesa con sacramentos (en el menú Montañero), croquetas con jamón ibérico, raviolis de rabo, hongos con gorringo (Amanita caesarea), tomate de verano con ventresca hecha en casa… Y luego están los segundos, como el pollo del caserío al estilo de amama, las carrilleras de cerdo en salsa, los txipirones en su tinta, callos y morros, huevos del baserri con txitxikis Marutegi, litiruelas de cordero, cabrito de casa asado con ensalada, solomillo de vaca, cogote de merluza, kokotxas de bacalao, bacalao al pilpil sobre vizcaína, txuleta de vaca, pichón...

Los postres también están de rechupete. Hay canutillo relleno de crema, sorbete de Rioja Alavesa, torrija o cuajada casera, queso de Araia con membrillo, tarta de queso casera, goloso de chocolate o de Baileys, y sorbete de limón al cava. Para regar la pitanza, tintos y blancos de Rioja Alavesa y sidra Euskal Sagardoa. Otro aliciente de este restaurante es su tienda, tanto allí como online, donde venden productos frescos y naturales como frutas, verduras, huevos, miel, quesos, cuajadas, paté o membrillo, o cocinados, como el pollo o el cabrito asado.

• Temas
• Restaurantes
• Asparrena