Dieta a seguir para evitar las enfermedades de colon

Una mala dieta favorece la aparición de enfermedades del intestino grueso que pueden complicar seriamente la vida y llevar incluso a la muerte. Cuidar las tripas no es tan difícil

Martes, 27 de julio 2021, 00:36

Tan importante como alimentarse de manera adecuada es hacer bien lo que la Real Academia Española de la lengua denomina descomer. Por alguna razón que se me escapa a la última de las etapas del proceso digestivo – como a la primera– se le ha añadido tradicionalmente una coletilla ligada a la nobleza. No sé si se trata de hacerlo como un rey o como un marqués, pero exonerar el vientre –que también se dice así– es algo que debe realizarse con regularidad, mejor diaria, y consistencia.

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Ése es el mejor indicador de que nuestras tripas –que pueden darnos mucha guerra si no se cuidan adecuadamente– funcionan de manera correcta. El colon, un órgano al que la ciencia le ha ido concediendo una importancia cada vez mayor, puede carburar mejor o peor en función de lo que le cuidemos. Hay alimentos que le van de maravilla y otros que son, para él, un auténtico veneno.

Su buen funcionamiento, según explica el médico nutricionista Javier Aranceta, de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, no depende de lo que le cuidemos un día o un verano completo, después de leer un artículo como éste. «Es una cuestión de estilo de vida», defiende.

Hay muchas razones para atenderlo, más allá de que cuerpo solo hay uno y tiene que durar toda la vida. El colon es el órgano responsable de extraer el agua y los nutrientes de la comida para preparar así el material sobrante de la digestión, que son las heces. En este proceso interviene de manera decidida lo que se conoce como flora intestinal o microbiota, que son como cien billones de bacterias que tenemos ahí, en las tripas, y que intervienen no sólo en la gestión de los alimentos. Resultan determinantes para el buen funcionamiento del sistema de defensas, la inmunidad, tanto como para el estado de ánimo y la conducta humana.

Como un reloj suizo

Lo que comamos o dejemos de comer también resulta fundamental para que este órgano que es el colon vaya como un reloj suizo o nos genere problemas de salud que pueden ser muy graves; más con la edad. Colon irritable, enfermedad de Chron, incluso cáncer de colon son patologías que están íntimamente ligados a la dieta. Una alimentación adecuada quizás no los impida, pero es seguro que una inadecuada sí los favorecerá.

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Al hablar de prevención, la pauta alimentaria que se siga es fundamental, pero como recuerda Aranceta, tampoco lo es todo. La dieta debe formar parte de un estilo de vida sano, que incluya la práctica de ejercicio diario y evite hábitos tóxicos, como el tabaco y el abuso del alcohol o otras drogas. Los principales productos perniciosos para el colon son cinco:

Frituras. Su alto contenido en grasa dificulta la digestión y aumenta la inflamación, que es la causa última de los problemas de salud del colon. El aceite –especialmente los que no son de calidad como el de oliva virgen, mejor extra– genera sustancias irritantes, que están presentes en patatas fritas, palomitas, 'snacks'...

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Alimentos refinados como bollería industrial y harinas ultraelaboradas.

Edulcorantes sintéticos. El hecho de no contener azúcar no significa que sea bueno. Entre sus efectos más perniciosos figura que desequilibran la flora intestinal, que está formada por bacterias de muy distintas familias.

Picantes. Su abuso también provoca inflamación y activa el sistema nervioso simpático, responsable de preparar el cuerpo para situaciones de emergencia. Estimula el sudor, acelera el ritmo cardiaco, dilata bronquios y pupilas. El mismo efecto genera el alcohol.

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Sustancias de efecto pernicioso. El quemado de los alimentos preparados en barbacoa o por el contacto directo con aceite tiene un efecto muy dañino. Está relacionado con la aparición de cánceres, por lo que debe retirarse del plato.

Legumbres, vegetales, verduras, hortalizas crudas, fruta, dieta mediterránea en definitiva, generan el efecto contrario. Nuestras tripas responden mejor ante una buena hidratación y ejercicio físico diario. Comer sano no tiene grandes secretos.

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