Los pescados son para el verano

La vida comenzó en el mar y en ella continúa. Todos los esfuerzos del ser humano por cargarse la mayor reserva alimentaria del planeta no han servido aún para destruirla. Los océanos pueden con todo, pero paciencia. La ignorancia del hombre es una fuerza bárbara. Por suerte, el mar resiste y ojalá lo haga durante mucho tiempo porque, pese a todo, sus productos siguen siendo de los más ricos y saludables que pueden ponerse sobre la mesa. El verano es especialmente bueno para disfrutar de los placeres del agua salada. Ande, haga el favor y no pierda la ocasión.

Existen mil y un razones para apostar por los productos de mar, por encima incluso de los de tierra, pero ojo. Nunca debemos olvidar que la mejor dieta es la que combina de manera sabia y equilibrada los alimentos de la tierra, el mar, incluso el aire. Pero estamos en verano. Y aunque debe consumirse pescado durante todo el año –porque debe formar parte de nuestra dieta habitual– la campaña estival es la que ofrece la más variada oferta de peces, moluscos y todo tipo de productos de mar. ¡Pero si da gusto ir a la pescadería en esta época del año!

«El pescado, blanco o azul, contiene proteínas de alto valor biológico;su consumo resulta idóneo para cualquier persona en cualquier momento de la vida y constituye una fuente de primera magnitud de minerales esenciales», destaca la médico nutricionista Ana Tellería, de la red IMQ. Uno de los principales es el selenio, que tiene un enorme potencial antioxidativo.

Los que van de modernos, para que se entienda, hablan de capacidad 'antiaging', pero lo que quieren decir con este anglicismo es que el selenio constituye un potente protector frente a los efectos del envejecimiento. Protege el cabello, las uñas y previene contra determinados tipos de cánceres. Permite, además, contrarrestar los efectos en el organismo del consumo de metales pesados y otras sustancias dañinas. Ojo, hablamos del selenio y en general de los minerales inherente a los alimentos. El consumo de suplementos alimenticios puede ser fuente de complicaciones, por lo que siempre ha de estar supervisado por un especialista.

El pescado es, además, una fantástica fuente natural de yodo, que tienen dos funciones básicas. Contribuye con las células en la misión de transformación de los alimentos en energía y favorece el buen funcionamiento de la tiroides, una glándula básica de cuya marcha dependen prácticamente todos los órganos del cuerpo humano.

Si aún le queda alguna duda, no se retire todavía. Aún hay más. Los productos del mar aportan vitamina b6, básica en el metabolismo humano, y b12, existente solo en los productos de origen animal e imprescindible para la vida humana. Favorece la reparación del ADN dañado y constituye un factor en el desarrollo neurológico. ¿Qué le podemos pedir en esta época al pescadero?

Pescado azul. Bonito del Norte, atún, sardinas, anchoas, chicharro... Todos ellos son ricos en grasa de la más saludable, omega 3, que contribuye a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y protege así contra las enfermedades vasculares. Potente antiinflamatorio, ideal también para la dieta de los hipertensos.

Pescado blanco. Bacalao, merluza, rape, dorada, besugo, cabracho... tienen la ventaja de que se digieren mejor porque no tiene tanta grasa. Ideales para mayores y niños con problemas digestivos.

Moluscos. También tienen poca grasa y son muy ricos en minerales, especialmente en sodio, hierro y calcio. Si se consumen al vapor es una buena idea guardar el caldo para un arroz con el fin de aprovechar todo ese calcio del agua.

Pulpo. Con todas las ventajas que brinda el mar, aunque bajo en grasa. Debe cocerse bien para que no resulte indigesto. Frío, caliente, en ensalada... Delicioso.

Dentro de la dieta mediterránea, el pescado es una auténtica estrella. De mar, por supuesto. No la deje escapar.

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