
El nuevo arte de comer de la Westinghouse
Historias de tripasais ·
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Historias de tripasais ·
La fábrica de electrodomésticos de Erandio publicó dos simpáticos recetarios de cocina dedicados a las posibilidades culinarias de los frigoríficosAna Vega Pérez de Arlucea
Miércoles, 4 de marzo 2020, 11:10
Aunque en realidad su nombre oficial era Frimotor S. A. E., ustedes la conocerán como 'la Westinghouse', la fábrica de Erandio de la que salían neveras, lavadoras y otros electrodomésticos con licencia de la conocida empresa estadounidense Westinghouse. Edesa, Kelvinator, Frisan y Westinghouse se repartieron en los años 50 y 60 el importante pastel de la refrigeración eléctrica en España, que poco a poco fue llegando cada vez a más hogares gracias a la recuperación económica y a las facilidades del pago a plazos.
Tener una nevera en casa era signo de modernidad y clase: el frigorífico, tan indispensable hoy en día, era entonces un producto exclusivo y aspiracional que tenía tantas aplicaciones útiles (¡adiós a la fresquera!) como implicaciones sociales. Ser el afortunado poseedor de uno de estos refrigeradores significaba el salto a la burguesía o a la clase media-alta, de modo que la publicidad de de estos electrodomésticos estaba plagada de guiños a la exclusividad y la elegancia, a veces más sin necesidad de apelar a las ventajas prácticas que conllevaba su uso.
Los anuncios de Frimotor en los primeros 50 incluían sofisticadas señoras en traje de fiesta y guantes largos sirviendo cócteles o canapés, con reclamos como «el refrigerador Super 59 hace quedar bien y permite obsequiar con deliciosas bebidas a sus amistades y visitas imprevistas». O «señalada con distinción es la nueva serie Super 54, la del refrigerador del triunfo». Y encima con el sello de calidad que en aquellos tiempos daba el usar tecnología norteamericana, asunto que permitía vender a los clientes potenciales un poquito del 'american way of life' que se veía en las películas de Hollywood.
El único problema es que una vez adquirido el frigorífico, a veces los usuarios no sabían muy bien cómo utilizarlo o sacarle el máximo rendimiento, así que en las mentes pensantes de Westinghouse en Erandio decidieron obsequiar con cada venta un pequeño libro de cocina que mezclaba consejos, recetas e instrucciones básicas de uso. Así nació 'Un nuevo arte de comer', el recetario de Frimotor/Westinghouse que con dos ediciones en 1967 y 1961 inundó las neveras de gelatinas, canapés, puddings u otras preparaciones modernas (de ahí lo del «nuevo arte») y llamativas en cuya elaboración resultaba imprescindible el frío.
El librito, encuadernado con anillas para que fuese más fácil de usar, incluía distintas secciones como cócteles, refrescos, repostería y helados, aperitivos, sopas, salsas, huevos, pescados y fiambres. Asoman entre sus páginas recetas como el pudding de merluza, la langosta Bella Vista, pastel de pollo, salmón a la americana, rosbif o distintas bavaroises y gelatinas tanto dulces como saladas, además de decenas de entremeses tipo banderillas, emparedados y huevos rellenos.
Es un recetario peculiar y quizás no muy interesante desde el estricto punto de vista gastronómico, pero que nos habla de un entrañable tiempo concreto en el que las nuevas tecnologías permitieron abrir los horizontes de la cocina. Seguro que tienen ustedes algún ejemplar de este cuadernillo en casa, de cuando su madre o su amona se convirtieron en orgullosas dueñas de un frigorífico Westinghouse. En cualquier puestillo de libros de segundo mano lo encontrarán si no por un precio irrisorio, y para que vayan abriendo boca les dejo aquí debajo las instrucciones para hacer unas banderillas al estilo de hace 70 años, made in Erandio.
«Llámense así a un conjunto de fiambres, embutidos, pescados, etc., ensartados en un palillo. Procedimiento: Insértese un palillo en una rodaja de pan de dos centímetros de espesor, póngase a continuación unas rodajas de salchichón, una lámina de jamón en dulce, una punta de espárrago y un filete de anchoa doblado. Variación A: después del pan una rajita de jamón de jabugo, chorizo de Pamplona, queso de Gruyer y un filete de anchoa. Variación B: Después del pan una lámina de rosbeef, una punta de espárrago y una aceituna rellena. Variación C: Después del pan una lámina de jamón de York, una rodaja de huevo duro, un cuadradito de foie-gras y una anchoa doblada». Receta recogida en 'Un nuevo arte de comer', Frimotor S.A.E. 1957
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